Capítulo 5: ¡Espadachines!

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Maratón 1/5

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—Hideyoshi-sensei, ¿cómo puede ver algo con esta niebla? —Naruto preguntó. Su voz naturalmente fuerte lo hizo entrecerrar los ojos.

—Mis ojos se adaptan mejor en entornos nocturnos —Hideyoshi contestó en un susurro sin prestar verdadera atención a su entorno. Su cabeza estaba en blanco; era una de esas raras ocasiones en las que el pasado no lo atacaba, en las que la nostalgia no susurraba sus pérdidas, ni en las que su cerebro le jugaba una mala pasada.

Su mente y sus demonios estaban en un extraño momento de paz, y eso no le agradaba.

—¡Eso es genial! —El rubio gritó, siendo callado inmediatamente por el hombre que remaba. Soltando una risa avergonzada y susurrando una pequeña disculpa, inclinó su cuerpo hacia el espadachín, observando atentamente aquellas joyas oscuras—. ¿Por qué?

—¿Es por su pupila, Hideyoshi-sensei? —La única chica del grupo preguntó, inclinando su cuerpo de la misma forma que su compañero cabeza hueca había hecho.

—¿Qué tienen sus pupilas? —Naruto preguntó, mirando entre su compañera y su maestro en busca de respuestas.

—Están rasgadas —el espadachín respondió mientras señalaba sus ojos bestiales—, por eso los lugares con poca o ninguna luz son perfectos para mí.

El trío de Gennins junto al cliente se inclinaron aún más hacia él, notando la forma única de su pupila, como si se trataran de las de un zorro, y el pequeño, pero intenso, brillo rojo que poseía. El azul oscuro en el que nadaba solo resaltaba la pequeña característica, transformando los orbes en algo que no parecían pertenecer a un humano.

—Sus ojos le quedan bien, son ideales —Sakura susurró, incapaz de despegar su mirada. Aun si eran ojos aterradores, impregnados en una ira eterna enmascarada por una grotesca capa de burla. Aun si su instinto le decía que sea mantuviera lejos de esos ojos peligrosos, no quiso alejarse; nadie quería hacerlo.

Demasiados curiosos por saber qué tenía que suceder para tener una mirada como esa.

—¿Por qué piensas eso? —ante la pregunta del espadachín, la chica cubrió su boca avergonzada. ¡No quería decir esas palabras! No frente a su Sensei.

—Es solo que... —la Kunoichi titubeó jugando con el dobladillo de su vestido, mientras escuchaba el movimiento del agua y sentía la humedad picando su piel—, leí en un libro que los animales que cazan en manada tienen una pupila redonda —la chica bajó aún mas la mirada—, mientras que los que la tienen rasgada son los solitarios —murmuró, deseando que la lancha se hundiera y pudiera morir en el agua.

¿Por qué siempre tenía que vivir las peores situaciones? ¡Había llamado a su maestro animal! ¡Peor aún, le dijo solitario! Y aunque a su parecer lo era, ¡no es como que quisiera revelar sus verdaderos pensamientos! 

Soltando una pequeña risa divertida, dio leves golpecitos sobre la cabeza rosa de su única estudiante—. ¿Te parezco alguien solitario?

—Algunas veces —la chica mordió su labio maldiciendo a su boca seguir hablando—. Algunas veces se ve como la persona más solitaria del mundo, aun cuando está con nosotros.

El espadachín tarareó. Soledad. Si, la conocía bien, la maldita había sido un huésped permanente en su vida desde hacía años. Quiso reír; había estado más tiempo en su vida que cualquier otra persona, más tiempo que su madre, más tiempo que su padre.

Ella había permanecido fielmente a su lado, como si intentara cumplir las promesas rotas que alguna vez susurraron para él.

Lo cierto es que nunca estaba solo; ella nunca lo dejaba solo. Estaba en los árboles, en el aire que respiraba, en el agua que bebía, rodeándolo con su manto, igual que su madre cuando el frío hacía a su cuerpo temblar.

THE STRONGEST ━━━━━━Naruto Boys x Male ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora