Capítulo 6: Humano

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Maratón 2/5

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El hombre jadeó. Hideyoshi lo imito; su mano apretó con fuerza la empuñadura de su espada. Podía sentir leves espasmos recorriendo su brazo y molestando su hombro. Detener las fuertes estocadas del espadachín de rojo con un único brazo resultaba ser una tarea brutal.

—¿Qué pasa, demonio? ¿Ya te cansaste? —preguntó el desconocido mientras lo atacaba sin piedad, alejándolo cada vez más de la pelea que Kakashi y Zabuza tenían y adentrándolo en el bosque.

Hideyoshi río, aunque por dentro se maldecía por no usar la prótesis que Konoha le había proporcionado. Sabía que no usarla era una estupidez; las personas podrían matar por una de las muchas prótesis que el Hokage le daba cada cierto tiempo. Creadas del mejor material, habían sido hechas solo para él, para adaptarse a su estilo de lucha y cuerpo; eran una perfecta extremidad. Pero, de hecho, no lo eran.

No eran su brazo.

No se sentían como uno.

Y tal vez estaba siendo un bastardo terco, tal vez era inmaduro y tonto, pero si no era su brazo entonces no lo quería.

No quería esa porquería de plástico, no quería esa pesada estupidez que pellizcaba su piel y se sentía tan tosca.

Quería vagar por el pueblo con esa manga vacía, quería enseñarles, restregarles en la cara, que el demonio que tanto despreciaban había dado su brazo por su amado Hokage. Quería que Hizuren viera día a día esa manga vacía y recordara que el espadachín frente a él había perdido a su familia, su estatus, su chakra, su brazo para salvarlo.

Porque si los recuerdos de un pasado lejano nunca lo dejarían, tampoco lo harían con Hizuren ni con el pueblo de Konoha.

Porque si él llegaba a una casa vacía, porque si era incapaz de verse al espejo o bañarse, entonces el Hokage que le había arrebatado lo poco que conservaba y el amigo que le había dado la espalda no podrían verlo sin recordar esa noche.

Rechinando los dientes, Hideyoshi empujó al espadachín lejos de él. Aprovechando la apertura, el espadachín de azul decidió atacar una y otra vez a su adversario con la misma brutalidad que el desconocido de rojo le había mostrado anteriormente. Su hoja se movió rápidamente, cortando el viento que se interponía entre ellos y chocando brutalmente con el acero del arma contraria.

Las chispas cayeron en su brazo y su uniforme. El leve olor a quemado llegó a su nariz como una motivación de que debía ser más rápido. Cortó una, dos y tres veces al hombre frente a él, antes de que algo lo tomara y lo arrojara hacia un árbol.

—¿Qué, acaso no puedes vencerme tú solo? —preguntó entre jadeos mientras se levantaba. Sus ojos azules vagaron por las figuras frente a él.

Cuatro, cinco, no, siete clones se alzaban con sus katanas en lo alto y sus sonrisas enloquecidas.

—Técnicamente, ellos son yo —el original río, con su cuerpo apoyado contra un árbol. Sus manos enguantadas detenían el sangrado de las heridas superficiales pero dolorosas creadas por su espada.

Hideyoshi frunció el ceño, para agacharse levemente. Clones o no, las figuras frente a él poseían el conocimiento de un espadachín y debían ser tomados como verdaderas amenazas. La humedad hizo que el sudor resbalara por sus mejillas; su corazón latió con fuerza contra sus costillas; su cuerpo caliente se sentía fenomenal y la adrenalina que corría por sus venas hizo que el cansancio desapareciera.

Su respiración calida y acelerada se escuchó por encima del sonido de sus estudiantes alentando a Kakashi y el intercambio de Jutsus de los shinobis que luchaban ferozmente a la lejanía.

THE STRONGEST ━━━━━━Naruto Boys x Male ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora