Capítulo 7: ¡Preparativos para una batalla!

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Maratón 3/5

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En aquella casa de madera, que estaba rodeada por el cuerpo oceánico, el bosque húmedo, y animales silvestres lo único que se escuchaba fue el jadeo del espadachín de azul.

Acompañando ese jadeo, como una especie de sinfonía que complementaba su dolor, seo oía el gorgoteo de la sangre y el sonido de su piel siendo levantada por la espada que estaba retirando de su cuerpo, lo siguiente que se escuchó fueron una serie de arcadas que precedieron el olor agrio y el sonido chorreante del vómito.

Y como último instrumento, el agudo grito de una chica resonó.

—¡Qué asco, Naruto! Si sabías que no ibas a poder soportarlo, ¿por qué insististe en estar junto a Hideyoshi-sensei mientras se curaba? —Sakura gritó asqueada, con sus ojos verdes mirando hacia el techo y una mueca de disgusto ante el líquido amarillento que su compañero había expulsado como si fuera alguna clase de manguera a alta presión.

—Sakura... —Naruto gimoteó mientras limpiaba los restos de vómito de sus labios; consternado observó el rostro de sus compañeros.

¿Cómo es que ellos no habían vomitado? ¡¿Qué acaso era el único cuerdo?! ¡Acababan de ver una escena digna de censura, y la única reacción en su rostro había sido ante su vómito! ¡Seguro que eran psicópatas, igual al bastardo sin cejas que había dejado malherido al asistente de su sensei!

—Naruto —Hideyoshi lo llamó con una sonrisa suave; su única mano mantenía una presión torpe, débil e incómoda sobre su hombro—, ¿estás bien? —preguntó.

Naruto no pudo evitar la sonrisa que cruzó por sus rostro.

Alguien se preocupaba por él.

Aunque el sentimiento cálido fue rápidamente aplastado por la vergüenza; sus compañeros no habían hecho ni una sola mueca mientras él se había convertido en un rociador.

Al ver su expresión, Hideyoshi solo pudo reír—. Yo también soy sensible con cosas como esta —admitió—. De hecho, fue un milagro que no me hubiera desmayado mientras quitaba la espada.

—¿De verdad, Hideyoshi-sensei? —Sakura preguntó, inclinando levemente la cabeza sin creerle ni una sola palabra. ¡Su maestro era un hombre genial! No podía imaginarlo siendo... débil o sensible.

Hideyoshi simplemente no parecía tener las mismas debilidades que un humano cualquiera. Diablos, ni siquiera parecía humano; todos en la aldea sabían que era el espadachín más fuerte que la Tierra del Fuego hubiera visto. Esas cosas simplemente no parecían ir con él.

—Te lo aseguro —Hideyoshi contestó con voz cantarina—. Deberían preguntarle a Kakashi cuántas veces lo vomité mientras intentaba curarlo —la sonrisa divertida que cruzó por sus labios fue como una plaga que se contagió a sus estudiantes.

—¡¿Deberás vomitó a Kakashi-sensei?! —Naruto preguntó entre risas, corriendo hacia el lugar donde estaba sentado para imitarlo, una señal silenciosa de que quería escuchar aún más.

—Sucedió tantas veces que no puedo recordarlas todas —admitió orgulloso, haciendo que la Genin de pelo rosa y el Uchiha sudaran.

—Hideyoshi-sensei —Sakura lo llamó mientras caminaba a pasos lentos hacia él—. ¿Usted y Kakashi-sensei se conocían desde antes? —preguntó mientras se sentaba a un lado de su compañero rubio, quien lo miraba con la misma curiosidad que la chica.

Sasuke la imitó, aunque en lugar de sentarse junto a sus compañeros, se acercó a Hideyoshi con una venda. Sabía que con una mano no podría terminar la curación de su hombro, mucho menos si ese hombro era el que se ligaba a su única mano. Tampoco confiaba en las personas en esa casa para hacer el trabajo; la familia del cliente eran desconocidos, Naruto podría convertirse en un grifo a mitad del trabajo, Kakashi estaba tumbado en una esquina inconsciente, y aunque Sakura era medio decente, no confiaba lo suficiente en ella como para hacerlo.

THE STRONGEST ━━━━━━Naruto Boys x Male ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora