Capítulo 8: ¡Dias de entrenamiento!

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Maratón 4/5

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Hideyoshi siempre había encontrado su muñón asqueroso, no soportaba verlo, y tampoco que otros lo hicieran. No soportaba tocarlo, y la idea de que alguien más lo hiciera lo disgustaba más allá de lo creíble.

Tuvo que morder su lengua cuando las manos de la muñequera y el carpintero lo tocaron. Sus ojos se mantuvieron en la lejanía, absortos en el mísero paisaje que la ventana opaca de la pequeña casa en la que se encontraba le ofrecía.

—Por aquí iría el arnés, ¿está bien? —preguntó la mujer mientras media su torso. Hideyoshi asintió sin voltear a verla. Aunque debía hacerlo, no quería; si lo hacía, vería su muñón, que estaba siendo medido y manipulado por el carpintero de manos cálidas y callosas.

—¿Cómo harás que sea móvil? —preguntó el carpintero en un intento de romper el incómodo silencio. Habían pasado las últimas horas en aquella pequeña y humilde casa, planeando una prótesis que ninguno de los tres sabía hacer, pero que de alguna manera debían lograr.

—Bueno, mis muñecas suelen tener cables. Intentaré que del arnés salgan algunos cables que se unan a la prótesis —explicó  la mujer mientras seguía su labor y medía el cuerpo del espadachín—. Al igual que mis muñecas, si el hombro se mueve, el brazo se levantará. También dependerá del movimiento del otro hombro para hacer ciertos movimientos, cuando Namikaze mueva el hombro o el brazo de alguna forma en específica los cables tirarán, haciendo que se cierre la mano, abrirla o moverse libremente.

—¿Lo has hecho antes? —preguntó Hideyoshi.

—Solo con muñecas, pero en ellas todo era cableado, más fácil —respondió— y en menor escala y proporción.

—¿En cuánto tiempo estará lista? —el espadachín murmuró. Los pájaros que volaban por los cielos grises del País de las Olas fueron un pequeño entretenimiento en medio de lo que sucedía en aquella habitación.

—El molde estará para mañana —respondió el carpintero—. El trabajo mecánico, por otro lado, no estoy seguro.

—Para mañana tendré el primer modelo —contesto la mujer—. Deberá volver para hacer las pruebas.

—¿Estás segura que podrás? —preguntó el espadachín—. Es muy poco tiempo.

La mujer tarareó mientras hacía algunos apuntes en su cuaderno. Al igual que el carpintero, hacía pequeños dibujos y anotaciones—. Usted encárguese de que el puente se termine y Gato se largue, y yo me encargaré de que pueda sostener una katana.

Un bufido divertido escapó de la nariz de Hideyoshi al mismo tiempo que asentía.

—Entonces, los veré mañana. 

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—¿Cómo te fue? —preguntó Kakashi en cuanto entró a la casa del viejo Tazuna.

—Mejor que a ti. ¿Por qué luces tan preocupado? —respondió Hideyoshi mientras se sentaba con algo de dificultad en el tatami; las heridas de la reciente batalla lo hicieron sisear.

—No deberías moverte tanto, solo han pasado algunas horas desde que te hirieron —dijo Kakashi—. Si no dejas descansar tu cuerpo, no estarás listo para la batalla.

—Aun si no estoy listo, estarás ahí para proteger a los Genin. Esa tranquilidad me permitirá pelear con libertad —el espadachín suspiró y se dejo para caer sobre su espalda. Cerró los ojos; quería dormir un poco, pero el ruido de los Genin escalando árboles por alguna razón que no entendía no se lo permitía—. ¿Qué hay de ti? —preguntó sin abrir sus orbes—. No es mi salud lo que te preocupa tanto, entonces, ¿qué es?

THE STRONGEST ━━━━━━Naruto Boys x Male ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora