Poema #18

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En el rincón más profundo, en la noche sin fin,
Los demonios del placer despiertan su festín.
Lujuria y tentación, en sus ojos arden,
En el oscuro abismo, los sentidos se pierden.

Susurran promesas de éxtasis y pecado,
Con un deseo ardiente, son almas atrapadas.
Los corazones débiles caen en su abrazo,
Mientras la razón se desvanece, en un paso a paso.

Las caricias lascivas, como fuego en la piel,
Los demonios del placer hacen que el mundo tiemble.
Seductores en su malicia, en su danza embriagadora,
Arrastran a las almas hacia la senda pecadora.

Pero detrás de sus máscaras, una verdad amarga,
El placer efímero deja un rastro de cicatrices.
Las noches de lujuria, los días de remordimiento,
Los demonios del placer revelan su oscuro tormento.

En su cautiverio, los corazones buscan redimirse,
Librarse de las cadenas que los hacen sufrir.
En la eterna batalla entre la virtud y el deseo,
Los demonios del placer siempre están al acecho.

Así que, oh mortal, cuida tus deseos y anhelos,
Pues los demonios del placer pueden ser flagelos.
No caigas en su trampa de deleite momentáneo,
Busca la luz o será todo en vano.

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