Poema #45

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En la penumbra de la noche oscura, la tristeza se posa en el alma mía, un manto gris que a veces perdura, como nube que oculta la alegría.

Susurra el viento con lamento triste, y en el silencio, susurros de pesar, la tristeza es un velo que persiste, como sombra que no quiere marchar.

Se posa en el corazón como un ave, con garras frías, aferrándose fuerte, y en cada latido, su huella grave, deja un eco de melancolía inerte.

Pero en su abrazo, hay también belleza, una profundidad en la introspección, la tristeza nos enseña la certeza, de que en la vida, existe imperfección.

Así que abrazo a la tristeza en mi interior, como un río que fluye en mi ser, pues en sus aguas, hallaré el amor, y el coraje para volver a renacer.

La tristeza es un huésped inevitable, en el viaje de la vida que emprendemos, pero con ella, lo inmutable es amable, y en sus sombras, nuevos sueños vemos.

Poemario GóticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora