Llegó temprano al set y una chica comenzó a depilarle las piernas. Recibió un tirón en la ingle y tuvo que morderse el labio para no gritar. Era muy doloroso y debían depilarle absolutamente todo el cuerpo. Era parte de su imagen en el contrato.
—¿Lou, estás listo?
—Un minuto.—contestó la chica por él mientras el quitaba con las uñas los últimos rastros de la cera.
Le untó crema humectante y Louis por fin pudo respirar de alivio. Tenían que esperar unos minutos más a que se le pasara la hinchazón y las marcas rojas de la piel.
Se colocó su bata azul rey y salió a donde Patrick lo esperaba.
—¿Ya llegó?
—¿Quién?
—El tipo que me robó el beso ayer. El imbécil de cabello rizado.
—Harry.—Patrick sonrió con sorna.
—Como sea, ¿está aquí?
—¿Por qué? ¿Tan mal besa?
—No me contestes con preguntas—rodó los ojos—tengo unas cosas que decirle.
—Luces bastante furioso.
—Lo estoy.
—Bueno, más te vale que cambies ese tono con él.
—¿Por qué?
—Porque ese imbécil —señaló a Harry que acababa de llegar—tiene una polla grande que al público le gusta y piden que ambos, o sea tú y él—golpeteteó el pecho de Louis en su esternón—follen lento y a la vez duro. Vas a hacer tres vídeos con él.
—¡¿Tres?!
—Bueno, no terminamos el del miércoles y vamos a repetirlo. El segundo será un especial de Halloween y el tercero, bueno...—Patrick sonrió mostrando su diente de plata y elevando las cejas—haremos la especialidad de Harry.
—¿Cuál es?
—¿Qué no ves pornografía Louis? ¿Jamás has visto los vídeos de Styles?
El ojiazul negó con la cabeza.
—Velos por tu cuenta esta noche. Ya lo sabrás.
Louis le dio una mirada de desconfianza y sintió los dedos de Patrick sobre su mentón.
—Aprovecha esta oportunidad. Si el primero duplica las visitas en el internet, recibirás el triple de dinero por los otros dos.
Louis se zafó de aquel agarre y Patrick sacó una cajetilla de su pantalón.
—Empezaremos en quince. Espero que te hayan dejado bien despejado ahí. A tus fans les encantas.
Louis volvió a rodar los ojos y cuando Patrick se fue, dirigió una mirada severa al rizado. No iba a quedarse con su coraje dentro de su cuerpo. Se las iba a pagar.
Se acercó mientras otra mujer maquillaba al rizado. Colocaba un bálsamo de un color sandía suave para humectar sus labios.
—Mejor quítatelo porque no me vas a volver a besar.
Harry frunció el ceño y se volteó sobre la silla para ver a Louis. Relajó su expresión y negó cuando la mujer intentó maquillarle el mentón.
—Louis, perdón por lo de ayer, y-yo estaba...
—Estabas como idiota mirándome la boca mientras me follabas ¿verdad? ¿que no leíste mis malditas condiciones? ¡Sólo pido una cosa, Harry! ¡Una! Y es que no me beses en la maldita boca.