—Oh dios, creo que voy a explotar.
Louis masajeó su estómago hinchado por tanta comida.
—Yo estoy peor.
Harry estaba sentado con las piernas abiertas en el sofá. Louis estaba en el otro extremo con sus pies desnudos sobre la pequeña mesa de centro donde se hallaban los restos de los tacos y las bebidas. Llevaban ya dos películas y seguramente pasaba de la media noche. Se sentían llenos y un poco adormilados, sin embargo el ojiazul seguía atento al film ya que, más allá de prestarle atención a la historia, se fijaba en los enfoques y encuadres que la cámara hacía. Le fascinaba.
Harry estiró ambos brazos a lo largo del sofá y miró de reojo al castaño.
—¿Has tenido novio antes, Lou?— preguntó de la nada, sintiendo curiosidad.
Los ojos azules lo vislumbraron en la oscuridad y regresó a la pantalla antes de encoger sus piernas hacia su pecho.
—Uhm...—tosió—no. ¿Y tú?
Harry respiró hondo sintiendo los tacos al borde de su garganta y observó a William acurrucarse a su lado. Le acarició su pelaje con la punta de sus dedos.
—Tuve uno, sí. Antes de iniciar todo esto del porno. Tu sabes, no terminó muy bien.
—¿Por qué?
Louis ya se podía imaginar la respuesta.
—Bueno, a nadie le gusta ver a su novio follar a diversos chicos en el internet. Apenas duramos tres meses.
—Oh.
Y es que ahí estaba el asunto que no dejaba dormir al ojiazul desde la primera vez que Harry lo invitó a salir.
Era demasiado complicado tener una relación sentimental con el trabajo que tenían. Los contratos especificaban y exigían ningún tipo de relación más allá de los términos
especificados. Aunque muchos pornstars pasaban por alto aquella regla, sin embargo, los que lo hacían tenían la mente muy abierta y eran liberales a tal grado de no importarles si su pareja se follaba a tres en un día. Louis no se imaginaba siendo una persona como esas.
—Supongo que sí es complicado.
Murmuró y se abrazó a sí mismo creando una ligera nube de tensión.
—Sí, lo es.
Harry se quedó mirando su perfil. La manera en que su cabello castaño y lacio le cubría las orejas, la forma en que la película se reflejaba en sus irises azules y en el brillo de sus labios cuando los relamía ocasionalmente con su lengua.
Louis volteó sintiendo su intensa mirada y Harry desvió la vista rápidamente.
Louis quiso reír ante la idea de Harry ruborizándose porque lo había descubierto viéndolo más de lo normal, cuando aquella tarde habían follado en posiciones inimaginables, se había corrido una vez sobre la mariposa de su abdomen y otra dentro de su boca. Sin pudor. Sin vergüenza alguna.
Y le comenzaba a gustar la manera en que iban las cosas, sin embargo podía imaginarse el final y no le gustaba. Porque la pornografía y el amor no funcionan si llegan a juntarse. No se pueden combinar como el café y el azúcar. Eran más como el aceite y el agua. Porque sabía que en algún momento iba a caer tan profundamente enamorado de él que no dejaría que nadie
más lo tocase, que nadie más robase su atención.
Sabía que iba a terminar tan rendido a él que en algún momento no dejarían el uno al otro que alguien más tomase sus cuerpos, que los hicieran de ellos cuando sus cuerpos pertenecían el uno al otro.