Piel sensible

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—Pst...

Louis dio pequeños toquecitos sobre la rosácea nariz.

—Pst, William.

El gato abrió un ojo adormilado y se removió tapándose con su cola peluda.

—Hey, necesito hablar con alguien.

Le jaló suavemente la orejita triangular y William rugió molesto pero despertándose finalmente. Estiró su cuerpo y Louis sonrió.

Se hallaban sobre la cama, ambos sobre sus estómagos. El gato comenzó a lamerle el dorso de la mano que le estaba haciendo mimos.

—¿Tu crees que el sexo repercute en el amor? Es decir, me he acostado con Harry dos veces, bueno tres. Bueno aquella vez yo estaba de pie pero en fin, ninguna de esas veces ha sido real. Sin embargo, ayer que lo hicimos sentí algo diferente con él.

Meow

—No lo sé. Tal vez sea porque me ha comprado un par de malteadas, de esas que tienen una cereza y chispas. Pero... En realidad, él es el primer chico con el que he pasado más tiempo.

Meow

—¿Un amigo? ¡Pero hemos tenido sexo, William! Lo más cercano que podremos llegar a ser son compañeros de trabajo. Estoy muy confundido. Ademas he visto todos sus vídeos porno, eso es raro.

Meow

Louis se giró sobre su espalda mirando esta vez al techo. No podía sacarse a Harry últimamente de la cabeza. Incluso había soñado que hacía una película absolutamente de él. Jamás en el corto tiempo como pornstar había sentido tal atracción repentina hacia un actor. Es decir, algunos se le hacían atractivos pero Harry era... no sabía describirlo. Le atraía su forma de hablar, la manera en que absorbía la malteada de vainilla, su caminar, su forma de vestir, su cabello...

Tal vez era porque a los pornstars que lo follaban no los volvía a ver, o si se los encontraba a lo lejos se limitaba a saludarlos con un leve movimiento de cabeza; en cambio Harry, lo había invitado a tomar malteadas, lo había llevado a su casa, le había tratado de robar un beso, joder, le había chupado la polla y ni siquiera había cámaras alrededor o algún contrato de por medio.

Sintió a William caminar con elegancia felina a través del colchón para encaramarse a su pecho y reposar en él. Pasó los dedos por el pelaje y éste ronroneó.

—William, creo que estoy perdiendo la cabeza.

[...]

"Voy en camino. 6:32 p.m"

Louis despertó con el suave vibrar del celular en su pantalón. Vio el mensaje con sus ojitos adormilados y una vez que su cerebro asimiló la información, se levantó como rebote de la cama tirando al gato por centésima vez al suelo.

—¡William! ¡Lo siento!

El gato le arañó molesto pero aun así logró colocarlo sobre la almohada.

—Ay no. Ya viene, ya viene. ¿qué hago?

Se miró fugazmente en el espejo y se quitó de un jalón la camiseta caminando a su armario. Removió con dedos torpes cada prenda sin saber muy bien qué estaba buscando. Finalmente escogió una playera sencilla de un color rosa pastel y unos jeans de mezclilla. Olfateó sus vans negras e hizo una mueca. Optó por las blancas.

Entró al baño y se lavó los dientes mientras que con la otra mano trataba de acomodarse el flequillo.

Recibió otro mensaje.

"Estoy a dos calles. 6:40 p.m"

Louis escupió la espuma y se enjuagó la boca.

"Doblando la esquina. 6:43 p.m"

Vanilla Twink (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora