¡¿Mi Prometido?! (Omegaverse) Michael X Noah

Capítulo 10 (El pasado de Michael)

Ya han pasado dos años desde el terrible suceso que me marcó de por vida. Tantas cosas que desearía nunca haber olvidado y específicamente la que quiero eliminar de mis recuerdos sigue intacta como un tormento continuo.

Recuerdo a la perfección a ese par de alfas que consideré mis grandes amigos y a ese omega que prácticamente era parte de mi familia. Marcus y Simón, como buenos amigos solían estar dispuestos a dar su vida para proteger a sus dos amigos omegas Frederick y yo...

Conocia a Frederick desde recién nacido, su padre era un amigo cercano de mi padre, por esa misma razón cuando Frederick nació mi padre se convirtió en su padrino. Se podría decir que nuestra relación era perfecta, éramos un par de omegas que fueron criados como primos, confiabamos plenamente el uno del otro, siempre fuimos él y yo contra el mundo.

Cuando ambos teníamos 10 años conocimos a Marcus y Simón, desde entonces dejamos de ser un dúo y nos convertimos en un cuarteto. La pasábamos muy bien juntos, cuatro chicos que compartían sus raros y diferentes gustos, éramos como una pequeña famila.

Los cuatro ingresamos a la misma secundaria, todos nuestros compañeros tenían bien en claro que si se metían con uno de nosotros se metían con el resto. Solía ser así hasta que llegamos a tercero de secundaria, ya teníamos 15 años, a esa edad todos se vuelven locos por conseguir pareja, algunos omegas desesperados por ser elegidos por un alfa, muchas betas intentando conquistar a algún alfa al igual que muchos betas con los o las omegas. La secundaria se volvio un completo caos, nadie estaba asalvó de los chismes y rumores mayormente creados por las betas y l@s omegas celosos.

Algo que nunca olvidaré fue el siguiente año cuando tenía 16, Marcus o Mark como soliamos llamarlo por cariño, se me declaró, tuve que rechazarlo pues yo lo consideraba un hermano y no algo más. Luego de ese suceso nos distanciamos un poco, Frederick y Simón sabían lo que había pasado pero preferían ignorar lo ocurrido y seguir siendo igual de cercanos que antes.

Algunos alfas y betas también confesaron tener sentimientos por mi, todos recibían la misma respuesta "lo siento, pero no estoy interesado en tener pareja en estos momentos" la gran mayoría de ellos entendieron y respetaron mi decisión, sin embargo, muchos alfas ofendidos me insultaron usando palabras como "puta" o "zorra", solo por ser el único omega en esa horrible escuela que no buscaba una pareja, yo hacia caso omiso a cada una de sus palabras.

Cada vez más rumores se esparcian por toda la escuela, al cabo de una semana todos los chismes y rumores hablaban únicamente de mi. Todos me veían con odio y despreció, sobre todo las betas quienes habían perdido toda la atención de los betas, más de una vez un omega se me acerco reclamandome cosas que yo ni idea de que estaba hablando. Lo que más me dolió fue saber que todos esos rumores no habían sido inventados por las betas y l@s omegas celosos, los principales responsables de todo lo que estaba pasando eran nadie más y nadie menos que aquel par de alfas que habían prometido cuidarme como si su vida dependiera de eso, la verdadera apuñalada a mi corazón fue enterarme que Frederick había participado.

En cuanto me enteré de esto fui a confrontar a ese trío de traidores, ese fue mi peor error... recuerdo entrar enfadado al salón del club de teatro, los imbéciles de Marcus y Simón estaban muy tranquilos hablando sentados en el escenario, me acerqué decidido a acabar con aquel par de hipócritas, después me encargaría de Frederick.

Habíamos estado discutiendo por más de 10 minutos, nunca olvidaré las expresiones tan indiferentes que hacian ante mis reclamos. De la nada un montón de estudiantes entraron al salón con las cámaras de sus teléfonos activas, la gran mayoría eran mis compañeros de clase, recuerdo el montón de risas y murmullos que se escuchaban por el salón.

-¡Oh, por favor! ¡esto ya es acoso! - les reclame molesto, ya estaba harto de ese montón de hipócritas que solo sabían criticar y menospreciar a quiénes consideraban más débiles.