¿Qué pasaría si de repente te enteras de que estás comprometido? Que buena pregunta, lo normal es que dudes de los hechos, pero...¿Cómo cuestionar a tú padre?
Le dediqué una última sonrisa a mi padre, sin más subí las escaleras con toda la calma que podía aparentar. Justo en el momento en que entré a mi habitación, sentí como el mundo se me venía encima.
Mierda, mierda, mierda
No puede ser posible que mi tan sobreprotector padre, no interviniera respecto a la fecha. Y ¡¿Qué demonios está pasando?! ¿Por qué esté compromiso? Eso lo debo averiguar, pero es lo de menos ahora. Justo en este momento tengo que lidiar con el hecho de que voy a pasar mi 2do celo en una casa desconocida con ¡un completo extraño! ¿Y si pasará algo? Debo evitarlo a toda costa. ¿Mi madre estuvo de acuerdo con esto? ¿Por qué? ¿Cómo convivir con alguien que acabo de conocer? ¿Qué pensarán mis hermanos? Cargo con tantas preguntas y ninguna respuesta.
Como pude caminé hacia mi cama, me senté en el borde y tomé el celular en mis manos. Puse la música en aleatorio, sólo quería olvidarme de toda esta mierda un momento, solo un instante de tranquilidad me hará bien.
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Noah
Luego de que Michael subirá las escaleras, mi padre y el Sr. Afton siguieron hablando del compromiso. Me sentí incómodo estando en medio de la conversación, por lo que decidí caminar por la casa. Mientras caminaba me di cuenta de que la casa era realmente grande.
Detuve mi caminata cuando sentí a alguien observarme, me di la vuelta para encontrar a un pequeño pelicastaño con un ojo azul y otro verde, tenía heterocromía, no debe tener más de 10 años. Me miró con curiosidad, luego de inspeccionarme con la mirada, me mostró una sonrisa algo nerviosa.
–H-hola me llamó Christopher – el pequeño me saludó con ternura – pero mis a-amigos me llaman Chris.
–Hola Chris – me agache para ponerme a su altura – un gusto conocerte, yo me llamo Noah.
–¿Quién eres? – que niño tan directo – si es que puedo preguntar.
–Claro que puedes – le respondí de la forma más breve posible – yo vine con mi padre, al parecer necesitaba hablar con tú papá.
–Entiendo...
Chris bajó la mirada, lo más seguro es que esté nervioso. Luego de un efímero silencio me regreso la mirada con una gran sonrisa.
–Oye...
–¿Si? No tengas miedo de decirme lo que me quieras decir.
–B-bueno...yo quería saber si quieres jugar conmigo.
–Con todo gusto jugaré contigo – esa sonrisa tan emocionada, él me recuerda a mi de niño cuando mi padre jugaba conmigo – solo dime a qué quieres jugar y listo.
Con eso dicho, me tomó de la mano y me llevó a un cuarto llenó de juguetes. Él sólo agarró un oso dorado un sombrero y corbatín morado.
Un niño tan tierno y amable, sólo bastó un par de minutos para sentir que ya nos conocíamos de toda la vida.
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Michael
Luego de lo que me pareció una hora escuchando música, Elizabeth entró en mi habitación -sin tocar como es de costumbre- me miró con una cara de pocos amigos, si entender el por que de su expresión me límite a mirarla esperando una explicación.
–¿Quién es él? – me preguntó casi en susurro.
–¿Quién? – le pregunté ya sabiendo la respuesta.
–Pues ¿Quién más?, ¡El alfa pelirrojo!
Puede que solo sea una niña de 7 años pero hay que tener cuidado con hacerla enojar.
–No es como para que grites Eli - su mirada se clavó en la mía, era obvia su molestia – solo vino con un colega de papá, además, no veo en que te moleste eso.
–Dime la verdad, puede que tenga 7 años pero no soy ingenua – y tiene razón, ella nunca se anda con rodeos
–Es algo que no te incumbe – le respondí implorando por mi vida.
–¡¿Disculpa?! – esos ojos verdes me miraron con una cara de pocos amigos – ¿Podrías repetir lo que dijiste? Creo que no escuché bien.
–¿No te vas a ir hasta que te lo diga? – pregunté ya sabiendo la respuesta – bien, te contaré.
Eli solo asintió con la cabeza y se sentó a mi lado.
–Tal vez esto es algo que papá les diga más adelante – suspiré antes de continuar – cómo ya sabes yo soy omega, papá me comprometió con ese chico.
–¿Estás bromeando?
–Te digo la verdad Lizzy, ya depende de ti creerme o no.
–Aclarado eso, me voy.
Mi hermanita se levantó de la cama, caminó hacia la puerta y se despidió con la mano. Por fin estaba solo, otra vez.
