¿Qué pasaría si de repente te enteras de que estás comprometido? Que buena pregunta, lo normal es que dudes de los hechos, pero...¿Cómo cuestionar a tú padre?
Habían pasado rato desde que el pequeño le pregunto si quería acompañarlo a jugar, invitacion que el pelirrojo acepto con gusto. Estaba realmente entretenido jugando con el pequeño pelicastaño, no recordaba la última vez que se divirtió como un niño. Estaba tan concentrado en jugar con el niño que no se dio cuenta de la hora, si no hasta que se fijó en el reloj que llevaba en la muñeca.
–Son las 6:00 pm – mencionó el pelirrojo en voz alta.
–¿Tan tarde ya? – pregunto sorprendido el pelicastaño – parece que perdimos la noción del tiempo.
–Tienes razón – respondió amigable – que extraño que mi padre siga hablando con el Sr. Afton.
–¿Sabes? – el pelicastaño miró curioso al pelirrojo – me parece que ya he visto a tú padre.
–¿En serio? – preguntó el pelirrojo.
–De hecho, ha venido un par de veces – respondió el pelicastaño – mis padres y el tuyo duran horas hablando, quién sabe de que hablan.
–Ya veo – dijo el pelirrojo empezando a juntar puntos en su cabeza.
–Noah – llamó el pelirrojo mayor – con que aquí estabas.
Tanto el pelirrojo como el pelicastaño voltearon a ver de quien se trataba, encontrándose al ya muy conocido pelirrojo de ojos color zafiro.
–Oh Sr. Cárter – dijo el niño al ver al pelirrojo – un gusto tenerlo aquí.
El pequeño pelicastaño sonrió amable, a lo que el pelirrojo asintió, sonriendo de igual forma.
–Bueno, creo que eso fue todo por ahora – dijo el pelirrojo mayor estrechado la mano del otro mayor – Noah es hora de irnos.
–Por supuesto – respondió, levantándose del suelo y desordenando el cabello del niño pelicastaño – hasta la próxima pequeño Chris.
La sonrisa que el pelirrojo le brindó al pequeño, hizo que al niño se le iluminaran los ojos. Realmente había hecho un nuevo amigo, las horas que pasaron juntos le fueron suficientes para confiar en él, después de todo ya tenía una sospecha del porque se encontraba ahí.
–Espero verte pronto – respondió con una tierna sonrisa que solo es capaz de mostrar un niño.
El pelirrojo asintió sonriente, para luego caminar atrás de su padre. Se despido del mayor de los Afton estrechando su mano, el pelicastaño asintió y lo llevo a la salida.
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–¡Chris! – gritó la pequeña de ojos esmeraldas que corría en dirección de su hermano.
–¿Qué sucede Eli? – pregunto al ver a su hermana – ¿Estas bien?
–Estoy perfecta – dijo luego de asentir con la cabeza – ahora, me enteré que estuviste todo el día con ese tal Noah.
–¿Qué hay con eso?
–¿Qué hay con eso? – pregunto sarcástica – mejor pregunta ¿qué no hay con eso?
–¿Qué tiene de malo que pasará la tarde con él? – pregunto negando con la cabeza.
–¿Si sabes porque estaba aquí, cierto? – interrogó la pelirroja.
–Yo si sé, la pregunta es ¿tú como sabes eso?
–Larga historia – dijo restándole importancia – Ahora, ¿estas de acuerdo con todo esto?
–Sólo soy un niño de 10 años y tú una niña de 7 años – dijo el pelicastaño – estos son temas de adultos, no nuestros. Además, hasta donde se, Michael está de acuerdo.
Tras decir eso, el pelicastaño se dedico a subir las escaleras dejando sola en el pasillo a la pelirroja quien empezaba a enfadarse.
–Nada de esto me da buena espina – murmuró para sí y se fue a su habitación.
