Capítulo 16. El pequeño pianista

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Ya todos me conocen aunque mucho lo ignoren, no suelo contar mi pasado pero creo que está vez será necesario.

Ah, se me olvidaba ¿mi nombre? Terrence Afton. Sip, el hijo mayor que todos suelen olvidar o simplemente ignoran su existencia, ese soy yo. Hace unos días me puse a recordar mi adolescencia, algunas memorias lindas y otras no tanto....

Uno, dos, tres golpes se dirigían sin piedad hacia la boca de mi estómago. El dolor era insoportable, intentaba librarme del agarre de ese grupo de alfas que me habían sometido tomándome de los brazos y piernas. Había empezado a patalear soltando así mis piernas, esto sólo le causó más gracia a los bastardos que me atraparon de nuevo entre risas.

¡Déjenme! ¡Ya basta! — grité desesperado rogando porque algún profesor interviniera, cosa que iba a ser imposible, me habían acorralado en el lado vacío de la institución — ¡Sueltenme!

Miren al omeguita, se va a poner a llorar — se burló el más alto de todos luego de dar un golpe a mi mandíbula para que me callara — ¿No que muy macho? Hasta mi hermanita es más grande y fuerte que tú.

Apreté mi boca con fuerza sintiendo el metálico sabor de la sangre producto del golpe que acababa de recibir. Sentía primeramente impotencia y frustración por no poder defenderme, me dolía todo el cuerpo que se habían encargado de marcar con terribles moretones, por otro lado, la rabia que recorría cada parte de mi miserable ser era más grande que cualquier otro sentimiento, quería hacerlos pagar por todo pero no me encontraba capaz de realizar mi venganza.

¡¿Qué mierda pasa allí atrás?! — escuché lo que quise tomar como mi salvación, recuerdo pensar que aquel chico pelirrojo era un ángel enviado para salvarme — ¡Les pregunté que están haciendo!

Que gran satisfacción sentí cuando el grupo de alfas que me molestaban empezaron a temblar de miedo viéndose las caras nerviosos.

E-es un m-mayor murmuró uno de ellos viendo como el pelirrojo se nos acercaba cada vez más.

P-parece que es de último año — agregó otro dejando de sostenerme, todos hicieron lo mismo y me dejaron libre.

Cuando finalmente el pelirrojo llegó se veía realmente intimidante, era más alto que cualquiera allí y votaba un aura aterradora, hasta yo estaba dudando si venía a ayudarme. Mis agresores voltearón lentamente encontrándose con la feroz mirada azulina que los fulminaba de pies a cabeza, esos "alfas fuertes" no dejaban de temblar de miedo.

¡¿Mi Prometido?! (Omegaverse) Michael X NoahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora