alfa/omega/beta

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Vulnerable

Así lo hacía sentir aquel mocoso impertinente con su mirada filosa.

—¿Qué es esto? —Estaba parado junto a su escritorio con un archivo entre sus dedos, su ceño fruncido delataba, para su propia mala suerte, que comprendió cada palabra ahí escrita.

Quentin dio unas zancadas apresuradas hacia él, prácticamente saltándole encima para quitarle el archivo.

—¿Qué haces aquí? Ya te dije que no husmees en mis cosas.

Forcejearon unos instantes, se sintió ridículo al tener que enfrentarlo, el contrario ni siquiera les llegaba a los hombros. Siseó y enseño sus pequeños dientes. Ese lado salvaje que ...

Lo empujó y guardo apresurado la carpeta en su cajón derecho.

El adolescente achinó sus ojos desconfiado.

—Hueles a otro alfa—Quentin se sorprendió por el cambio repentino de tema—

—No me salgas con estupideces. Ya te dije que no te quiero cerca de mí, Harley. Eres un niño.

Y lo era.

¿Cuántos años tenía?

¿diecisiete?

La primera vez que lo vio, este venia con ojos curiosos a conocer Stark Industries. Tony lo encontró en un pueblo casi olvidado, cuando su traje sufrió averías. En pocas palabras lo tomó como su protegido.

—¿Con quién pasaste tu celo?

Quentin sonrió; como si tuviese que darle explicaciones a alguien que ni siquiera rosaba la mayoría de edad.

—vete —No iba a responderle, siempre evadía esas preguntas incomodas, no porque Harley fuese un niño sino porque sabía perfectamente su alfa destinado.

Se negaba rotundamente a aceptar cosa semejante, no por la diferencia de edad y de que el niño ni siquiera había experimentado un celo completo, sino por el hecho de que se negaba a ser atrapado como un animal salvaje sometido a sus instintos.

Era un hombre de ciencia y ambición, quería llegar tan lejos como Tony Stark lo hizo, que el mundo recordara su nombre por siempre, ser un héroe.

La primera vez que soñó con Harley, se despertó en un océano de sudor y fluidos. Su lógica quería negarse y alegar en contra de esas viejas creencias de que algunos alfas y omegas soñaban con su predestinado. Nunca había conocido a alguien que lo hubiese hecho, eran historias perdidas en el tiempo, leyendas, cosas que los abuelos contaban a sus nietos. Pero sucedió, cuando se convenció a sí mismo de que todo era un simple sueño, que esos ojos verdes esmeralda que lo asecharon en el mundo de Morfeo; Tony Stark apareció por la puerta con un pequeño umpa lumpa siguiéndole los pasos.

Esos ojos.

Esos mismos ojos que ahora lo veían fríos y muy molesto.

Tal vez Harley no tuvo ningún sueño premonitorio, o quizás sí, eso Quentin no lo sabía. De lo que sí era consciente a la perfección es que el niño se encaprichó con él desde la primera vez que lo vio.

—Quiero que cierres tu bocota—¿fue una amenaza o una súplica? Harley ladeó la cabeza.

—¿Qué me darás a cambio por mi silencio?

Quentin casi se ahoga con su propia saliva, comenzó a toser y a quedarse rojo. El adolescente solo sonrió redoblando la apuesta.

—Me estas pidiendo que traicione la confianza del señor Stark. Necesitas ofrecer algo ...—lo miró de arriba a abajo relamiéndose.

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⏰ Última actualización: Oct 27, 2023 ⏰

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