Gusu Lan - parte 1

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La brisa era fresca, el ambiente tranquilo mientras los botes avanzaban por las calmadas aguas hacia su destino.

Algunos conversaban bajo, otros apreciaban la vista y otros - como Wei Wuxian - dormían plácidamente debido a que tuvieron que despertar antes del amanecer.

Huaisang platicaba con Wangyi sobre el lugar al que se dirigían, el joven maestro Nie ya conocía al primer jade de Lan, los maestros y las tres mil reglas del lugar.

Esto se debía a que el menor ya había asistido a un año de estudio - el cual fue pedido por su hermano y al este ser líder de secta y su tutor el gran maestro lo acepto - el cual no le fue muy bien y por ello volvería este año con la advertencia de que si reprobaba su hermosa colección sufriría las consecuencias.

Obviamente, Huaisang haría lo que fuera por la preservación de sus amados abanicos y pinturas, por lo que no le quedaba de otra más que aceptar aquel trato injusto - según él - al cual lo sometió su hermano.

Algunos discípulos palidecieron al oír lo de las tres mil reglas, por lo que Huaisang aprovecho para nombrar algunas de las más absurdas, los jóvenes sintieron sus almas abandonar sus cuerpos.

¿Acaso había algo que no estuviera prohibido? Por alguna razón aquellos que escucharon se les vino a la mente un único rostro.

Wei Wuxian no es precisamente alguien a quien se le pueda pedir estarse quieto, el joven es un alma libre, bulliciosa y desvergonzada.

Sentada junto a sus leales acompañantes, Ziyuan dirigió su vista aquel niño que - solo mientras dormía - estaba tranquilo.

Se preguntaba cómo habrá sido los días en Gusu en aquellos recuerdos o línea de vida que vió, según lo poco que logro ver Wuxian no había completado el año de estudio debido a la pelea con Zixuan - la cual ya no debería de ocurrir debido a que su hija fue quien rompió el compromiso está vez - y la intervención de su esposo.

Si solo con aquel poco tiempo el menor logro captar el corazón del segundo joven maestro Lan, está vez ella se aseguraría de que el mocoso no fuera echado de los recesos de las nueves y así esa relación pueda darse más pronto.

Sí, esa era otra de sus metas a cumplir, no quería que tuvieran que sufrir de separaciones y malos entendidos, además de morir para poder entender sus propios corazones.

No, está vez no habrá muerte, al menos no la de los suyos.

A su parecer, era algo gracioso que esos dos se enamoraran, eran completamente opuestos, como agua y aceite.

¿Quizás por eso se complementaban?

También sabe, que su hijo tuvo cierta atracción por la joven Wen y suponía que debido a los problemas con la secta y la mancha que representaba su apellido, fue lo que los separó a ambos. Además de su orgullo y carácter.

Sin embargo; ahora será diferente, su hijo no tendrá que volverse un amargado y resentido; y la joven contará con la protección que necesita - al igual que su familia - para poder ser libre del yugo de la tiranía.

Al atardecer ya habían llegado a la ciudad de Caiyi, se quedarían en una posada y partirían al día siguiente hacia los Recesos de las nubes.

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Madam Yu ¡Avoid Tragedies!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora