Un león buscador y una serpiente enojada.

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Capítulo 8: Un león buscador y una serpiente enojada.

Lynx dejó de hablar con su hermano para prestar atención a su tío cuando entró al salón, con su túnica ondeando detrás de él. El silencio se extendió por todo el salón inmediatamente, con todos mirando hacia el frente con los ojos muy abiertos cuando Severus estuvo frente a ellos.

Lynx observó los ojos de su tío recorrer la habitación, deteniéndose momentáneamente cuando vio a alguien en el lado de Gryffindor.

—Ah, sí —murmuró—. Harry Potter. Nuestra nueva... celebridad.

Algunos Slytherins rieron levemente, tapándose la boca cuando Severus los miró de soslayo. Sus ojos eran tan negros como la noche, vacíos y sin nada de calidez. Lynx conocía esa máscara de su tío Sev; era la misma que tenía cada vez que les explicaba pociones en vacaciones.

Y sinceramente la odiaba.

—Están aquí para aprender la sutil ciencia y el arte exacto de hacer pociones —comenzó. Hablaba casi en un susurro, ya que no tenía ninguna necesidad de alzar la voz. Su tío tenía el don de mantener a la clase en silencio, sin ningún esfuerzo—. Aquí habrá muy poco de estúpidos movimientos de varita y muchos de ustedes dudarán que esto sea magia. No espero que lleguen a entender el sublime arte de la preparación de las pociones, el delicado poder de los líquidos que se deslizan a través de las venas humanas, hechizando la mente, engañando los sentidos... Puedo enseñarles cómo embotellar la fama, preparar la gloria, hasta detener la muerte... si son algo más que los necios a los que habitualmente tengo que enseñar.

Más silencio siguió a aquel pequeño discurso. Lynx se encontraba hipnotizada por la forma de hablar de su tío, tan apasionada en el interior, pero como si no le interesara más que una mosca muerta mientras los observaba. Vio a una chica Gryffindor de cabello marrón esponjado removerse en su silla, parecía desesperada por empezar a demostrar que ella no era una necia. Lynx la recordaba de la selección, hablando acerca del techo encantado, pero no recordaba su nombre.

—¡Potter! —dijo de pronto Snape, logrando un sobresalto en la chica. Lynx concentró su atención en el chico de cabello alborotado, demasiado delgado y con gafas viejas en el lado de los Gryffindor—. ¿Qué obtendré si añado polvo de raíces de asfódelo a una infusión de ajenjo?

Lynx observó el rostro desconcertado de Harry Potter mientras miraba a su tío como si le hubiera salido otra cabeza. La mano de la chica de cabello marrón, a quien recordó de pronto como Hermione Granger, se agitaba en el aire.

—No lo sé, señor —contestó Harry.

Los labios de Severus se curvaron en un gesto burlón.

—Bah, bah... es evidente que la fama no lo es todo.

No hizo caso de la mano de Granger, que seguía agitándose en el aire.

—Vamos a intentarlo de nuevo, Potter. ¿Dónde buscarías si te digo que me encuentres un bezoar?

Granger agitaba la mano tan alta en el aire que no necesitaba levantarse del asiento para que la vieran, pero Potter parecía no tener la menor idea de lo que era un bezoar.

Varios Slytherins se burlaban a la espalda de Lynx, incluso Lorcan tenía una sonrisa burlona mientras veía al niño-que-vivió. Lynx arrugó el entrecejo con incomodidad, removiéndose un poco y ganándose la atención de su hermano.

Sussurro [Draco Malfoy y Harry Potter].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora