Baby Sunghoon [Minlix]

18

Sunghoon estaba impresionado, por lo enorme que era la casa del abuelo de Sunoo.

—Mira Sunghoon, mi abuelo me puso un área de juegos, vamos.— Sunoo agarró la manita de Sunghoon y corrió hasta los juegos.

—Los niños están entretenidos, por mientras deberíamos ir a recibir a los invitados, junto con mis padres.— Dijo Soobin viendo a los niños jugar.

—Tienes razón, ahora que recuerdo, no le dijimos a tu padre que trajimos a Sunghoon. Me concentre más en arreglar a Sunoo y se me olvidó.—

—No creo que haya problema, vamos.— Se fueron dejando a los niños en los juegos.

Soobin y Kai habían llegado temprano, para poder ayudar a sus padres (suegros) en lo que ocuparán.

—Vaya, hasta que llegas, por un momento pensé que no ibas a venir.— Soobin estaba en la entrada con sus padres, recibiendo a los invitados.

—No es para tanto, solo llegue treinta minutos tarde, además ustedes siguen aquí.— Dijo Minho quien venía llegando.

—¿Y tú hermana?— Dijo la señora Lee.

—Me dijo que ya venía, creo que encontró pareja.—

—Eso sería una bendición, bueno vamos de una buena vez a la fiesta.—

—Claro.— Dijeron los hermanos Lee.

—¿Y Kai?—

—Esta en el patio, se quedó cuidando a los niños.— Minho volteo a ver a su hermano.

—¿Niños?—

—¡Ah! No te dije, trajimos a Sunghoon, el amigo de Sunoo.— Minho quedó paralizado al oír el nombre, era una oportunidad perfecta para seguir con su plan. Caminaron hasta el patio de la mansión, estaba decorado elegantemente, había varias mesas y la más grande es donde se sentaba los Lee.

—Mira, allá están Subió y Sunghoon.— Minho volteó al área de juegos que habían instalado en una esquina del patio. Los dos pequeños corrían evitando ser atrapados por Jay, quien se les había unido.

—¡Tío Minho!— Gritó Sunoo, corriendo en dirección a Minho.

—Hola Sunnie, ¿Cómo estas?— Decir que Minho no estaba nervioso sería mentira, se había agachado a la altura de su sobrino, y por detrás de este podía ver a Sunghoon.

—Bien tío, hoy vino mi amigo Sunghoon, ven Sung.— Sunghoon corrió lo que quedaba para poder llegar hasta Sunoo, se paró a lado con sus manitas juntas.

—Mucho gusto, me llamo Lee
Sunghoon— Hizo una reverencia que a Minho le pareció de lo más adorable.