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—Madre Luna, ten piedad de nosotros, tus hijos te necesitan

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—Madre Luna, ten piedad de nosotros, tus hijos te necesitan.— Felix rezaba tranquilamente aunque su corazón fuera un caos.

Terminó por acostarse, su omega estaba alterado pero pensó que era por lo de Minho. Cuando estaba apunto de caer dormido un ruido abajo lo despertó.

Se enderezó y buscó su teléfono, las ayudantes ya estaban en sus casas y solo quedaban él y Sunghoon.

Otro ruido más fuerte que el anterior volvió a sonar, se asustó y rápidamente se levantó, la habitación de Sunghoon  quedaba hasta el final del pasillo. Con cuidado de no hacer ruido caminó por todo el extenso pasillo, trataba de controlar su respiración, no podía ver a nadie en la planta baja.

Cuando por fin llegó abrió la puerta con cuidado, estaba a punto de pasar cuando un ruido se escuchó más cerca. Cayó al suelo agarrándose de la manija con miedo. Si no se tranquilizaba sus feromonas lo delatarían, tenía que conservar la calma.

Entró gateando a la habitación, a lo lejos vió la cama y corrió hacía ella. Su corazón se detuvo cuando encontró la cama vacía.

—No, no puede ser, no por favor madre luna.— Entré susurros pedía que todo fuera un sueño.

Su vista se nublo y su lobo se alejó de él, una vez más, las lágrimas no se detenían y Felix no encontra a Sunghoon por ningún lado.

Tomó su teléfono y como pudo le marcó a Minho.

—Felix por favor dime que están bien.—

—Minho.— El alfa al escuchar la voz del omega quiso quebrarse. —Hay alguien en la casa y no encuentro a Sunghoon.—

—Ya voy para allá, por favor quédate dónde estás, ¿Si? Todo estará bien, te lo prometo.—

Soobin ya le había llamado a la policía minutos antes, Minho colgó y Felix se ahogó más entré sus lágrimas.

No podía ser verdad, por fin estaba viviendo en paz, tenía a su familia junta. Por fin estaba de nuevo con su lobo y ahora lo había abandonado de nuevo.

—Por favor vuelve te necesito
conmigo.— Pero no hubo respuesta, solo su llanto.

Escuchó las pisadas en las escaleras, se acercaba a la habitación. Salió sin hacer ruido al balcón de la habitación y se hizo bolita en una esquina.

Se sentía vulnerable, estúpido e indefenso.

Temió cuando escuchó que la puerta se abrió, las pisadas eran lentas y tortusosas para él, tapó su boca con su mano y cerró los ojos.

—El niño no está aquí.— Dijo el hombre.

—No salieron, debe estar en otro lugar de la casa, mejor ve por la madre.— Al parecer traía un radio. Felix se impactó cuando lo escuchó.

El hombre estaba a punto de salir cuando escuchó un leve sollozo. Felix  abrió los ojos cuando dejó salir ese pequeño sonido.

—Recuerda que tenemos que matarlos antes de que llegue el alfa.— De nuevo aquella voz en la radio.

Baby Sunghoon [Minlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora