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—¡Felix espérame por favor!— El omega salió de la casa tan rápido que el alfa no lo alcanzó hasta que llegó al carro

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—¡Felix espérame por favor!— El omega salió de la casa tan rápido que el alfa no lo alcanzó hasta que llegó al carro.
—Explícame que pasó ¿Qué fue lo que te dijo mi padre?—

—No lo quiero hablar delante de Sunghoon.― En su voz se notaba el miedo y el enojo. Minho lo entendió y salió de ahí lo más rápido que pudo. Entre más cerca de la casa estaban Felix  se iba relajando.

En algún punto Sunghoon se quedó dormido, no tardaron mucho en llegar. Felix dejó a Sunghoon en su cama, el alfa estaba esperándolo en el sillón.

—¿Ahora me vas a decir que pasó?— Tanto Felix como Minho, sentían las emociones del otro gracias a sus lobos.

El omega se acercó hasta el sillón, más no se sentó.

—¿Por qué tu padre no me quiere?— Ni el lo sabía. Reaccionó de mala forma cuando se enteró, pero hasta ahí, no había una razón para enojarse con el omega. Si habláramos de culpa esta sería de Minho, por abandonar a Felix.

—Ni yo lo sé, pero eso ahorita no importa. Yo quiero saber que fue lo que te dijo para que tú te pusieras así.— Lo tomó de la mano y lo jaló, para que se sentará. ―¿De quién era esa urna?—

—De mi hijo, nuestro hijo.― Lo dijo tan bajó que pensó que el alfa no lo iba a oír. La mandíbula de Minho se tensó.

—¿Qué?― Felix no miró a Minho por miedo a como pudiera reaccionar. Felix  apretó más la mano del alfa y comenzó a contarle todo. Desde sus visitas al psicólogo hasta ese día.

Minho no podía creer que todo eso lo hubiera vivido el omega. Cuando vió al omega llorar, no pudo aguantar sus lágrimas.

—¿Por qué quiere hacerme sufrir?— Felix se aferró a la espalda de Minho. Soltaba preguntas sin esperar una respuesta, solo quería soltar todo.

Cuando terminó el alfa no pudo sentir nada más que enojo. La ira se apoderó de su lobo, de no ser por Felix ya estuviera conduciendo a matar a su padre.

—¡No quiero volver a verlo, no quiero!—

—No lo harás, te lo prometo.— Lo abrazó hasta que el omega se quedó dormido, lo llevó a su habitación y besó suavemente sus labios.

Salió de la casa y cuando estuvo en su carro marcó a Chaeryeong.

—¿En qué lo puedo ayudar hyung?—

—Quiero que me informes de cada persona que entré a la mansión Lee, contrata a alguien que los siga y quiero también los vídeos de las cámaras de seguridad de todo el mes.—

—Entendido, ¿Algo más?—

—Contrata un guardaespaldas para Felix y Sunghoon, tiene que ser alguien confiable.

—Claro, no sé preocupe.—

Pisó el acelerador, como si de eso dependiera su vida, tardó menos de lo que imaginó en llegar.

Entró azotando la puerta, los presentes lo miraron y pudieron sentir que no estaba para nada contento.

—Llévate al niño de aquí.— Kai no lo pensó dos veces antes de ir a su recámara. En el centro de la mesa estaba la urna. —Tú me vas a explicar eso.—

—Soy tu padre, tenme respeto.—

—El respeto lo perdiste cuando pusiste eso enfrente de mi omega.—

—Así que ya te dijo.— El alfa jugaba con la copa en su mano. —El se lo buscó, alguien de clase baja no puede estar con mi hijo, parece una zorra interesada.—

Una copa rozó la mejilla del alfa mayor. La copa se estrelló contra una pared, sobresaltando a todos.

—No estoy de humor para soportar tus estupideces, es de mi omega de quien hablamos. Es el padre de tu nieto.—

—Ya tengo a Sunoo, el es el único que importa.— Minho tomó del cuello a su padre.

—Te estás olvidando que soy un alfa puro y tu un simple alfa.— Los ojos de Minho estaban de un rojo intenso. Tanto Soobin como Ryujin se pusieron alertas, ya no era Minho quien hablaba.

—Minho suéltalo, hablemos de esto pacíficamente.— La mirada que Minho le dedicó a sus hermanos los hizo callar.

—¿Piensas desafiarme? Aún eres un alfa sin experiencia.― Le era dificil hablar.

—Pienso matarte y si no quieres eso, te recomiendo que dejes en paz a mi
omega.— Lo soltó y en el piso puso un pie en su pecho.

Soobin lo tomó de los hombros y Ryujin lo empujó por delante. Ellos si eran oponentes dignos de un alfa puro.

Sueltenme.— Su padre y madre se removieron ante la voz de mandó, pero sus hermanos no.

—Tienes que calmarte, tu lobo esta controlandote.—

—No Ryujin, mi lobo no esta haciendo nada.— Por un momento Ryujin tembló. Minho se había fucionado tan bien con su lobo que podía controlarlo.

—Soobin saquemoslo de aquí.— Como pudieron lo fueron empujándolo hasta la salida.

—¡No te vuelvas a acercar a mi omega e hijo. La próxima vez que lo hagas, te mataré con mis propias manos!— Su padre seguía en el piso retorciéndose. Nunca pensó que su hijo reaccionaría así.

Las puertas se cerraron dejando la casa en un silenció amargo.

Las puertas se cerraron dejando la casa en un silenció amargo

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Baby Sunghoon [Minlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora