Capítulo 3
Dafne.
Llego hasta la sala donde todos encuentran, y lo veo perdido en sus pensamientos mientras nuestros padres mantienen una conversación en la que él no está interesado.
Me tomo el atrevimiento de obsérvalo por segundo que parecen infinitos, lleva una de su mano hasta encontrar su cabello y con sus dedos la sacude un poco logrando despeinarse.
<<Cinco años>>. Me recuerdo.
Agradezco a la voz de mi padre por sacarme de mi trance al mirar perdidamente a Jonathan, suelto un suspiro y me encamino hasta llegar a ellos y hago todo lo posible por no mirar a alguien en específico. Mi padre me estrecha en sus acogedores brazos mientras halaga lo hermosa que me encuentro esta noche.
Estoy por constar cuando soy arrebatada por unas delicada manos, no necesito girarme para saber de quien se trata.
—Hola madrina—saludo a la mujer frente a mí.
—Pero que bella te has puesto— mi madrina Emma besa tiernamente mis ambas mejillas y me estrecha en su brazos.
Sonrió a cada uno de su halagos desde que entre en la gran sala no ha dejado de mencionar el hecho de que me veo hermosa.
—A ver cariño ¿puedes soltarla un minuto?— pregunta su esposo amablemente. —. Mi niña hermosa.
Toma mi rostro en sus manos y lo observa detenidamente, gira su rostro a mi padre y luego hacia mí, repite la acción varías veces más y solo me dedico a sonreír.
Tenía más de ocho meses que no visitaba la casa de los Robinson, evite el verlos todo este tiempo y ahora que aprecio la emoción en sus rostros me arrepiento de ello.
—Ernesto— llama a mi padre. —, debemos tener una conversación con respeto a nuestra querida hijastra— mira nuevamente a mi padre y su mirada es muy seria al hablar. —. No quiero a ningún crio rondando alrededor de ella.
Besa mi frente tiernamente.
—Concuerdo con ello—dice mi padre luego de un momento.
—Ven aquí cariño— Emma vuelve a toma mi brazo y me aleja de su marido. —, no le prestes atención cariño, ya sabes cómo es el.
—No me molesta madrina—dijo entre risas.
—Yo si estoy de acuerdo con papá, deberíamos mandarte a un internado— dice Jordán cuando llega a nuestro lado. —. ¿sigue con ese chico? — pregunta en un susurro que solo yo puedo escuchar. —. ¿cómo dices que se llamaba?
Fulminó a Jordán con la mirada.
—Lans —dijo lo más bajo posible.
Se acerca hasta mí y me abraza fuertemente mientras me levanta haciendo que mis pies dejen de tocar el suelo.
—Te extrañe princesa— susurra cerca de mi oreja solo para nosotros dos. Me alejo un poco para verlo a la cara.
—Entonces me extrañaste— dijo pensativa Para molestarlo un poco. —. No viniste para navidad.
Suspira y me devuelve a suelo.
—Problemitas universitarios princesa— lo dice y seguido me giña uno de sus ojos. —, Pero ahora seré tuyo a tiempo completo.
Jordán acaricia mi mejilla delicadamente y ruedo los ojos. Este es el Jordán de siempre él no ha cambiado nada a pesar de todo este tiempo. Las últimas vacaciones no pudimos vernos como teníamos acostumbrado, él me explicó que su último año de carrera había sido más complicado debido a la cantidad de tareas y proyectos que debía de realizar para completar su ciclo.