Capitulo 27.

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Capítulo 27.

Jonathan.

—Gracias— Dafne al fin toma las flores de Esteba en sus manos pegándola a su cuerpo. —. Fue un lindo detalle de tu parte Esteban.

Su sonrisa crece haciéndolo ver más estúpido de lo que ya lo es.

—Te prometí una salida, Dafne, pero por obvia razones no la hemos podido hacer realidad.

Mi vista cae sobre Dafne que baja su rostro apenada. Me oculto ese detalle y me vengo enterando de esto ahora. Su padre no está contento con esto y yo tampoco. Como se atreve a aceptarle una cita a este tipo. Yo donde estaba que no me había enterado de esto.

—sí, hace un día llegue de Italia— le aclara como si le debiera una explicación al idiota esta.

—¿Y nadie me había informado de eso...?

—Nadie tiene porque infórmate lo que ella haga o no esteban. Ocúpate de tu vida por favor.

La mirada zafiro de esteba y la mía hacen una pequeña guerra de la cual todos son testigos ahora mismo. Me sonríe con descaro metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón, mostrando un porte perfecto ante todos nosotros.

—Nadie te pidió opinión en esto robinsón— responde firme. —. Me interesa su respuesta no la tuya.

—Te interesa ella— corrijo mirando a Dafne.

Ella no responde a esto dándole la razón a él y estoy por responder cuando ella se pone en pies deteniéndome. La fulmino con la mirada que ella se las arregla para esquivar a toda costa.

—No eran necesario las rosas, pero gracias igual Esteban lo aprecio mucho.

Mis uñas se clavan tan fuerte en las palma de mis manos cuando las cierro. Voy a deshacerme de esa horrendas rosas al salir de aquí, no voy a dejar que ella llegue a su casa o a la mía con ellas.

—¿Por esa razón preguntabas tan insistentemente por mi hija todo los días Esteban?— la molestia es clara en la voz de mi padrino. —. N o me gustan esos tratas con mi hija, que quede claro desde ahora.

Sonrió satisfecho por esa advertencia.

—Pido perdón por eso Ernesto, pero enserio me interesa mucho conocer a Dafne— vuelve a sonreírle. Me voy asegurar de quitar cada uno de sus dientes si vuelve a sonreírle.

—¿Ah sí?

—sí, siento que no he podido hacerlo en todo el tiempo que llevo en Estados Unidos y quiero conocerla más a fondo, mas como amigo y no como futuros socios.

Respiro pesado. Todo lo que hace lo hace por joderme como se lo hice con Sasha en Londres.

—Puedes esperar un año más a que ella ascienda a la presidencia— intervengo.

Jordán a mi lado explota en risa.

—Hermanito... el acaba de decir que la quiere conocer antes de eso...

Se calla en seco cuando giro mi cabeza a su dirección mostrándole la expresión más dura que he puesto en mi vida. Levanta sus manos en señal de paz y haciendo un gesto de que se mantendrá su boca callada.

Vuelvo mis ojos a Dafne y ojos chocan con los míos que le mandan la petición de que venga a mi lado sin necesidad de abrir mi boca para ello, ella entiende al segundo tomando asiento a mi lado. Poso la mano sobre su pierna asegurándome de mantenerla a mi ahí.

El idiota de Esteban tendrá que buscarse otro interés amoroso porque Dafne no será la persona que ocupe ese espacio en su lista.

—Entiendo tu preocupación Ernesto, pero si así lo quieres nuestros hijos pueden salir y cenar esta noche, ambos y solos para que puedan conocerse mejor— propone su padre esperanzado de que Ernesto acepte.

Hilo RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora