11. ¡No somos nada!

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Navier

Mantuve la cabeza apoyada en mi mano, mientras mi codo reposaba cerca a la ventana.

-¿Qué harás si aparece alguien y te lo roba?- preguntó Laura, sin dejar de mirar la TV, el clima afuera era el más tranquilo de la semana y mi amiga veía algún programa desde el sillón, separándonos unos metros

Eso era muy probable, podría ocurrir en cualquier momento. Si él conociera a alguien que le pareciera atractiva, incluso si eso pasara, no puedo hace nada para evitarlo porque... no somos nada...

Miré por la ventana el atardecer junto al cielo lleno de colores cálidos. Habíamos pasado semanas sin volver a saber algo del otro así que me sorprendía su lejanía o su misma ausencia; aquel hombre que no desaprovechaba el tiempo que pasábamos en el mismo espacio.

Aunque Henley sea alguien arrogante, se mostraba diferente cuando estábamos juntos. Dios, me desanimaba fácilmente por la misma inseguridad que sentía al verlo actuar únicamente para mi.

Aún me pregunto ¿Cómo puede ser tan paciente alguien como él? cuando ni siquiera he podido darle una respuesta durante este tiempo...

Relajé mi mirada pensando con detalle todo esto. La dulzura en su mirada cuando veía interés de mi parte me hacía sentir extrañamente cómoda, que continué postergando todo referente a él.

-¿Estás pensando en él?- el murmuro que lanzó junto a la mirada insipiente, quitando su atención del televisor, me hizo mirarla en contestación- amiga... es tan evidente que él y tú...

-No lo digas- recogí mis piernas y regresé la vista al paisaje tranquilo, lleno de colores pasteles

-¿Tienes miedo?- preguntó luego de minutos, en los que mi respiración era tan lenta como el sol escondiéndose entre los edificios- sé que lo tienes, después de lo que pasó con ese idiota...

Relamí mis labios, tan solo escuchar algo respecto a él hacía que mi estómago se revolviera y el mal humor apareciera en protesta.

-Navier- llamó nuevamente, pero esta vez bajando el volumen del programa, acercándose con cautela y sentándose a lado mío- ese hombre es diferente, en todos los sentidos

Lo era, cada mirada suya se sentía como un halago; pero no podía evitar tener tantas dudas porque... temía ser lastimada nuevamente.

Cerré los ojos lentamente y apoyé mi cabeza en el cristal, olvidándome por un momento que tenía alguien a mi lado.

Entregarle mi confianza a esa persona podía terminar destruyéndome a mi misma y dejar pasar el tiempo hasta que cada uno retomara sus asuntos cuando el contrato terminara. Él regresaría a su país claramente, mientras yo continuaría ocupándome de la empresa desde aquí, y lamentablemente la distancia acabaría todo rastro de afecto que tuviéramos.

¿Sería muy egoísta para ambos?

No he sabido nada de él desde aquella vez que estuvimos en esa terraza. Escuché que tenía negocios en China, pero no pensé que demoraría más de dos semanas en siquiera aparecer en alguna revista; su estadía allí era silenciosa y era un poco extraño.

Como si llevara un gran rato en la misma posición, sentí su mano sobre mi hombro y la miré con desgano

-Es un hecho que el italiano no es ningún santo- retomó el tema, llevándome nuevamente a la realidad- además de ser mujeriego tiene otras cualidades que lo hacen sobresaliente en tu lista de pretendientes- mostró una sonrisa picarona

-¿Ser joven, guapo y millonario?- solté con ironía

-Aparte de eso, por supuesto- echó una risa al aire cruzando las piernas para acomodarse- es una clase de persona que le importa poco lo que se diga él y es muy profesional al parecer- tomó una manzana verde, mi favorita, y le dio una gran mordida antes de continuar- ¿Hace cuánto no sale en algún enredo con alguna mujer?

[+18] STATUS | Navier y HenleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora