15. Rosas llenas de verdad

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Navier

Habían pasado cinco días, en uno de ellos acompañé a mi madre a un desfile de modas de una amiga suya, y aunque aún no lograba entender cómo es que ella pensaba en tomar ese camino que sería incentivo para atraer a la prensa, esperaba que todo estuviera bajo su control.

Como era costumbre, desayunamos en una cafetería rústica, a la que solía ir sola, para tener esa tranquilidad que aunque en la mansión la tuviera, no se viera rodeada de empleados. Buscaba espacios en los que se mostrara ella misma, sin preocuparse por nada y la entendía.

-¿Navier?- parpadeé antes de mirarla

-¿Hmmm?- la miré esperando no haber ignorado algo importante

-Tu té se enfriará- señaló con la mirada la pequeña taza que mantuve en mis manos, sin probarla- ¿Qué pasa?

Negarle algo era complicado, porque como madre sabía que algo rondaba mi cabeza como para no haberla escuchado o siquiera probado mi té favorito, así que busqué la manera de responder sin dejar evidencia de que fuera algo fuera de lo común.

-Solo pensaba en los cambios que haría en la empresa- me miró con extrañeza y sonreí un poco

-¿Ben sabe de eso?- inquirió tomando su cubierto para degustar del postre

-Aún no se lo he comentado, necesito planificarlo detalladamente

-Oh, claro- me devolvió la sonrisa antes de probar el pequeño pedazo de chocolate- ¿Cómo te va en la empresa? Escuché que algunos accionistas se opusieron a la propuesta que hiciste ayer

-No me sorprendió, más de la mitad de la junta directiva está compuesta por hombres con gran experiencia- resalté un par de palabras para aclarar mi disgusto- y el que piense en abrir un departamento para tu proyecto los tiene consternados

-Te dije que me encargaría de ese asunto, apenas estoy poniendo en orden las cosas para crear mi marca- no sonó molesta, mas bien racional y tranquila. Era tan característico de ella- pero imagino que no es lo único en lo que piensas- suspiré viendo las plantas que aún no florecían

-¿Cómo está Koshar?- tenía una encrucijada, ese día estuve con Henley y no supe nada de mi hermano hasta hace dos días. No contestó mis llamadas y no había tenido tiempo para ir a casa, por más que hiciera trabajo adelantado, porque por alguna razón tuve la visita de un empresario fuera de nuestro rubro

-La prensa lo atacó por lo ocurrido- comentó con molestia, parecía que esos periodistas tenían un odio hacia él, ya que nada de lo que decían era bueno- estuvieron a punto de suspenderlo de cualquier actividad deportiva, pero ese europeo...- no había amargura en su tono, simplemente intriga y eso a mi también me contagió ello. Pues no había hablado del asunto con el italiano desde esa tarde- asumió parte de la culpa y según la federación, se programará un nuevo encuentro entre ambos

-¿Entonces su viaje al extranjero aún está en pie?- pregunté sorbiendo de mi taza, aunque ya estaba frío

-Sí, su entrenador fue tolerante y hablando con el equipo y representantes...- volvió a suspirar negando con la cabeza. Entendía su postura, como madre, ver que su hijo podía perder una oportunidad maravillosa por el descontrol de emociones- en fin, está preparándose para viajar a París, tomó la propuesta al ver que la prensa intentaba hundirlo más

-Es lo mejor- acoté jugando con la cucharilla- no avanzará si le pones vallas y solo manchan su reputación

-Tampoco es que Koshar sea del todo inocente, pero tienes razón- frunció las cejas sobando con los dedos su frente- ¿Iras a la mansión?

[+18] STATUS | Navier y HenleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora