3. El contrato

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Henley

Acomodé el cuello de mi camisa una vez que había terminado de hacer el nudo de mi corbata; frente al espejo revisé que no me faltara nada y tomé las llaves de mi deportivo saliendo de la habitación.

Durante la mañana salí a correr por los parques más cercanos a mi edificio, solo había comido una manzana desde que desperté y prácticamente olvidé el tiempo que había estado haciendo ejercicio por pensar en distintas cosas.

Uno de esos pensamientos se centraba en la bella mujer rubia, que conocí hace días o incluso semanas, había algo en ella o mucho, no estaba del todo seguro de porqué pensaba continuamente en su mirada y especialmente en sus labios. 

Suspiré recordando el momento en el que me atreví a besarla, sin importarme que luego de ello me abofeteara, insultara y odiara. Quise hacerlo, como un impulso, y definitivamente fue una de las mejores cosas que hice esa noche; el hecho de que después de asimilar que la estaba besando correspondiera con la misma intensidad, hizo que surgiera algo en mi que no quería apartarla.

Por un instante pensé que era absurdo, interesarme tanto una joven que apenas sabía su nombre y no he vuelto a ver, solté una carcajada interiormente notando las estupideces que estaba diciendo. Decidí salir luego de ese día, con chicas que podían rogar porque les prestara atención, intenté distraerme; pero fue sorprendente para mi alucinar que a quien besaba era ella y no una castaña que tocaba mi hombros con necesidad absoluta.

La rechacé de inmediato, no dejaba que me tocaran de sobremanera y menos si yo tenía un humor del asco, al saber que no era la rubia quien me besaba una incomodidad y molestia surgió en ese momento. No me importó dejar a esa modelo con sus quejas y salí a tomar un trago cargado.

-¿Qué mierda haces Henley?- preguntó Ergi esa noche- es una modelo, tu tipo

-Cállate, exageraba en todo sentido y odio eso- en parte mentí para que dejara de molestarme

Fue lo único que hice ese momento, beber sin poder saber la razón por la que no me encontraba con ella en algún hotel.

Los posteriores días solo me enfoqué en mi trabajo, los informes y actividades que debía realizar estando en este país, mi empresa se expandiría aún más y tener de aliados a una empresa líder en América beneficiaba en muchos sentidos.

Ahora, conduciendo en total silencio entre las calles rodeadas de grandes edificios, me dirigía a una reunión con los que serían nuestros nuevos socios. Investigué cada detalle de su empresa y antecedentes, me pasé un día entero revisando los términos del contrato que haríamos con el prestigioso grupo Trovy's. No tenía intenciones de viajar a otro continente y quedarme en este un par de semanas para cerrar un contrato, pero ameritaba un esfuerzo hacerlo.

Al estacionar el auto donde correspondía, revisé mi celular, notando los mensajes de mi secretario y otras personas; bufé por su insistencia, encaminándome a la entrada principal del lujoso restaurante; allí se encontraba mi empleado más confiable. Supuse que mi socio era muy refinado y le gustaba la perfección.

-Henley, ya están aquí- fue lo primero que dijo con el ceño ligeramente fruncido- por aquí- enunció con una postura refinada, guiándome a la mesa donde se encontraban los demás, supongo que mi ayudante me fastidiaría luego

-Bien, no perdamos más el tiempo- me limité a decir cuando a lo lejos divisaba la mesa, no era alguien que desperdiciara el tiempo, tenía otros asuntos que resolver

Ante la vista de algunos comensales me dirigí a ella con una postura rígida, ordené un poco mis cabellos revisando al mismo tiempo mi reloj de muñeca. En cuanto llegué repasé los rostros de las personas, conociendo solo un par.

Con una sonrisa que demostraba toda mi seguridad me acerqué a una de las sillas libres, llamando la atención del resto, que se puso de pie.

-Benjamín Trovy, es un gusto conocerlo- dije extendiendo la mano al nombrado, no dudó en aceptar el gesto

-Henley Lazlo, igualmente- sonrió ligeramente 

No es difícil poner la expresión adecuada en momentos como estos, y me encanta ver cómo siempre funciona. Tengo el control de mí mismo

Tomamos asiento, sin embargo, aún había un lugar vacío, Benjamín pareció notar mi mirada en esa silla y carraspeó, iniciando la reunión.

-De acuerdo, nuestros abogados revisaron cada detalle y puntos establecidos en el contrato- empezó diciendo tomando una carpeta que su encargado le entregaba; mi acompañante hizo lo mismo y aunque ya sabía cada palabra impresa en la hoja, la revisé como protocolo- y dado a que ambos estamos conformes con lo estipulado, podemos firmar el documento de una vez- continuó tomando una de las plumas

Imité su acción y saqué la pluma que siempre usaba para sellar contratos. No esperamos más y firmamos, al terminar cerramos la carpeta y con ello el inicio de un prometedor futuro.

-Ahora podemos decir que oficialmente existe una grandiosa unión entre Lazlo y Trovy- comento con una sonrisa orgullosa al conseguir el objetivo principal de este viaje, él muestra el mismo ánimo y toma su copa para celebrarlo 

-Felicidades a ambos magnates, por el fabuloso proyecto que les espera- felicitó uno de sus acompañantes

Iniciamos el almuerzo con un plato de entrada, no solía comer comidas americanas, pero era una oportunidad para hacerlo.

[...]

El espacio en donde nos encontrábamos era privado, fácil de conseguir para alguien que frecuenta este lugar, no me sorprendía nada de lo que viniera de Benjamín. Observé nuevamente el lugar vacío y la curiosidad por descubrir algo me venció.

-Disculpa Benjamín, ¿Esperaban a alguien más?- pregunté cortando la carne, sentí su mirada sobre la mía al escucharme

-Sí- respondió esbozando una ligera sonrisa- mi hija era quien debía estar presente en la firma- detalló haciendo que dejara hacer lo que estaba haciendo; ciertamente llamó mucho mi atención su respuesta, no sabía a detalle la vida de Trovy

-Tiene una hija- susurré para mi mismo- ya veo

-Es mi heredera- afirmó con el pecho inflado- supongo que no estabas enterado de eso

-Puede que no todas las noticias lleguen a Europa- musité mirándolo con cautela, no sabía que había una heredera, pediría más detalles luego

-¿Y por qué no estuvo presente?- se encargó de preguntar mi fiel compañero

-Es la presidenta de mi empresa, por lo que toma muy enserio sus responsabilidades y una reunión de último momento fue el obstáculo- sentenció sin quitar la sonrisa de su cara

-Entiendo, espero poder conocerla pronto... ya que ella es pieza fundamental de su imperio- alagué bebiendo un sorbo de la copa

-Puede que esa oportunidad se de en cuanto se lo haga saber

-Interesante

[...]

Mackena subió al auto una vez que terminó de despedirse, estaba cansado, a pesar de que el almuerzo fue exquisito necesitaba zacear otras necesidades esta noche. Pero antes, debía saber más de esa mujer.

-No me dijiste que Benjamín Trovy tenía una hija- farfullé cuando puse en marcha el carro

-Dijiste que solo te interesaba él y su fortuna, no su familia- replicó suspirando- podrías ser más específico para la próxima

-Claro... pero, dijo que ella es la actual presidenta de su empresa

-Lo sé, supongo que debe ser de la principal, tienen subsidiarias en otras ciudades- explicó revisando su Tablet, allí manejaba todo

-Será interesante conocerla- sonreí ladinamente apoyando mi brazo libre en la ventana

-Si así lo dices; creo que deberás interesarte por ella luego- fruncí el ceño sin comprender su comentario- tienes una reunión en el resort con los inversionistas

-Cierto- bufé audiblemente- me encargaré luego de la heredera Trovy  

Podría decirse que ahora tengo dos personas interesantes de las qué ocuparme; empezaría por quien considero mi nueva conquista, Navier.

[+18] STATUS | Navier y HenleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora