Henley
Mientras el agua caía por mi cuerpo, me quedé quieto, pensando nuevamente en todas las conversaciones que había tenido con esa mujer. Cada una de ellas habían llevado a un rechazo de su parte, sin duda en sus palabras. Había pasado exactamente una semana sin verla, no teníamos reuniones en común así que tampoco era necesario vernos.
-Es bastante meticulosa- murmuré quitando la poca espuma en mi cabello- mierda
Bajé la llave, cortando inmediatamente el flujo del agua y apoyando mis manos en la mayólica. Me sentía frustrado por el poco interés que generaba en ella mi presencia; no podía creer que después de dos meses mi avance había sido casi nulo.
Pasé la toalla por mi cadera y sequé mi cabello con otra; tenía trabajo que hacer como para seguir pensando en esto, pero me era imposible dejar de hacerlo cuando no podía hacer nada más que ello si se trataba de ella. Salí del cuarto de baño solo para encontrar a mi primo, sosteniendo un libro que poco me importaba.
-Por fin, creí que demorarías más-lo ignoré tomando una camisa oscura de mi armario- ¿estás molesto?
-No, solo estoy pensando en algo- terminando de colocarme el cinturón salí acomodando mi camisa dentro del pantalón- no entiendo por qué vienes si solo iré a entrenar un poco- farfullé al tomar mis pertenencias necesarias para salir; mi primo era la persona más ocupada si se trataba de salir a algún sitio y ahora me acompañaba sabiendo que él no haría nada
-Es mi deber, soy tu niñera- con una carcajada pasé mi cabello húmedo hacia atrás
-Por favor, no tienes la habilidad de cuidar a otros y para nada te necesito en estos momentos- ambos nos dirigimos a la puerta, para salir de mi habitación de una vez
-Nunca se sabe; eres el italiano codiciado de América- asentí dándole la razón, los extranjeros eran la moda en estos tiempos- una reliquia no puede andar suelta sin seguridad- vaciló dejando su libro en un estante del pasillo
-Podría contratar un guardaespaldas, aunque no es necesario- me encogí de hombros, aún sin comprender su presencia, no le agradaba ejercitarse así que su visita era innecesaria
-Como quieras, de igual modo necesito mantener vigilado tus pasos- frunció el ceño de manera seria. Era sospechosa su actitud
[...]
El choque de las espadas resonaba por el lugar, mientras mi contrincante intentaba defenderse, yo aprovechaba la inseguridad en sus movimientos por diversión. Tal vez me confié demasiado, que por un descuido ridículo mío, terminé con sangre en mi hombro.
-¡Agh!
-¡Henley!
-¡Joven Lazslo!- gritaron con preocupación mi primo y el entrenador- ¿está bien?
-Uf...- la reacción del resto del personal fue la misma, me miraron con sorpresa que nadie se movía
-¡¿Se encuentra bien?!- se acercó con nerviosismo el que había sido mi contrincante, la mano con la que sostenía el arma temblaba notoriamente- p-perdón, creí que podía esquivar el ataque- inhaló apretando la máscara que se quitó- la espada es pesada no creí que podría herirlo- explicó con una gota de sudor saliendo de su frente
-Descuida, estuve distraído- mantuve mi mano sobre la pequeña herida- no te alarmes- tensé la mandíbula, porque aunque fuera algo pequeño parecía ser profundo
-¡Mio Dio! ¡¿estás bien?!- se acercó apresurado el peli azul- Henley
-Sí, estoy bien- me levanté sin ayuda, no quería que me tocaran. Quité la mano, solo para verla manchada de sangre- ¡ah!- puede que sea serio
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[+18] STATUS | Navier y Henley
Roman d'amourUn arrogante y calculador empresario, sumamente profesional si se trata de negocios. Un mujeriego de primera que disfruta de los placeres que le brindan por las noches, jamás visto con la misma mujer dos veces; sin embargo, una mujer totalmente dife...