11

21 3 1
                                    


~ NARRADOR ~


Lilah se sentía completamente ebria por el placer qué sentía, su espalda estaba arqueada y todos los vellos de su cuerpo erizados, jamás había sentido aquello, por primera vez en toda su vida, había sentido que se arrepentía de no haber experimentado más cuando era joven. El amor la había cegado y había hecho que dependiera completamente de su esposo. El sexo había sido bueno, pero tampoco extraordinario, no tanto como esto ahora. Jamás pensó realmente qué estaría haciéndolo en un auto, aunque había visto tantos videos en esa situación, siempre había sido parte de su imaginación el estar así.


—Síguete moviendo así —Susurró el hombre con algo de fuerza, estaba volviéndose loca mientras seguía saltando sobre en pene del hombre como si fuera lo último que hiciera en su vida. Jude gruñía con fuerza, pedía más y más, sus cuerpos estaban sudados, aquello se mezclaba. Así como la saliva en cada beso, se unían con gran pasión y un deseo que no habían sentido sobre su cuerpo—, di mi nombre...


—Jude —gruñó con fuerza, estaba a poco de sentir otro orgasmo, ya que sus piernas se estaban contrayendo, haciendo más evidente la fuerza que ejercía alrededor de su pene—, mierda, Jude.


—Eso, así, síguete moviendo —masculló mordiéndose uno de sus labios, con algo de fuerza. Él tenía sus manos sobre las caderas de la mujer, su cuerpo era pequeño y lo suficientemente delgado como para moverla con facilidad. Jude era fuerte y estaba lleno del mismo placer qué ella, así que estaba con la adrenalina al máximo. Cosa que le daba fuerza extra.


Lilah finalmente llegó al tan preciado orgasmo, sus ojos se fueron atrás y todo el cuerpo tembló. Se había quedado sin fuerzas, pero ella sabía que él no había tenido la oportunidad de hacerlo.


—Me encanta como te mueves, ¿quieres descansar un poco? —preguntó el hombre apartando el cabello de la mujer de su rostro. Ella negó con la cabeza, aunque no tenía fuerzas—. Podemos tomar una pausa si lo deseas —continuó con preocupación, ya que no quería lastimarla.


—Quiero que también acabes —Susurró acercándose a él para besarlo en los labios—, ¿dónde te gustaría hacerlo? Pídeme lo que quieras...


—Me encantaría hacerlo en tu boca, ¿puedo? —preguntó acariciando su rostro, aún está dentro de ella y de solo pensar en eso, se había puesto a un más duro—. De solo pensarlo me hace perder aún más la cabeza...


Ella sonrió, siempre había querido hacer eso, probar el semen en su boca y probar el sabor que muchos decían que variaba por persona. Hace rato había comenzado a seducirlo estando completamente borracha, pero ahora estaba sobria, estaba contenta por lo que había pasado, aunque sabía que estaba mal, estaba acostándose con un cliente.


—Lo haré —respondió no tan convencida de lo que estaba por hacer, pero se sentía cómoda con complacerlo de la misma forma que ella había sentido.


Al levantarse sintió un vacío dentro de ella, el pene aún estaba bastante erecto y palpitante, como mudo se sentó en el piso del auto, pasó sus manos por las piernas del hombre mientras tenía la mirada fija en sus ojos. Mientras esto pasaba, él no dejaba de morder su labio inferior. La mujer pasó sus manos por su hombría, lentamente, llenándose de sus mismos fluidos, era inevitable sentir nuevamente ganas de tenerlo dentro, se había sentido tan bien que ahora se sentía egoísta por no sentirlo y desearlo tanto como ahora.

Seduciendo al Criminal | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora