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~ DALILAH ~


Negar que no me había dolido el mensaje de mi hija, sabía que ahora era una adolescente, no querría estar con su madre, pero siempre habíamos tenido una buena relación, al menos antes de lo que hice, sabía que no había hecho algo que le hizo feliz, me había separado de su padre cuando se suponía que teníamos una familia feliz qué no había nada que pudiera cambiarlo. Sin embargo, cuando pasó, yo estaba mal, no había tenido oportunidad de explicarle lo que nos había llevado a separarnos, pero sabía que si ella escuchara mi versión entendería lo que pasó conmigo, pero ahora no podía obligarla, necesitaba tiempo para eso. Aunque me doliera muy en el fondo, sabía que era lo mejor que podía hacer, darle su espacio. Alguna de las dos tenía que ser la madura en la relación y tenía que ser yo.


—He preparado tu comida favorita, querida, así que ven pronto a la mesa —Había llegado a casa y cuanto pase por la puerta, mi madre me habló desde la cocina, aunque no tuviera hambre y solo quería acostarme luego de la ducha. Asentí y camine hasta mi habitación, me quite la ropa dejándola por toda la habitación, no sentía ganas de hacer nada ahora, solo quería llorar, me había aguantado por mucho tiempo el no llorar, así que puedo estuve en la ducha, pegué la cabeza ligeramente de la pared fría, estaba agotada mentalmente, mi cuerpo se sentía tan activo, pero mi mente estaba apagada, las ideas no estaban circulando, pero tenía que estar tranquila, concentrarme en algo que me daba felicidad que era mi trabajo.


Aunque no había querido comer, lo hice, no estuve muy platicadora, pero la noticia de que mañana saldría Jude, les dio bastante gusto, ahora comenzaba a recordar que la familia Anderson había sido bastante cercana a la mía, aunque Jude había entrado al ejército y no le pude conocer del todo, recuerda que era alguien bastante imponente, atractivo y hasta desafiante. Pero ahora no sabía cómo describirlo, no podía creer que una persona como esa pudiera llegar a hacerle daño a alguien más. Más con el historial que tenía.


La mañana siguiente llegó bastante rápido, corrí al trabajo para evitar que mi madre hiciera preguntas sobre las orejas que tenía debajo de mis ojos, no había logrado dormir lo suficiente como para que no se notara con el maquillaje qué me había puesto sobre mi rostro. Aunque tenía que hacer un montón de papeleo, esperaba que el día pasara lo más rápido posible para evitar hablar con personas. Por alguna razón me sentía irritable y hasta la voz que tenía en mi cabeza me estaba molestando, así que prefería no tener que ver a nadie ese día.


—Abogada, la están buscando... Dicen que vienen a hablar del caso Anderson —Habían venido y no podía quejarme de alguna forma, ya que yo misma los había citado en ese lugar para hablar de lo que harían, al menos tenían intenciones de ayudar a su amigo, aquello era bueno porque podíamos planear algo bueno para el juicio, teníamos bastante tiempo aún, aunque tenía curiosidad de saber quién iba a hacer el abogado de la víctima, aunque de víctima no tenía nada porque él mismo se había ganado lo que le pasó.


—Buenas tardes —Vi a tres hombres entrar en mi oficina, parecían bastante nerviosos, se sentaron en frente de mi escritorio, luego de saludarme con la mano—, creo que el señor Jared les habló de mí —asintieron ligeramente—, bien... Ahora que estamos en privado, podemos hablar más tranquilos, además que me encantaría que me dieran toda la información que tengan para el caso... Sobre todo, lo que sepan de esa mujer, la cual estaban intentando ayudar...


—Sabemos muy poco de ella, pero podemos buscarla, yo conozco su dirección, la llevé a su casa cuando salió del hospital, pero se negó a hablar conmigo de lo que había pasado —respondió uno de los hombres que me había visitado. Aquello era algo, me daba tranquilidad, podíamos conseguir hablar con ella y saber qué había pasado, al menos con saber su dirección—, se la daré...

Seduciendo al Criminal | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora