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~ DALILAH ~


—Es tu ex... —Dijo el hombre luego de un rato, él se sentó frente a mí, mientras que yo intentaba mantener el aliento, pero parecía ser imposible, ahora me sentía agitada y sin ganas de hablar, me había dolido mucho lo que me dijo el hombre, no podía hacer mucho por ello, tenía razón, me había quedado sin mi pequeña hija gracias a ala denunciar que había puesto, pero, ¿qué podía hacer? —. ¿Él siempre ha sido así conmigo? —Asentí al borde de las lágrimas, no me pude contener mucho tiempo y sentí como mi rostro, rápidamente, se llenó de un feo llanto—. Oh, no, por favor, no llores.


Jude caminó hasta mí y se arrodilló a un lado, moviendo mi silla para tenerme justo al frente, él puso sus manos sobre mis rodillas y las acarició, en el proceso haciéndome erizar, no podía evitar sentirme de aquella forma cuando el me tocaba, creo que era la primera vez que lo hacía, pero tenía la impresión de no sería la única ver que lo hiciera.


—Odio llorar, me siento como una tonta cuando lloro —limpié mis lágrimas con fuerza, tenía rabia ahora por haberle dado el poder, nuevamente, a Fred para que me hiciera sentir de esa forma. Él no podía hacerme eso cada vez que podía, no era justo para nadie, sobre todo para mi hija, quien no quería la culpa, estaba segura de que ese hombre estaba metiéndole ideas a mi pequeña y por eso no estaba conmigo ahora—. Siento que tengas que verme llorar...


—No te disculpes por ser humana, no tienes nada que lamentarte ahora, es tu ex, ya no está en tu vida como para hacerte daño... —Él no sabía nada de la circunstancia en la que estaba, pero no podía culparlo.


—Tendré que verle el resto de mi vida, o al menos hasta que mi hija sea adulta —expliqué, ya sentía que todo mi rostro comenzaba a estar rojo, mierda... Odiaba sentirme de esa forma—. No tenías que defenderme...


—Tú vas a defenderme en un par de semanas, así que es mi forma de pagarte, cuando necesites a un guardaespaldas, acá estaré para mí —Él levantó su mano y la puso sobre mi rostro, delicadamente, acariciándome con paciencia. Mientras que yo me había comenzado a sentir hipnotizada por sus ojos, otra vez. Como siempre, terminaba perdida en sus ojos, no importaba las veces que lo viera, parecía encontrar algo diferente en ellos—. Eres hermosa, no mereces esto...


—Lo hermosa no es algo que me salve de tener una relación tóxica, pero puedo decir que he tenido suerte en encontrar un poco de valor en mí para denunciarlo —confesé, hace mucho que no hablaba de eso con nadie, ni siquiera mis padres sabían por completo lo que había pasado, así que era duro para mí hablar, aunque, en el fondo, sabía que lo mejor que podía hacer era hablar—. Gracias por estar acá...


—Teníamos una cita —Habló levantándose, ya había dejado de llorar, así que estaba más tranquila—. Aún es temprano, te parece si vamos a dar una vuelta... Puedo llevarte a donde quieras —por un momento me pregunté si él no tenía nada mejor que hacer, pero sabía que los veteranos tenían un sueldo fijo y él, que estaba activo, aún más—. Vamos, no tienes que temer conmigo... Ya sé que mandé al hospital a alguien, pero fue por una buena causa... —volví a reírme, vi su mano extendida y decidí tomarla, era grande y fuerte, no era tersa, pero tampoco era algo que me importara, me sentía bien con él a mi lado.


Tomó mis cosas y nos dirigimos hasta el ascensor, ahora no sentía miedo y todo era por Jude. Sabía que aquella fantasía que estaba creándose en mi cabeza no era algo que debía pasar, pero no podía hacer nada para no pensar en este hombre. Era atractivo, sentía una gran atracción por él y estaba ganando muchos puntos conmigo. ¿Qué me pasaría si comenzaba a conocerle aún más? Saber si realmente valía la pena arriesgarme a perder mi licencia. Llegamos hasta el auto, él se ofreció a manejar y, aunque no estaba acostumbrada a que alguien más manejara por mí, acepté entregándole las llaves de mi auto.

Seduciendo al Criminal | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora