Seduciendo al Criminal | +18

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~ NARRADOR ~

—Por supuesto que quiero ayudar —respondió la joven, se veía demasiado joven, tanto que asustaba el hecho de que estuviera con un hombre tan grande como Hudson. El padre de la joven se levantó e intentó persuadirla con eso.

—No quiero que estés metida en eso Rose, ya tú hiciste tu parte en poner la denuncia... —dijo el hombre notablemente enojado—. Ella vive conmigo y no se lo voy a permitir —nos miró de mala gana, mientras que su hija se soltaba de su agarre.

—No padre, sé lo que hice y no estuvo bien, pero no puedo permitir que eso se quede así, fue mi culpa también y tengo que hacer lo posible para ayudar —sentenció la joven, mirando fijamente a su padre, luego fijo sus ojos en los abogados que habían ido a visitarlos. Lo menos que quería Lilah era causar era una pelea familiar, entendía la situación que podría estar pasando la joven, era bastante joven y seguramente era una niña de papá que se metió en problemas y no sabía cómo salir de eso.

—Rose... —volvió a hablar el hombre.

—Papá, sé que te decepcioné, pero déjame hacer algo para enmendar mis errores, por favor, por mi cuenta, esto es parte de crecer —continuó con una sonrisa, tomó la mano de su padre y la apretó con cariño—. Iré cuando me llamen y diré todo lo que pasó ese día... —La abogada de Jude asintió, se sentía bastante más tranquila por saber que ella joven iba a ayudar—. Gracias por venir, no sabía si alguien sabía de lo que me había pasado, pero espero que ayude para que Jude no termine en la cárcel, ellos me ayudaron bastante ese día...

—Haremos lo posible para que eso no pase y, dependiendo de lo que pasé, el culpable tenga su merecido —Aunque aún estaba en coma y los doctores tampoco daban noticias sobre ese asunto, el que todos sepan quién había sido el verdadero culpable, dejaba tranquilos a todos—. Ahora tengo que ir a la primera sesión del juicio, estaremos hablando y quiero que asistas a mi oficina para saber todo lo que dirás, tenemos que estar bien coordinados y que no haya sorpresas... Y por favor, no hables con nadie hasta después del juicio, prensa, amigos, nada... Mantén todo en privado, es importante que no sepan lo que ha sucedido hasta el día que tengas que declarar... —explicó la mujer con una sonrisa.

Se despidió de ellos para caminar hasta su auto, se sentía bastante tranquila por lo que tenían, era un buen caso y estaba segura de ganarlo, aunque quedaban un par de semanas para saber cuál era el final de eso, se sentía confiada, lo que no querían, eran sorpresas. Ahora tenían la denuncia con ella y el testimonio de la chica, que tenía apenas 18 años y parecía una niña pequeña. Luke había llevado a su amiga al juzgado, la primera audiencia siempre era con los abogados.

—Como siempre tan hermosa —Fred estaba esperando fuera del juzgado, estaba él solo con un traje completamente negro—. ¿Me he vestido adecuado? Todos estos días vestiré de negro, para estar listo el día que pierdas el caso, estaré de luto por ti —giró los ojos con ganas de responderle de mala manera, pero se sentía con un excelente humor como para dejar que él lo arruinara.

—Más te vale no volver a decir una tontería como esa —ambos giraron la cabeza para ver como Jude se acercaba, desde el sábado, que no se veía con Lilah y había sido lindo verlo ahí, aunque no tenía que estar ahí, ya que no era necesario—. ¿No te enseñaron a tratar a una dama? —preguntó una vez estuvo cerca de ambos, pero sin dejar de mirar a Fred. El hombre estaba nervioso, solo de ver al otro, con mala cara.