𝑺𝒐𝒖𝒍 & 𝑺𝒑𝒆𝒍𝒍 - 𝑆𝑡𝑖𝑙𝑒𝑠 𝑆𝑡𝑖𝑙𝑖𝑛𝑠𝑘𝑖

𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚇𝙸𝚅

𝑀𝑎𝑠𝑡𝑒𝑟 𝑃𝑙𝑎𝑛.

El ambiente dentro del vestidor de hombres era muy similar al que había afuera en la cancha. La gente estaba muy asustada todavía, y cuchicheaban entre ellos con la voz alterada por lo que acababa de pasar.

Y es que tampoco era para menos; Jackson había muerto en medio del campo de lacrosse. Y a pesar de el increíble esfuerzo que puso Melissa en la reanimación, fué imposible salvarlo de su destino.

Me partió el alma ver a Lydia llorando desconsoladamente sobre el pecho de Jackson, y se me estrujó el corazón tenerla entre mis brazos mientras le oía sollozar y lamentarse por su muerte. Lydia solo logró calmarse un poco cuando Melissa le ofreció llevarla al hospital para que tuviera una oportunidad de despedirse propiamente de Jackson.

Ahora, cerca de uno de los casilleros del vestidor, ví al sheriff junto a Isaac y Scott.

No podía ver la cara del sheriff, pero sé por la postura en la que se sostenía, que estaba completamente preocupado por la desaparición de Stiles.

Llegué hasta él a paso ligero y puse una mano sobre su hombro cuando se volteó a verme.

—Debo ver al médico forense e intentar averiguar qué le pasó a Jackson. Hay una orden de búsqueda para Stiles —dijo Noah mirando a su libreta de notas —. Su jeep aún está en el estacionamiento. Eso significa... —suspiró antes de negar con la cabeza —Dios... No sé lo que significa —nos miró a los tres y su tono de voz se volvió pesado —. Si contesta el teléfono o su correo, si alguno de ustedes lo ve...

—Lo llamaremos —dijo Isaac.

—Seguramente esté asustado por toda la atención —le tranquilizó Scott —. Lo encontraremos.

Noah me miró por sobre su hombro y yo apreté mi agarre en él para demostrarle mi apoyo. Él apretó los labios y luego asintió.

—Sí, está bien —puso su mano sobre la mía y la quitó de sí mismo con cuidado —. Nos vemos luego, ¿De acuerdo?

Lo ví marcharse con la cabeza gacha y luego salir por la puerta de los vestidores.

—Mccall.

Giré mi cabeza para ver quién llamaba a Scott y noté al entrenador acercándose a él cabizbajo y con una pelota de lacrosse en las manos.

—Te necesitamos en el equipo, ¿Sí? —dijo antes de pasar la lengua sobre su labio inferior —Sabes que no puedo hacerte jugar la próxima temporada si no subes tus calificaciones.

Isaac se apoyó en los casilleros y cruzó los brazos sobre su pecho.

—Sí, lo sé, entrenador —respondió Scott.

Finstock hizo rebotar la pelota en el suelo y estuvo a punto de marcharse cuando se giró de nuevo a Scott.

—Mira, sé que grito mucho pero no es porque los odie —sonrió —. Bueno, odio a Greenberg, pero es diferente. Quiero decir, es Greenberg —me miró y yo reí despacio. Luego, se giró hacia Scott otra vez —. Solo digo que... Te necesito en el equipo. Mejora tus calificaciones.

—Lo haré —afirmó con seguridad.

—Lo sé —el entrenador hizo rebotar la pelota otra vez y nos dió la espalda —. Confío en tí.

Los tres lo vimos irse de los vestidores junto al último par de personas que quedaban en el lugar.

Isaac se adelantó un poco para confirmar que nadie más estuviera en los vestidores.

—¿Son todos?

—Creo que sí —respondí.

Luego, oí metal rompiéndose y el estruendo de la puerta del casillero de Stiles cayendo al suelo.