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Cuando terminamos de practicar, me preguntó si me quería quedar a dormir, obviamente le dije que si.

Fui a mi casa, quedaba a 5 cuadras. Les pedí permiso a mis padres y me lo dieron, y me dijeron que ya me lleve las cosas para un partido, porque empecé a hacer algo que amo, el fútbol.

Aunque llevaba un año en la sub-15, ya había empezado a entrenar con la reserva de mi club.

Agarré todo y salí para ir a la casa de Hai. Toqué el timbre y me abrió mi querida Hai.

‑ Buenas tardes señorita, vengo a pasar la noche ‑ le dije en chiste

‑ Pasé, señorita la habitación donde se va a quedar está en el pasillo, la segunda puerta a la derecha ‑ me dijo siguiendo mi juego.

Nos reímos, la abracé y pase a dejar mis cosas en su habitación.

‑ ¿Mañana tenés partido, Ell? ‑

‑ Si, es cerquita de acá, por lo que voy caminando ‑

‑ ¿Puedo ir? ‑

‑ ¿Te tengo que dar una respuesta? Es obvio que si ‑

Nos quedamos hablando, y le mostré cómo le iba a dedicar un gol, si lo hacía.

‑ Más te vale hacerlo ‑

‑ Por mi te dedicaría todos los goles de la temporada ‑

Comimos y nos fuimos a su habitación.

‑ Ellen, ¿podríamos confirmar nuestra relación en mis 15? ‑

Me tomo de sorpresa esa pregunta.

‑ Claro que sí, amor ‑

‑ Estuve viendo de bailar esta coreografía, que en la parte final se besan y ahí confirmar todo ‑

‑ Está bien, gracias por esperarme ‑

‑ No hay de que, amor ‑

Amor de juventud 2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora