AMOR A PRIMERA VISTA [ EN PROCESO].

11

Ellos se dieron de cuenta, que los estaba observando, como un idiota. De como se divertían engañando a su amigo y por el otro ella.

—Nicolás —se levanta el, arreglando su pantalón —.Amigo .

¿Amigo? Tienes el descaro de llamarme amigo. Amigos no se hacen esto  engañando a sus espaldas con su novia, que creía que tendría con ella un final feliz. "Un Felices por siempre".

Se acerca a mi, pero reacciono y le doy un puño cerrado en la cara. El cae al suelo, tapando su nariz, que estaba sangrando.

—Nicolás...amor...

—¡No me llames amor! —grite —.¡Crees que lo que hiciste, tiene perdón Angie...y tienes el puto descaro de llamarme amor!.

—Por favor —se acerca a mi, pero retrocedo.

—¡Olvidate, que tienes un amor, olvidate de mi como lo haré yo!¡Será difícil hacerlo!...¿En serio? ¿Como pudieron hacerme esto? Creí en ustedes, tu Adrián eras mi casi hermano, te di confianza. ¡Me pagas con esto!.

Camine hacia al auto, para abrir la puerta, ella viene agarrando mi brazo.

—Suelta Angie—no la quería mirar a la cara, si la miro, decepción tengo yo por ella.

—No lo haré, te lo explicó. No es lo que piensas.

—¿¡Entonces que fue lo que vi!?...sabes algo Angie, confíe en ti, te di amor como nunca lo hice con una persona, te complací con todo Angie, estuve contigo buenas y malas,Cuando enfermaste...¿Quien estuvo contigo?...estuve yo, que yo sepa Adrián no estuvo allí cuidando de ti, te complació como hice contigo, no me refiero al tener sexo, no, me refiero amor y cariño que te di, algo que el nunca te podrá dar Angie—unas lágrimas escaparon de ella al verla allí, sosteniendo mi brazo. Con cuidado quite su mano con la mía—.Adios Angie, te deseo lo mejor.

Entre en mi auto, manejando por la calle, ella se quedó en el suelo arrodillada y llorando.

Me destrozaste Angie,¿como pudiste hacerme esto?.Te di amor, algo que nadie puede ofrecer. Cariño que siempre te di sin importar las circunstancias. Atención nunca te falto, estaba allí siempre. Pero hoy eso se acabo, ya buscaré la forma de arrancar de mi corazón y mente, los momentos y sentimientos que sentí por tí.

Di un suspiro al solo recordar eso, mi corazón se agrieta más. A veces el amor que le das a esa persona además de aferrarte, es como si no fuera suficiente para que se sienta feliz. Algunos tienen sus finales felices, pero otros no lo tienen, como yo, un amor del pasado me sigue atormentado, pero lucho para sacarlo de mi mente.

Pero es difícil hacerlo.

Me estaba acercando a la calle, donde viven mis abuelos maternos,llegue a casa de ellos, aparque el auto en frente. Abrí la puerta, la cerré. Espero que me reciban con los brazos abiertos.

Me acerqué a su puerta, al lado de la casa estaba un árbol  frondoso, y un jardín en el frente que le daba hermosura. Mi abuela es el tipo de abuelas que le gusta tener su propio jardín de flores. Toque el timbre de la casa, espere un rato que abriera la puerta, cuando está se abre.

Abuela se queda sorprendida, seguro por verme allí parado, desde que llegamos, no he podido visitarlos. Porque mi padre no quería, me manipulaba como siempre lo hacía, pero ahora, no lo hará ya me canse de ser su marioneta que la puede manipular cuando sea.

—Nicolás.

—Hola, abuela —atrás estaba mi abuelo. Se acercó colocándose al lado de ella.

—¿Que haces aquí?.

—Es una larga, historia pero prometo contarte.

—Pasa hijo, debe haber pasado algo, que viniste aquí.

Entré y abuela cerró la puerta, todo estaba igual como cuando vine aquí, todavía era un niño de 7 años.Mis abuelos llevan 32 años de casados, es difícil de creer, pero cuando llega esa persona indicada a tu vida, llega. Tuvieron sus felices por siempre.

—Siéntate —dice mi abuelo, me siento en el sofá y el al lado mío.

—Ya vengo —abuela entra a la cocina y en unos segundos trae en una bandeja tres tazas—.Toma, es chocolate caliente, todavía no llega el invierno y hace frío.

Agarro la tasa de chocolate caliente.Abuela se pone en el sofá del frente .

—Cuéntanos que fue lo que pasó, tu madre me digo que habían venido hacia acá, pero porque no nos visitaste—mi abuela, me miro por un rato y di un suspiro, ya sabía lo que pasaba —.Es tu padre ¿verdad?.

Asentí.

—Mi papá, me ha estado manipulando, desde siempre, pero mamá y yo no hicimos nada desde el principio. Tenía miedo que el hiciera algo en contra de nosotros y más por ellas. Pero abuela, me canse de esto,me canse de sus manipulaciones, si supieras tantas cosas que pase por culpa de el.Y no se cuenta que Angeline esta sufriendo con el cáncer, batallando. Y el...es como si no le importara.

—Nunca cambiará tu padre, si no se da cuenta, de sus acciones, podrá acabar mal para el —dice mi abuelo.

—Y, bueno me vine hacia aquí, la verdad me fui de la casa, ya no aguante más, me duele dejar a mamá con el. Pero ella lo sigue amando sin importar nada... así que estoy aquí, tomando tu chocolate caliente, que por cierto huele delicioso, y era para ver...si podía quedarme aquí, como unos días hasta buscar la manera de hacer algo.

—Hijo, te puedes quedar los días que sean necesarios, eres nuestro nieto...y siempre te apoyaremos, estaremos contigo pase lo que pase —mi abuela se acerca, sentándose a mi otro lado que estaba vacío y me abraza, depositando un beso en mi cabello—.No te preocupes, por tu madre, se que ella estará bien es una guerrera igual que tu hermana hijo.

—Me siento, tan mal abuela—quería llorar, allí desahogarme con ellos, sacar todo esto que estaba matándome por dentro unas lágrimas escaparon.

—Llora estamos aquí, siempre, saca eso lo que tienes adentro, esa tristeza envuelta en dolor y melancolía...se que eres fuerte como tu madre y hermana. Puedes pasar por este problema, porque estaremos aquí para apoyarte en lo que sea...y adivina que te haré sacar una sonrisa...hacer esos rollos deliciosos que te encantan demasiado.

Mi abuela se levantó, y se fue a la cocina me quedé con mi abuelo.

—Espera aquí.

—Tu abuela sabe lo que hace, Nicolás...se que es duro para ti afrontar los problemas que  tu padre hace que  cargues en el hombro...pero mira al lado bueno tienes a tu abuela, a tu mamá, hermana y a mi, que siempre estarán allí. Así porque no te vas a acostar, o a salir después de comer los rollos de tu abuela, a respirar aire fresco por la noche. Más ahora iré a la casa de tu madre a buscar tus pertenencias.

—Gracias abuelo, soy afortunado en tener unos abuelos tan maravillosos, como ustedes...—mi abuelo me dio un apretón de hombro suave.

—No hay porque dar las gracias Nicolás.

∘∘∘

Me estaba comiendo los deliciosos rollos de mi abuela, en la mesa, algunas lágrimas escaparon  recordando aquella vez que comía estos rollos cuando tenía 10 años.

—Son deliciosos, pero no es para que llores —mi abuela habla.

—Es...que recuerdo como, me hacías rollos cuando tenía 10.Y llevo tiempo sin probarlos de nuevo.

—Bueno, comerás lo que quieras, ya que estarás aquí—me da una sonrisa y yo hago lo mismo.