Capítulo 10.- Voy a protegerte

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Cuando conocí a mi familia adoptiva por mi mente pasaban planes de cómo me vengaría de Doflamingo, pero esa idea de venganza se fue al convivir con mis hermanos, me di cuenta de que me perdería de mucho si solo pensaba en la venganza. Ver a Dante jugar con Luffy me hizo prometerme que a él no le pasaría eso y detendría al enemigo, aunque fuera por mi propia cuenta. Cuando Marco llego se acercó a mí y me beso haciéndome despertar de mis pensamientos.-

- Se que estás pensando Sabo.- dijo Marco abrazándome.- Estas pensando en hacer las cosas por tu cuenta.
- No.- dije rodeando su cuello con mis brazos y acercándome a sus labios.- Pensaba en otra cosa.

Lo bese, esperando no seguir con la plática, pero no duro mucho el beso ya que Dante se puso entre ostros con ayuda de Luffy.-

- Dante quiere beso también.- dijo Luffy.
- Ven aquí mi niño.- dije mientras lo cargaba, besé su mejilla y el comenzó a reír.- Te gusta que te mimen ¿Verdad?
- Beso ¡Chu!- dijo Dante acercándose a mi mejilla para besarla.
- Amo los besitos de este niño.- dije abrazándolo.
- Oíste Marco.- dijo Luffy.- Ya no eres del interés de Sabo.
- Si Luffy ya lo oí.- dijo Marco acercándose.- Debemos llevar a Dante a la guardería.
- ¿Celoso?- dije sarcásticamente.
- Mucho.- dijo Marco.- También un beso de Dante.

Dante lo miro y extendió sus brazos para que lo cargaran, beso la mejilla de Marco y lo abrazo.-

- Te quiero papi.- dijo Dante.
- Sabes cómo conquistar niño.- dijo Marco.- Serás popular con las chicas.- continúo diciendo Marco, Dante solo lo vio y se quedó confundido, pero no duro mucho y comenzó a reír.
- Para Dante todo es cómico.- dijo Luffy.
- No, solo se ríe cuando no entiende las cosas.- dije mirando a Dante.- Es increíble que pueda reír luego de saben que, a mí me costó estar tranquilo.
- Tal vez es porque es pequeño.- dijo Marco.- O porque sabe que no dejaremos que nada le pase.
- Debe ser eso.- dije feliz.
- Ojalá el hijo de Thach pensara igual.- dijo Luffy.- Aun tiene pesadillas y no puede estar lejos de Izo.
- Por eso abrió la guardería.- dijo Marco.- No puede trabajar así.
- Vayamos a visitarlos.- dije emocionado.- Tal vez podamos ayudar.
- ¡Si!- grito Dante se bajó de los brazos de Marco y fue por su mochila.- Vamos.- dijo el pequeño jalando a Marco.
- Creo que si quiere ir.- dijo Marco.

Nos preparamos para ir a la casa de los hijos de Shirohige, tenía tiempo que no íbamos y aprovechamos el fin de semana que teníamos libre, mientras empacábamos recordé cuando vi a Dante por primera vez, sonreía y se apegaba a mi como si deseara que lo protegiera, al sentar a Dante en su silla en carro estábamos listo para irnos. El viaje fue tranquilo y más si teníamos como entretener a Dante, mientras seguíamos viajando Dante comenzó a llorar y a moverse mucho Marco detuvo el auto en una zona de descanso y al bajar Dante quedo tranquilo y volteo a vernos.-
- Se había cansado de estar sentado.- dije al verlo tranquilo.- Vamos a caminar.
- No se alejen.- dijo Marco recargado del carro.- ¿Sabes donde estamos?- pregunto mientras veía la pantalla del celular.
- En una parada para descansar.- dije mientras daba pequeños pasos para acompañar a Dante.
- Que fácil olvidas todo.- dijo Marco.- Aquí fue donde nos detuvimos y hablamos de nuestros sentimientos.
- ¿Aquí?
- Si.- dijo Marco levanto la mirada y guardo el celular.- Luffy nos acompañaba ese día y ahora es este enano.- dijo entre pequeñas risas.
- Increíbles que recuerdes todo eso.- dije apenado.
- Como olvidarlo fue cuando sentí por primera vez que sanaba mi corazón.- dijo Marco dejando ver esa hermosa sonrisa que tanto me gustaba.- Y ahora es mas especial por que estamos con nuestro hijo.- dijo Marco acercando se a mi para abrazarme, cuando se disponía a besarme Dante nos llamaba.
- Pipi.- decía el pequeño moviéndose como si bailara.

Marco y yo al verlo nos asustamos buscamos donde podría hacer hasta que recordamos que traía pañal, lo miramos y comenzó a reír.-

- Te gusta reírte de nosotros.- dijo Marco levantándolo al tenerlo en brazos reviso que no estuviera húmedo.- Pequeño travieso.
- Vamos, aun nos falta camino.- dije al verlos jugar.- Tus tíos quieren verte.

Dante sonrió y volvimos al auto, el resto del camino fue de ir platicando con el niño, la risa de mi hijo hizo el viaje mas tranquilo. Al llegar a casa de los hermanos de Marco no tardo Dante en acercarse a la puerta y tocar comenzar a gritar para que le abrieran, no habría y al acercarme vi una de las ventanas rotas, tome a Dante y me aleje Marco al darse cuenta bajo rápido del carro y abrió la puerta entro sin pensarlo y no hubo sonido alguno, al acercarme vi a todos en el suelo, solo podía pensar en un posible ataque, pero el olor a alcohol me dio otra respuesta.

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