Bustos se sentó en el suelo del SITP sin importarle la mirada de reproche de una vieja que estaba frente a él, no le importó mancharse el pantalón o si lo creían vagabundo, después de un día de caminar y caminar solo quería un momento para relajarse y le importaba un pepino y medio los juicios visuales a los que ya se había acostumbrado. A las cinco empezaba la hora pico, así que pronto el bus se llenó de gente de todo tipo: hombres bien encorbatados con airpods y barbas suaves, mujeres en tacones, o en sudadera o con niños pequeños que miraban curiosos directo a los ojos, también se subieron un par de chicos que al igual que él, llevaban el uniforme del colegio puesto.
Se abrazó las piernas.
Odiaba la hora pico por la cantidad tan absurda de gente, normalmente habría salido del colegio a las dos y media y se habría ido derechito a la casa, pero se la había aguantado, porque aquel era el peor día de la historia y no quería volver y encarar a su madre que a esta hora ya estaría de vuelta, con un humor insoportable.
En la maleta tenía el parcial de química muy bien doblado, demasiado bien, tan chiquito que podría tirarlo por una alcantarilla y ganas no le faltaban. Si por él fuera ya lo habría roto y tirado, o lo habría echado a un inodoro o también, aprovechando que hoy unos chicos del salón habían llevado gel antibacterial y un encendedor para una obra de teatro que tenían en el auditorio, lo habría incinerado. El problema era que esa noche tendría que firmarlo su madre, si no, corría el riesgo de bajar una décima más su nota, si bajaba podría perder la materia, si perdía la materia perdía la matrícula condicional y si perdía la matrícula condicional sus padres estallarían en furia divina contra él. La noche anterior ya le habían dado el ultimátum: que donde volviera a perder el año lo mandaban donde la tía Socorro en Cali, a aguantar calor y a que fuera de utilidad allá, porque "en esta casa no queremos parásitos". Se lo dijeron así, de frente mirándolo a los ojos.
"Para qué enemigos con unos papás así".
Qué pereza irse a vivir a Cali, por los bichos, el calor, todo.
Realmente no sabía qué hacer, no quería llegar y enfrentarlos, pero llegar cuando ya fuera de noche traería un regaño quizás peor. Fue en este limbo de ideas y de malos pensamientos acurrucados mientras el bus lleno se tambaleaba que llegó a la conclusión de que debería empezar una vida nueva, quizás debajo de un puente, o bueno, tampoco tan drástico porque el frío de la noche... mejor le pediría a Felipe, si lo dejaba quedarse en la casa y mientras... No sabía que hacer ni de dónde sacar dinero.
Fuese como fuese tenía que volver a recoger una maleta e irse de nuevo, aunque quizás no fueran tan severos, quizá le rogaran que se quedara. Pero siendo realistas eso no iba a pasar, solamente llegaría a sentirse terrible.
Ojalá se invisible para entrar sin que se dieran cuenta.
Se bajó en la parada de San Sebastián empujando a diestra y siniestra y con mucho esfuerzo y un "ush" de alguna persona. A esa hora el sol ya estaba bajo en un cielo más cerúleo que dorado. Varios carros avanzaban calle abajo y había cierta actividad en la panadería y en una pizzería que quedaba en la esquina, pero extrañamente el parque estaba demasiado solo. Esto no le pareció muy raro, porque era uno de esos parques viejos de cuando el barrio aún era un potrero y estaba lleno de árboles viejísimos que hacían difícil ver entre sus ramajes, además muchas veces a esa hora se decía que robaban, así que tan pronto eran las cinco los niños más precavidos volvían huyendo a sus casas, amarraban a sus perros y abandonaban los rodaderos y los columpios, todo resultado de la apariencia tan vacía e inquietante del lugar. Los únicos que aún quedaban era un grupito de tipos ensimismados en su calistenia, usando el pasamanos como barras, pero estaban al borde de la calle. El interior del parque se había oscurecido tanto como un bosque en miniatura.
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Vórtices
FantasiLa vida de Sebastián Bustos da un giro de 180° el día en el que conoce a una rana parlante mágica y la ayuda a escapar de unos misteriosos sujetos. Juntos unirán fuerzas para emprender la búsqueda de un libro de hechizos capaz de hacer que la rana...