La muerte del padre de Inko Midoriya y abuelo de Izuku traerá consigo cosas tanto buenas como malas.
Pero para Izuku, son principalmente 4 sobres, que en su interior contienen los documentos que cambiarán la vida de la familia Midoriya para siempre
Nemuri estaba muy cómoda, de echo jamás en su vida había estado tan cálida y cómoda.
Una cama grande, cómoda, con sonido de tambor rítmico para ayudarla a dormir, la sensación de un par de brazos musculosos.
¿Espera?.
¿Brazos musculosos?.
Despertándose lo más rápido que pudo, miro hacia arriba y efectivamente, era la cara de un peliverde que dormía plácidamente.
Ella simplemente sonrió al verlo tan tranquilo, aún se preguntaba cómo podía ser tan adorable como un conejito.
Mientras se acomodaba más en el abrazo protector de su ahora esposo verde. Comenzó a recordar lo que pasó el día de ayer.
FLASHBACK
Izuku estaba en el sillón de la sala de su casa, siendo custodiado por sus esposas a sus costados.
Delante de ellos estaba una mujer castaña con un suéter color azul oscuro, una falda blanca y medias negras.
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A su lado había un niño pelinegro con una gorra roja con 2 cuernitos dorados, vestía una camisa blanca algo grande para el y unos pantalones cortos Negros, con el extra de tener una cara de pudranse todos menos yo.
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-Entonces, eres Shino, sino le equivoco- dijo con algo de duda el peliverde.
Este de antemano sabía quién era está mujer, pues las conversaciones que ha tenido con algunas de sus esposas, hablaron sobre las wild wild pussy Cats y que ella era la líder por ser la única que podía pensar con claridad y también porque venía escrito en la nueva acta de matrimonio que le llegó ayer.
-Claro, Déjame presentarme como se debe- dijo la mujer castaña mientras se ponía de pie.
-Soy Shino Midoriya, antiguamente Sosaki, soy tu quinta esposa y este es Izumi Kota, mi sobrino- fue la presentación de Shino y el niño.
-Tengo una duda- fue la voz de Inko que entraba a la sala con una bandeja llena de tazas de té.
-Puede preguntar con toda confianza- fue la respuesta de Mandalay.
