Capítulo 1

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...Dulce niño de mamá, ve ya a descansar, que tus parpados se cierren con ternura, tus labios exhalen tu aliento y tu pecho suba y baje con paz, pues yo te cuidare, mis estrellas te arroparan y tu mente descansara..."

-Nana de Luna, capitulo 8


Moon se creía alguien perspicaz hasta esa noche

Cuando creía conocer una persona a tal punto de que sabia como evitarla o complacerla siempre llegaba algo nuevo, una nueva sorpresa

Un nuevo descubrimiento

Porque así empiezan las cosas que te cambian la vida por completo, por casualidad

Moon daba vueltas por su habitación, el miedo creciente que subía desde su estómago a la garganta estaba asfixiándolo, le arañaba las entrañas y hacia doler su cabeza

Su tutor, Fredy lo había castigado otra vez ¿Por qué? Era una muy buena pregunta, sentía como si toda acción que él realizara no tuviera sentido, repasaba los momentos en su mente sobre qué cosa pudo hacer enojar al sacerdote antes del castigo

No se le ocurría nada

Se jaló el cabello con frustración, era una mala costumbre que tenía desde hacía unos meses, mechones negros estaban enredados en sus dedos, el chico estaba desesperado, llevaba al menos dos noches completas encerrado

Sin comida, sin agua potable

Su poca dignidad murió cuando bebió la llave del grifo del baño, de su baño personal, Fredy estaba realmente molesto con él si lo trataba de esa manera

Era normal que el hombre lo castigara, pero normalmente se encarga de verificar el estado del chico cada cierto tiempo, en esa ocasión ni siquiera escucho su voz por los pasillos

-Luna odia a los mentirosos, Luna odia a los rebeldes, Luna odia a los mal hablados ...- su voz era casi un susurro, cada orden de la diosa le había sido obligado a ser memorizados por Fredy

Incluso había probado con rezarle a todos los dioses que conocía

Moon no era una persona muy religiosa o con un gran amor a los dioses, pero, había situaciones como esas, en las que su lado más ateo le exigía una respuesta divina

Al único que no dirigió sus rezos fue para el dios de la muerte, temía que Fredy lo escuchara si recitaba alguno de sus canticos obscuros

- no...no...-aquello no estaba funcionando y solamente lo mantenía más estresado, sentía que estaba al borden del colapso- Luna odia a...

Su mente no dio para más, estaba llena de ideas sin completar y pensamientos negativos, además de ese dolor punzante cada vez se volvía más persistente en su cabeza, soltó un suspiro en señal de derrota y se dejó caer en su cama

Su perfecta cama que él mismo se encargó de tender y limpiar seis veces, eso lo había mantenido ocupado al menos unas dos horas

Y sus clases privadas, también se las había retirado Fredy, el único momento en el que él creía que estaba haciendo algo productivo se lo estaba arrebatando

Suspiro y rodo por su amplia cama hasta llegar a la cabecera, tomó un pequeño libro que estaba junto a una de sus almohadas grandes, hojeo las hojas maltratadas y amarillentas, en ellas estaban impresas todas las reglas de luna, todos su odios y todo su amor hacia su pueblo, había canticos, rezos, celebraciones, días de descanso...

-No lo entiendo- decía el menor con un tono lastimero- yo no hice nada

Rozo con sus dedos las anotaciones que él mismo escribía en ese libro, incluso había unos pocos dibujos y garabatos sin sentido

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