Capitulo 3

25 10 1
                                    


"Soy un ser hecho de fuego y ceniza, nadie puede controlarme ¿Por qué insistes en querer apagarme?"

-Necesito dinero

María se encontraba sentada en uno de los jardines del palacio, llevaba unos lentes rosados y su piel estaba expuesta en un bonito traje de baño de colores pastel bastante ajustado, su cabello se mecía levemente con el aire y su piel recibía el calor del sol como si fuese un amigo, sus sesiones de bronceado era lo único que evitaba que ella perdiese el control

Una mueca de disgusto se formó en sus labios cuando ella fue quien lo interrumpió, ese engendro pequeño ruidoso y sucio, una niña de cabello rojo rizado, siempre tenía la ropa o la cara sucia y era bastante molesta, su vocecilla era irritante. La miro de reojo antes de ignorarla, tal vez si fingía no escucharla ella se iría

- ¿Hola? ¿Estas sorda? Te he pedido dinero- La niña no se iba, se plantó con los brazos cruzado, mirándola fijamente

-Sol, querida, vete a molestar a alguien más, te aseguro que alguna de las criadas estará disponible

-No.

María se quitó los lentes, si no fuese porque aquella niña era la hija de la diosa del sol ya la hubiese echado desde que la vio por primera vez, tal vez si hubiera prestado más atención cuando le ofrecieron el trabajo...

"Vivirás en el castillo, los criados del castillo estarán a tu servicio, la comida del castillo será tu comida, los sabios recurrirán a ti como si fueses la reina...siempre y cuando estes a la altura de ser una tutora a la princesa mientras se prepara para reinar"

- ¿Para qué quieres dinero?

-No te importa-Sol la tomo del brazo-Solo necesito...

María soltó un chillido, empujo a la niña con tal fuerza que esta cayó al suelo de espaldas

- ¡No me toques! Niña sucia ¿Quieres dinero? Ve por tu estúpido dinero, pero déjame en paz ¿Oíste? Aléjate de mi

Sol, quien estaba en el suelo miro su mano con la que había sujetado a la mujer, empezó a temblar, sintió las lágrimas en sus ojos. Era la primera vez que sentía algo así, su pecho se encogía, su cuero temblaba estaba... ¿Avergonzada? ¿En verdad era una niña sucia? Respiro de manera entrecortada

-Ay no, hazme el favor ¿Vas a llorar? Lo que me faltaba, una niña llorona y gorda-María rodo los ojos

Sol se tocó el estómago, no se sentía gorda, pero a comparación del cuerpo de María el de ella era como una bola sudorosa, la cintura no se le marcaba como a ella, sus dedos parecían salchichas a comparación de los de María y su cabeza era una sandía. Se miro las manos, sentía que su cuerpo estaba a punto de estallar, su cabello empezó a flamear

-Levántate cerdita ¿O también amas el lodo? Por favor, ni creas que te voy a bañar o algo por el estilo

Sol quería levantarse, pero su cuerpo no respondía, su cuerpo parecía estar a punto de quebrarse las lágrimas amenazaban con salir

-Qué vergüenza me das ¿Acaso ser tan gorda ya te impide levantarte? ¿A caso quieres que llame a un guardia para ver si te puede levantar? -María volvió a recostarse, llamarla gorda siempre servía si es que quería estar sola, Sol se molestaba y la dejaba en paz por lo menos una semana entera, sonrió al ver su triunfo

¿Por qué la insultaba? ¿Acaso no notaba que no le gustaba que le hablara así? ¿A caso no le importaba? El corazón le dolía ¿No lo podía ver? ¿Qué necesitaba a ver para que lo notara? Cuando levanto la cabeza todo tomo sentido. Tal vez solo tendía doce años, pero verla sonreír de esa manera, ver como no se inmutaba, como todo fue tan rutinario para ella la enfureció. No es que no lo notara, es que lo disfrutaba, era una perra

Tonto de ella creer que a esa mujer le interesaba

Así fue como el dolor en su corazón, el sentimiento de perdida y de culpa se convirtió en enojo e ira, se quemó tanto dentro de sí misma que de las cecinas sobrevivió el odio puro, su mirada llena de miedo y tristeza cambio a dos llamas iracundas

Se levanto con trabajo y María volvió a posar sus ojos en la niña, Sol se plantó frente a ella, la mujer alzo una ceja

-Púdrete

La cara de sorpresa de María fue lo único que compenso la ira que bullía en sus venas, cuando estuvo a punto de hablar Sol le dio la espalda, se alejó del jardín y entro al castillo, sentía que echaba chispas

Cuando llego a la taberna solamente sintió algo parecido al alivio, al menos allí nadie la molestaba, entro, saludo con la mano a varios chicos que conocía de las veces que había ido, sonrío ante una chica que estaba sentada en el regazo de uno de sus amigos, cuando se acercó el hombre le dio un billete y la mujer le beso la comisura de los labios

-Llegaste antes ¿Todo bien?

-María, esa jodida mujer no me deja en paz

-Hey, Sol esa boquita, no tienes por qué hablar como estos patanes de aquí

Joel era todo lo que estaba bien en este mundo, un hombre fuerte, alto, siempre tenía mujeres alrededor, pero, a diferencia de ellas, Sol era una niña a quien le había tomado cariño desde que la había visto entrar por primera vez. Le palomo la espalda

- ¿Estas lista?

-No lo sé ¿Quiénes se enfrentan hoy? - Sol se sentó al lado del hombre, subió los pies a la mesita donde estaban algunos vasos vacíos olvidados, los hizo a un lado

-El puma negro contra el rey

- ¿El rey? -Sol hizo un gesto de asco-ese hombre me enferma

Joel se limitó a sonreírle, Sol también sonrió, sintió como toda la tensión se disipaba de su cuerpo, aún faltaban un buen rato para la pelea así que se recostó en el hombro de Joel, no importaba que estuviera sudado o su cuerpo estuviese duro, ella siempre lo encontraba reconfortante

Miro como el hombre prendía un cigarrillo y miraba a la chica, le palmeo la cabeza

-Eres mejor que esto niña, te he dicho que dejes de venir

- ¿Y dejar que te jodas los pulmones con esas porquerías? -ella negó con la cabeza-necesitas a la vocecilla que te lo recuerde

-Serás la futura reina, tienes mucho más futuro que cualquiera que esté en este lugar hoy

-Ya llegara el momento en que madure, mientras tanto déjame disfrutar de las peleas

-O será un suertudo o un pobre chico quien se case contigo

-Cierra la boca, cuando sea reina cambiare esa tonta regla de que se necesita marido para reinar, puedo hacerlo sola

El hombre envolvió a la chica con su brazo, Sol ahora se recostaba en el pecho de este, se sentía como un gesto tan...gentil que quería llorar, aguanto las lágrimas y se acurruco aún más, le importaba poco lo que lo demás de la taberna pudieran creer de ella o qué relación guardaba con Joel, aquello se sentía bien

-No siempre puedes hacer las cosas tu sola niña, hay muchas veces donde ver el mundo desde otros ojos te hacer dar con la respuesta de muchos de tus problemas

-Genial, ahora eres filosofo

-Solamente digo que estamos hechos para tener a alguien con quien apoyarnos, el ser humano necesita de los demás

- ¿Y tú a quien tienes?

Joel guardo silencio, después de unos minutos eternos volvió a hablar

-Míranos Sol, todos aquí estamos grandes, rebasamos tu edad por mucho, nuestras oportunidades ya pasaron y esta es la vida a la que estamos condenados, sonara tonto viniendo de mí, pero...-El hombre la miro a los ojos-el amor viene de muchas formas diferentes, amor por alguien de manera romántica, amor de alguien por familiaridad, por compañerismo por...

-Ya entendí, si quieres que tenga pareja, de acuerdo, lo pensare

-Créeme, cuando lo conozca le daré el pésame, una mujer como tú no es para cualquiera  

EclipseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora