Eclipse

Capitulo 18

¿Por qué es que soy tan débil? dime tierra, tú que poses fuerza e inteligencia ¿Cómo puedo volver duro y frio mi corazón para evitar ser lastimada?

Welly caminaba con paso decidido por el castillo, eufórico, intentaba de la manera más intensa posible controlarse para evitar saltar por el castillo de un lado para el otro, estaba tan cerca de pertenecer a él, tan cerca de ser reconocido, de dejar de lado su vida de pobreza y miseria para vivir con los lujos de la plata, su corazón le brincaba, parecía querer salir de su pecho para ver también el lugar

Desde la puerta de la entrada el castillo había sido la impresión más grande de Welly, con su brillo plateado, había paredes adornadas con plata pura y ventanales gigantes, había incluso puertas de vidrio grueso, desde afuera tenía un aspecto agresivo, como si todo el castillo fuera un palo astillado, alto, fuerte, imponente, grande y cada una de sus torres acababan en punta, una punta que con solo verla podía sentir dolor, sentir miedo

El interior estaba obscuro, con unas cuentas antorchas de fuego azul que no iluminaba del todo bien, había ventanas gigantes que transmitan la luz de la luna con grandeza, había puertas a cada paso que daba, algunas con la ya dichas puertas de cristal y otras de obsidiana negra y afilada, allí eran las habitaciones más prohibidas, también habían escaleras cada tantos metros, algunas empinadas, otras grises y otras también de cristal, Welly sentía como su cuerpo se excitaba con cada paso que daba, se sentía imponente, fuerte, se sentía importante, era como si su cuerpo ya se sintiera en casa

Miraba a las criadas que pasaban a su lado con superioridad, podía hacerlo, incluso apartaba la vista de las que le saludaban o hacían una reverencia ante él, seguía caminando derecho, un guardia con pecas y voz gangosa lo estaba guiando, portaba su armadura con orgullo y su media luna que tenía en el hombro derecho brillaba con fuerza

Cecilia en cambio intentaba no tropezar en aquel pasillo tan nuevo y confuso, de vez en cuando se acerba a alguna pared para tocarla y saber si se mantenían en el mismo lugar, agradecía que ese pasillo fuera ordenando, algunas mesas con floreros, algunas antorchas a unos cuantos metros y así sucesivamente, de vez en cuando las escaleras, podía evitar tropezarse, pero odiaba no conocer el lugar y hubiera sido un bonito detalle que su padre le diera la mano para guiarla

-El Gran Fredy lo espera

El guardia se detuvo y puso una mano en su pecho, miro con frialdad al hombre y a Cecilia, ambos se detuvieron, Welly rodo los ojos y tomo el pomo de la puerta, Cecilia, en cambio, dio una leve reverencia y le dio las gracias, una sonrisa se plantó en la cara del chico

La puerta, que alguna vez fue grisácea, tenía manchas permanentes color rojas, Welly se estremeció, no comprendido si de emoción o de miedo, los sacerdotes con lo que se juntaba siempre hablaba de esta habitación en especial del castillo, todos temían termina allí. El salón del juicio

Allí solo asistía el príncipe con el Gran Fredy cuando dictaban el final de una vida, Cecilia arrugo la nariz, el lugar tenía un extraño olor metálico que le revolvía el estomago

Al entrar en la habitación los ojos de Welly se abrieron de golpe, había el cuerpo de una mujer, no mayor que Cecilia, no tenía cabeza y sus dedos aun parecían moverse, el estómago se contrajo

Fredy, quien estaba sentado en el trono con una mirada aburrida frunció el ceño al ver la puerta abrirse, Welly sonrió nervioso, ocultado las ganas de vomitar

-Adelante- les ordeno Fredy, quien se levantó del lugar e hizo una señal a un guardia- deshazte del cuerpo y déjanos solos, estoy a punto de hablar con alguien