Capítulo 12

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"[...]La familia es el regalo que los dioses han encomendado, un padre, una madre y un hermano, la familia es perfecta de esa manera, una familia si no es así es incorrecta..."

-Balada de los niños aire, página 215

La trenza de aquella mujer parecía un látigo, su postura firme le hacía tomar forma de algún insecto a punto de atacar, uno que observa a su presa y sale cuando es preciso, su pisada era firme y todo aquel que se le cruzaba sabía que debía abrirse paso, su única debilidad era aquel líquido de olor delicioso, marrón, que parecía darle cuerda cuando se sentía cansada

Café

Llevaba una copa sujeta en su mano derecha, probablemente llena hasta el tope de café, los que no la conocían la primera impresión que daba es que se la pasaba tomando vino, pero nada más alejado de la verdad, por alguna extraña razón, a la médico le gustaba transportar su liquido de esa manera

-Buenos días, Dolores

La mujer giró la cabeza, una leve sonrisa se asomó de sus labios cuando vio a la chica de cabello rosado acercarse alegremente a ella

-Buen día Patricia ¿Has dormido bien?

-Claro que sí-Patricia se balanceo con los talones-soñé que yo era una princesa de un castillo muy, muy, muy alto y esperaba a mi príncipe ideal, juntos montábamos el dragón que me mantenía en cautiverio y huíamos

Dolores rodó los ojos, Patricia era una niña de doce años que se comportaba como una de ocho, no le desagradable por completo, pero sí que podía a llegar a ser irritante, muchas veces necesitaba ser ella el ogro que la sentase en el mundo real, ya empezaba a darle problemas la distracción de la niña, desde ungüentos mal etiquetados hasta las hierbas incorrectas que le mandaba pedir

-Deja de estar pensando en esas cosas, te necesito con los pies bien firmes en la tierra, ya estás en una edad para superar a los príncipes encantadores y dragones

Patricia asintió con una sonrisa en el rostro, Dolores había sido una mentora y figura mayor increíble, la adoptó cuando ella apenas tenía memoria y desde entonces habían sido las mejores amigas de todo el mundo, el humor ácido y personalidad tan agria de la doctora era exactamente todo lo opuesto a la pequeña Patricia, mientras la mujer le encantaba tomar café y Patricia prefería construir castillos con sus caramelos y crear nuevas recetas para los pastelillos del castillo

Dolores era la mejor médico de todo el mundo, aun no comprendía del todo porque se limitaba solo curar y atender a gente del castillo, jamás hablaba sobre un futuro o sobre salir del lugar, para ella todo su mundo estaba en el castillo

Y Patricia odiaba que la amarrara a lo mismo, a estar dentro del castillo todos los días de toda su vida, al menos su sueño tenía algo de sentido, ella estaba encerrada en el castillo con Dolores como dragón que le impide salir

- ¿Me estás escuchando?

Patricia sacudió la cabeza, son una sonrisa amplia le hacía entender que no le había hecho caso, Dolores soltó un suspiro

-No puedes perderte más de esas formas o te echaré del castillo

-Échame, no conseguirás en ningún otro lugar una asistente como yo

-Niñas molestas hay en todos lados

-Me extrañarías, lo se

El único lugar permitido para que Patricia anduviera eran los jardines y con esos pequeños espacios se sentía menos encerrada, el consultorio estaba frente al jardín favorito de la niña, Dolores le había pedido permiso a la princesa y a María para que pudiera ocupar aquella habitación vacía

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