𝐕𝐨𝐢𝐝 ʰᵃʳʳʸ ᵖᵒᵗᵗᵉʳ

𝐗𝐈

Pugnat et Affectus

       Había un sentimiento raro en Adhara al levantarse el día siguiente. Era como una especie de adrenalina y excitación al saber que estaban desafiando a Umbridge, junto a un sentimiento cálido cada vez que recordaba el momento en la torre junto a Harry. Ninguno de los dos había compartido muchas palabras, se habían concentrado más que todo en apreciar la paz que parecían solamente encontrar en la compañía del otro. Era como si nada pudiera borrar la sonrisa sincera que luchaba por resplandecer en su rostro aunque Adhara buscará desaparecerla.

Adhara Black no sonreía y esa sería definitivamente una rara y sospechosa imagen para todos los demás.

Daphne la observaba curiosa mientras la castaña se amarraba su corbata correctamente sobre su camiseta de botones formal blanca con delicadeza, una suave sonrisa soñadora y mirada perdida adornando su rostro. La rubia quería armarse de valor para cuestionar la actitud de la que consideraba su mejor amiga, pues suponía tenía algo que ver con lo que había hecho la noche anterior, pero no tenía el valor de borrar tal expresión de su rostro.

Al menos hasta que su estómago gruño demostrando lo mucho que deseaba bajar a desayunar.

— ¿Te has olvidado como atar una corbata?

Espero un bufido o un ruedo de sus ojos inusualmente claros pero, al contrario, Adhara solo soltó una leve risa antes de terminar de atar su corbata.

— Tienes hambre, ¿no? - habló tomando el suéter de tela gris de su uniforme y colocándoselo — Solo me falta mi capa y ya estoy. No seas impaciente.

Daphne frunció el ceño confundida, levantándose de su cama para dirigirse a su amiga y detenerla de abotonarse la capa para medir su temperatura.

— No tienes fiebre - murmuró.

Adhara rió nuevamente, — Obvio no, Daph. ¿Qué te sucede?

— ¿A mi? - cuestionó incrédula — A ti querrás decir. ¿Te hechizaron acaso?

— ¿A qué te refieres?

— Pareces Lovegood con esa sonrisa estúpida que te cargas - soltó — No me molesta verte feliz, 'Dhara, pero tu felicidad se limita en una media sonrisa. ¿Esto? Esto preocupa.

Adhara dejó de sonreír de golpe ante eso, regresando a la realidad. Daphne tenía razón. Ella no actuaba así normalmente y debía parar si no quería que la cuestionaran.

— Huh - murmuró terminando de abotonar su capa.

— ¿Esto tiene que ver con tu salida misteriosa de ayer? - cuestionó intrigada la rubia.

— Deja de husmear y vayamos a desayunar.

Daphne sonrió aliviada, — Esa es la Black que conozco y adoro.