Capitulo 2: Rienda suelta

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Parte I

Pasaron los meses y días, y los encuentros juguetones de la labios, lenguas y manos seguían. Siempre encontraban un momento para llevar acabo sus deseos; aprovechaban los camerinos cuando estaban solos, entraban juntos a los baños, sin mencionar que uno se escabullia al cuarto del otro por las noches.

Fans Party después  del concierto

Luego del concierto, el cual fue un rotundo éxito, se dirigieron  al hotel a prepararse para el evento siguiente.
Bill se había  puesto una camiseta negra con argollas color plata, un pantalón  ajustado con tirantes del mismo tono y unas botas haciedo juego, con sus cabellos un poco alborotados, en sus labios un leve brillo gloss y sus parpados adornados con la característica sombra negra.
Por su parte Tom llevaba una playera de color negro y por encima una campera blanca con trazos del mismo color que la remera, unos pantalones oscuros y una gorra y banda en combinación a su atuendo, con sus clásicas Adidas. Todo ancho como de costumbre.

Al salir de sus habitaciones ya listos, se toparon en los pasillos del hotel, quedaron atónitos  al verse, estaban embobados el uno con el otro, prácticamente  se comían con la mirada, hasta que una voz los sacó de sus cavilaciones, - Hey tórtolos...

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Al salir de sus habitaciones ya listos, se toparon en los pasillos del hotel, quedaron atónitos  al verse, estaban embobados el uno con el otro, prácticamente  se comían con la mirada, hasta que una voz los sacó de sus cavilaciones, - Hey tórtolos se nos hace tarde, exclamó  George; en ese momento Tom guiñó  un ojo a Bill y éste  se sonrojó.

Los cuatro integrantes  de la banda iban en una camioneta, como siempre Bill y Tom se sentaban juntos, Georg estaba  junto a ellos .y Gustav de frente; los gemelos por momentos aprovechaban  rozaban sus manos, haciendo suaves toques con los dedos, chocaban sus rodillas, siempre tenían  que estar en contacto, era como una necesidad .
A

l llegar al evento los flashes de las cámaras los enseguesian y los gritos de las fans eran satisfactoriamente ensordesedores; saludaban, se sacaban fotos mientras se desplazaban dentro del club.
Al ingresar se dirigieron  directo al VIP, se acercaron a la barra y comenzaron a beber, estaban  eufóricos por la gran noche acontecida hace unas horas.
Tragos iban y venían.

- Vamos a la pista a mover el esqueleto, dijo Gus

Bill emprendió  vuelo y acercándose a Tom le dijo:

- Ven Tomy, la música está  muy buena..  esté  respondió

- No gracias, prefiero ser espectador.

El menor hizo un puchero y siguió  a sus compañeros.
El gemelo bailaba locamente, reía, saltaba; mientras el mayor recostado sobre la barra lo miraba embelesado, cuanta belleza derramaba sobre el lugar, su piel blanca en contrate con su pelo negro, esa sonrisa que iluminaba pero a la vez opacaba a cualquiera; MI DIOS GRIEGO, dijo para sí.
Bill lo miró  desde la pista y le hizo una señal con el dedo, y como si fuera un imán atrajo a Tom hacia él.
El gemelo mayor se acercó al oído  de su hermano y le susurró...

- Estás  más  que hermoso.

- Somos gemelos cariño, lo recuerdas

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- Somos gemelos cariño, lo recuerdas.

Comenzaron a bailar entre ellos, se acercaban cada vez más,rozaban sus cuerpos, prácticamente se frotaban, iban acortando  la distancia entre sus rostros peligrosamente. Con la música al compás  de la noche, con esas copas de más, sus sentidos se nublaban y el ambiente se caldeaba cada vez más y antes que la situación  se les fuera de la manos, Tom, se acercó al oído de Bill y le dijo - Nos vamos? Éste  asintió con una sonrisa y salieron del lugar, entendiendo  perfectamente  donde iba todo.

 Con la música al compás  de la noche, con esas copas de más, sus sentidos se nublaban y el ambiente se caldeaba cada vez más y antes que la situación  se les fuera de la manos, Tom, se acercó al oído de Bill y le dijo - Nos vamos? Éste  asintió c...

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Llegaron al hotel, entraron a la habitación, juntaron sus cuerpos y sin más  se comieron la boca; solo había  humedad y desesperación  en sus labios, las lenguas se movían  en la cavidad del otro en una lucha frenética  por la dominación, el traspaso de saliva de una boca a otra era excesivo. Tom se acercó  más  a Bill  como si fuera esto posible agarrando más  fuerte su  delgada cintura, el menor se agarro  del cuello de su hermano y en un saltito abrazo  las caderas del gemelo con sus piernas; entre besos llevó  al azabache a la cama cayendo los dos juntos uno sobre otro. Se miraron fijamente por unos segundos y esa complicidad que destellaban sus ojos y con esa conexión casi mística e inexplicable, se dijeron todo sin decir nada, UNA MIRADA VALE MÁS  QUE MIL PALABRAS...

- Tom... dijo Bill con una voz suave e inocente,

- Dime corazón... contestó con una sonrisa tierna,

- Estoy pensando de esa manera que tú y yo sabemos.

Amor escandaloso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora