Capítulo 4: Corazón roto

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*Esa felicidad y esa dicha no iban a durar mucho.*

Bill y Tom estaban viviendo la mejor etapa de sus vidas, su banda era exitosa, su relación crecía cada día más, se amaban con locura, todo era disfrute.
Después de cada concierto terminaban exautos, llegaban al hotel se duchaban y se acostaban a dormir, abrazados como siempre. Por la misma razón las maratones de sexo se habían limitado, pero al tener sus descansos, se mataban en la cama , parecía que estaban filmando una película porno.
Así transcurrían los días, entre cada ensayo aprovechaban los parates para escabullirse en algún rincón, o algún camerino desocupado para comerse la boca, era una guerra de lenguas y jadeos entre besos.
En una ocasión, Natali, la maquillista y amiga de Bill, lo buscaba para ir de compras y aprovechar tomar un café; buscandolo lo vio entrar en su camerino, se apresuró para alcanzarlo, pero cuando llegó se llevó una sorpresa.
La puerta estaba entreabierta y pudo ver una escena que la dejó congelada, estufecacta; tras ver la situación, se alejó sigilosamente y camino apresurada hacia algún lugar para tomar aire.
Bill y Tom se estaban besando, y decir apasionadamente era poco a comparación de los besos que se daban.
Nat los vio...
Ahora entendía todo, por ésta razón muchas veces vio a los gemelos tener los labios rojos e hinchados.

💥 MENSAJE DE NATALI A BILL

📞 Bill, necesito hablar contigo cuando tengas un tiempo, es urgente.

📞 Hola Nat, todo bien? Esta tarde puedo, nos vemos tipo 19hrs en el lobby del hotel. 😘

📞 Ok.

A Bill le pareció extraño el mensaje de su amiga, nunca le escribía tan fría, tan cortante.

❇️ 19hrs

Los amigos se juntaron y fueron a tomar un café, bien alejados de la ciudad, el lugar se encontraba a las afueras de la misma, a lado de la carretera, en medio de una suave vegetación.

- Bien Nat, de qué querías hablar.

- No sé cómo decir esto... te vi Bill

- Qué?... de qué hablas?

- No te hagas el desentendido.

- Sigo sin entender, me estás austando.

- TE VI BESANDOTE CON TOM!! Por Dios.

Al pelinegro en ese momento se le fue el poco color de su piel. Se sintió descompuesto, mareado, hasta empezaron asomarse náuseas.

- Nat yo...la rubia le cortó

- No trates de explicarme ni de excusarte, se bien lo que vi.
- Yo no quiero saber cómo, ni cuándo, ni dónde empezó esto, solo sé que no está bien.
- Te lo digo porque te quiero mucho; no solo está en juego sus vidas si no la de la banda entera, sea lo que sea, deben parar antes de que esto se transforme en una gran bola de nieve que después no puedan detener. Nat suspiró después de lo dicho y se fue...

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Ese día Bill no quiso regresar al hotel, solo le pidió al chofer dar unas vueltas por la ciudad; su cabeza era un mar de confusiones, no sabía que pensar, qué sentir, y lo peor es que la rubia tenía razón. Cuando el sueño se apoderó de él decidió volver, pero fue derecho a su habitación, no quería ver a su hermano.
Tom se había quedado dormido esperándolo.
Al día siguiente el de rastas despertó y no encontró a su azabache a su lado, luego de levantarse y prepararse fue hasta la habitación de su gemelo, pero no lo encontró, por un momento una molestia comenzó a invadirlo.
Bill no le avisó a qué hora llegó, no fue a dormir con él y para colmo de males durante todo el desayuno lo esquivó. En un momento el mayor le hizo una seña preguntándole que estaba sucediendo, pero Bill solo lo ignoró, ante tal reacción, Tom empezó a tenzar su mandíbula porque no entendía lo que estaba pasando.

Ese día solo fue el comienzo de todo.

El menor lo esquivaba sobremanera, le hablaba lo justo y necesario; cuando su hermano iba a su habitación con intenciones de intimar, ponía excusas, que estaba cansado, que tenía sueño, y a veces ni le contestaba cuando llamaba a su puerta.
Las semanas transcurrían, la molestia de Tom y la indiferencia de Bill aumentaban.
Hasta que un día el gemelo mayor no dió más y en un descanso, tomó a su hermano del brazo y lo llevó a un camerino.

- Tom suéltame, me lastimas.

- Bill que demonios te pasa, tengo que traerte a la fuerza para que podamos hablar.

- Me puedes explicar por qué me evitas, por qué ya no quieres dormir conmigo.

- T -Tom..

- Bill te extraño, te necesito.

- Tom esto no está bien, tú, yo...todo está mal, somos hermanos.

- Qué demonios Bill, cuándo te importó eso.

- Tom yo no te quiero como tu esperas, solo estuve jugando, quería experimentar nada más.

- De qué estás hablando imbécil...Jugabas cuando gemias y gritabas mi nombre mientras hacíamos el amor? Y en los besos esos que parecía que me ibas a comer?

- Solo me estaba divirtiendo, aparte solo tuvimos sexo Tom, porque no había amor, al menos no de mi parte.

- Habiendo tantos hombres en el mundo, tenías que jugar conmigo?.

- Es que contigo tenía confianza, que mejor que experimentar con alguien que conoces de toda la vida.

- A demás ya me aburrí, sacie mi curiosidad, era todo lo que buscaba, nunca, jamás, se me cruzó ir más allá.

- Todo lo que me estás diciendo es mentira, no pudiste fingir tanto tiempo, no...

- Que ingenuo que eres Tom.
- Por cierto, todo lo que ocurria en los conciertos, el arrodillarme, cantarte, dedicarte miradas y eso, era pura actuación, solo lo hacía para alimentar el morbo de las fans que creen que tenemos una relación.
- Otra cosa más, pienso seguir haciéndolo, vende mucho.
- No lo tomes a mal, ni te confundas, otra vez...

- Hijo de puta...

- Lo siento, alguna vez te ibas a enterar.
Al terminar de hablar, salió sin más y dejó a Tom solo.
A este le ardían los ojos, los tenía rojos por aguantar las ganas de llorar, se le iba formando un nudo en la garganta, el cual obstruia su respiración; por la impotencia que sentía, pegó un puñetazo a la pared, y se resbaló por ella hasta quedarse sentado en le suelo, abrazando sus piernas llorando desconsoladamente, con una angustia sin medidas, le dolía más el corazón que los nudillos de la mano en carne viva por el golpe.

Amor escandaloso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora