Capítulo 8: Hacer el amor con otro

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...hacer el amor con otro
no, no ,no, no es la misma cosa
no hay *estrellas de color rosa* no destilan los poros del cuerpo
a

mbrosía salpicada de te quieros...

Hacer el amor con otro no, no,no
es como no hacer nada
falta *fuego en la mirada*,
falta *dar el alma en cada beso.
y sentir  que puedes alcanzar el cielo...*

(Alejandra Guzmán- Hacer el amor con otro)

Los noviazgos de los gemelos seguía su curso, Bill mostraba a los cuatro vientos lo bien que se sentía con Andy, publicaba fotos y videos en sus historias y estados, amaba que le llovieron las felicitaciones  de sus fans y seguidores.
En cambio Tom no era muy asiduo a las redes sociales, no le gustaba publicar nada, por más  que anduviera pendiente de su teléfono las 24hrs del día, era muy reservado. Emma era todo lo contrario, por su trabajo  y en lo personal, le encataba posar delante de una cámara, en algunas ocasiones quería  incluirlo en ellas, pero el castaño se negaba sutilmente,  ofreciéndose él a fotografiarla.
Algunas veces, la rubia le cuestionaba sus actitudes frías para con ella; y una cierta vez, se molestó  mucho cuando vió en el teléfono de su novio, fotos muy...extrañas a su parecer, entre Tom y Bill.
Se preguntaba por qué  con él  sí y con ella no.
Obviamente no eran las fotos un problema para el de rastas,  sino la persona con la que debía  posar.
En ese momento  Emma empezó a sentir a Bill como una amenaza.

Esa noche, antes de caer dormido con el teléfono en la mano, Tom estaba aburrido, sumido en sus pensamientos, si bien estaba con la rubia, ésta estaba trabajando sobre una entrevista que debía entregar al canal donde se desempeñaba como reportera.
El castaño agarró  su celular y como era un poco masoquista, se puso a ver los estados de su gemelo...


Con la vista y el corazón  cansados,  decidió cerrar  los ojos  y en cuestión  de segundos cayó  rendido a los brazos del sueño, olvidándose de bloquear su teléfono; Emma al ver tal situación la aprovecho y ni lerda ni perezosa,  revisó  el móvil ...

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Con la vista y el corazón  cansados,  decidió cerrar  los ojos  y en cuestión  de segundos cayó  rendido a los brazos del sueño, olvidándose de bloquear su teléfono; Emma al ver tal situación la aprovecho y ni lerda ni perezosa,  revisó  el móvil de su novio.

Definitivamente comenzaba a odiar al pelinegro.

En la mañana, durante el desayuno, no aguantó  más  y habló

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En la mañana, durante el desayuno, no aguantó  más  y habló...

-Por qué conmigo no quieres sacarte fotos?

-Sabes que no soy muy fotogenico, contestó.

- Claro, cuando te lo pido yo...empezó  a elevar el tono de voz.

-De qué  hablas?

- Tu teléfono está  plagado de fotos con Bill, muy acaramelados, ni que fueran novios. Tom sabía perfectamente  a que fotos se refería, siempre las cámaras captanban esos momentos  donde se miraban embobados; momentos que bien sabía  que jamás  volverían a repetirse.

-Por Dios Emma, es mi hermano, que estupideces dices...
Tom se levantó  de la mesa, dejando a medias el desayuno y antes de marcharse del departamento  de la rubia se dirigió  a ella...
- Jamás vuelvas a tocar mi teléfono sin mi permiso, escuchaste.

-Por qué  te alteras tanto, acaso tienes algo que ocultar?, eh dímelo, respondió  irónica.

Su novio solo la miró  sin contestarle.

-Tom te estoy hablando.

Furioso salió  del lugar pegando un portazo, dejando a la rubia hirviendo de rabia.
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Tom pensó todo el camino de ida al departamento que compartía con sus compañeros acerca de la discusión con su novia, ya más  calmado analizó  la situación,  las actitudes de la rubia eran la de cualquier  novia celosa que hacía berrinches, lo normal...Lo del teléfono estuvo  mal, pero decidió dejar a un lado el tema.
La llamó  y para pedirle disculpas,  la invitó a cenar, en plan de cita romántica.

La noche transcurrió tranquila, conversaban contentos, contando anécdotas  de su adolescencia y  travesuras de sus niñez; todo era risas, la tensión acumulada de la mañana se había  disipado, todo había  vuelto a la normalidad.

Habían  estacionado el auto alejado del resto,  ya que todos los lugares reservados para los vehiculos estaban ocupados debido a la concurrencia de personas; una vez terminada la cena decidieron volver al departamento de Emma, notaron que comenzaba a llover a cántaros y por lo tanto se tomaron de las manos y con  risas de por medio decidieron correr hacia donde se encontra el auto.
Llegaron totalmente empapados, seguían  riéndose por lo sucedido hasta que todo quedó en un absoluto silencio. La rubia mira fijamente  a Tom mientras se sacaba las prendas  dejando al descubierto su torso trabajado, ella estaba hipnotizada, mientras que él scaneo toda la figura femenina delante de sus ojos, la blusa de Emma estaba muy ceñida a sus bolubtuosos pechos, a causa de la lluvia, recorriendo su pequeña cintura y esa piernas torneadas, las cuales mostraban gran parte se sus muslos por el largo de la falda.
La rubia sin bajar la mira, subió  aún más  su minifalda, arrodillandose hacia los pies de su novio mientras  desabrochaba su cinturón y baja el cierre haciendo caer el pantalón  junto con el bóxer, Tom la miraba embelesado, ésta había escupido sobre su pene para luego meter gran parte en su boca, lo metía, lo sacaba, le pasaba la lengua, mientras el de rastas llevaba su cabeza hacia atrás abriendo la boca a causa del placer recibido.
Tom la levantó y está enrollo sus piernas en su cintura y la llevó a la cama, despojandola de todas sus prendas, comenzó a recorrer su cuerpo, estaba fuera de si,  mordía,  chupaba, succionaba su piel, sus pezones, su abdomen y succionado su parte íntima haciéndola gritar, la rubia no aguanto  más  y acabó  en la boca de Tom; debido a la excitacion,  de un solo movimiento  subió  a la rubia en sus piernas, quería poseerla,  en uno movimiento Emma se puso de espaldas a su novio, posicionó  sus manos en los tobillos  de él, se inclinó y sin más  se metió  el pene bien al fondo; Tom tenia  la vista nublada, estaba perdiendo  la razón.
La habitación  estaba apenas
alumbrada por la luz de la luna, y el brillo de los cuerpos sudorosos; el ambiente colaboró  para que el gemelo mayor quedara atrapado por una espalda esbelta, pero delgada, casi nada marcada, blanca como la porcelana y una melena negra que danzaba al compás de los movimientos, oh... mi amor...sí  cógeme así,  mi precioso que bien que lo haces...
La rubia no se percató  de los murmullos  de Tom ya que estaba perdida en el placer de una penetración desesperada, y al llegar al momento del clímax los dos, el mayor no pudo contenerse y estalló diciendo, por el amor de Dios Bill como te amo.
Su mente le volvió  a jugar una mala pasada por segunda vez...
Ella está vez sí  lo escuchó;  el cayó  rendido a la cama y sacando suavemente  a su novia de su cuerpo corrió  al baño para hacearse, sin haber besos, caricias, abrazos, te amos o te quieros post sexo. Solo fue eso para Tom lisa y llanamente sexo.

Falta la parte  de Bill y Andy.
Perdón por tardar en actualizar.
Gracias por leerme💕

Amor escandaloso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora