La mañana siguiente Bill despertó primero, sentía algo pesado en su cuerpo que casi lo inmovilizaba, al despabilarse por completo con el correr de los minutos, se dió cuenta de que aquello que apricionaba su físico eran los brazos de Tom alrededor de su cintura y una pierna de éste entrelazada con las suyas; sonrió al recordar lo que había sucedió horas antes. Se giró suavemente hacia su hermano para no despertarlo, lo contemplaba, lo admiraba, era lo más bello que sus ojos podían apreciar; esa divinidad griega dormía plácidamente a su lado.
Se levantó y se dirigió sigilosamente hacia el baño, no sin antes dejar un delicado beso sobre los labios de su hermano; debía ducharse para despojar de su cuerpo los restos de semen que corrieron por su abdomen y por el interior de sus muslos...
Abrió la regadera y el agua cayó acariciando su suave piel, estaba tan ensimismado en sus pensamientos sobre lo ocurrido que no notó que la puerta del baño se abrió, de repente sintió unos brazos envolver su cintura, llevó su cabeza hacia tras chocando su delicada espalda con el pecho de Tom, este respiraba en la nuca de Bill, dirigíendo sus labios hasta el lóbulo de la oreja para succionarlo e itroducir su lengua en el oído suavemente sin profundizar, el pelinegro comenzaba a encenderse nuevamente y en Tom era demasiado evidente dónde se agolpaba su sangre; estando en la misma posición giró la cabeza del menor para besarlo apasionadamente, se lamian, se mordian los labios,sus lenguas bailaban entre sí y separaban sus bocas sin desconectarlas para seguir con ese juego obseno entre ellas, eso los volvía locos, luego lo giró para quedar enfrentados.
Se acariciaron mutuamente, delineando sus facciones con su manos, añadiendo pequeños tirones de cabello.
El pelinegro recorrió el fornido cuerpo de su gemelo con sus largos y delicados dedos hasta llegar al pene del mayor, haciendo solamente contacto con las yemas de sus dedos, Tom dirigió su mirada a la verga de Bill y observó que su longitud era más larga que la de él, pero eso no disipó el deseo que tenía por probarla.
El mayor sujetó las caderas al menor, comenzó a descender trazando un camino de besos por su cuerpo, centímetro a centímetro, milímetro a milímetro.
Al descifrar las intenciones de su hermano, a Bill se le salieron los ojos de su órbita y se sonrojó por dicha acción.
El pene de Bill era un deleite para los ojos de Tom, tenía un color rosa pálido, no poseía bello, era suave al tacto y los testículos estaban inchados por la excitacion.
Tom comenzó poco a poco a meter el pene del pelinegro en su boca, lo chupaba, lo metía y lo sacaba una y otra vez, aumentando el ritmo de la felacion, subía y bajaba la piel de la verga con su cavidad bucal, la escupía para meterla entera, Bill se desacia del placer - Tom santo Dios, me encanta, eres.... aah mmm...no podía ni hablar.
El rastafari no dejaba de mirarlo, las piernas de Bill comenzaban a aflojarse, con su corazón latíendo a mil...- Tom... no aguanto más, voy terminar.
- No Bill, por favor, déjame disfrutarlo un poco más.
Incorporó una mano al movimiento de succión, el pene de Bill estaba muy rosado, baboso y la cabeza brillaba a causa del líquido preseminal y la saliva de Tom; por un momento cruzaron la mirada y el pelinegro explotó, derramando todo su semen en la boca de su gemelo. Este siguió chupando mientras el semen seguía saliendo parecía que lo ordeñaba con la boca, queriendo dejar sin reservas y aliento a su hermano.
Tom se levantó con las fuerzas que le quedaban y beso a Bill, sus labios estaban empapados de saliva y semen, con ese beso el menor pudo sentir el sabor de su líquido el cual no le desagradó del todo. Cuando se separaron Tom habló...- Eres delicioso Bill
Al azabache se le dibujó un a sonrisa en el rostro.
- Tom...te quiero!!
Este le sonrió y salió del cuarto de baño diciendo...
- Yo también te quiero y no sabes cuanto.
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Tom bajó primero a desayunar seguido por Bill unos minutos después.
El mayor tenía una sonrisa risa de oreja a oreja, no podía disimularlo, al llegar el menor lo miró, le guiñó un ojo y le tiró un beso, Gustav los miraba sin
entender nada, pero no le dió mayor importancia.
El gemelo mayor no le quitaba los ojos de encima, movía su pircieng en el labio en forma de provocación y el azabache se sonrojaba cada vez más; jugaban con sus pies debajo de la mesa y de vez en cuando los dedos del rasta caminaban por uno de los muslos de Bill.
La mañana transcurrió entre ensayos, nuevos acordes, pruebas de sonido e iluminación, visando el escenario y cualquier tipo de rose entre ambos.
Llegó la hora del concierto, antes de subir, juntaron su frentes, se tomaron de las manos y en voz baja declararon que todo sería un éxito.
Cuando empezaban a tocar, había ciertas canciones las cuales forman una burbuja donde solo ellos dos existían, los gritos y coros de las fans se iban apagando, todo el público parecía desaparecer.
Bill lo miraba embelesado, y Tom le devolvia esas miradas tímidamente, se acerca a éste, le cantaba, le dedicaba las canciones, ya que muchas de sus letras reflejaban la relación que ellos mantenían, en la intimidad, detrás de cuatro paredes, básicamente en la oscuridad.Concierto tras concierto se repetían los mismos comportamientos. Ni hablar en las entrevistas o eventos a los que asistían, que en lugar de mirarse a los ojos cuando daban una nota, se miraban a los labios expresando deseo y no se daban cuenta de ello, pero las cámaras capturaban esos momentos y las personas empezaban a notarlo cada vez más.
Ellos eran felices, se aman, no tenían sexo, hacían el amor...
Tenían dibujada una sonrisa en el rostro...
Pero esa sonrisa y esa dicha no iban a durar mucho.
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Amor escandaloso
Fiksi PenggemarMuchas veces pensamos que el amor lo podemos encontrar en un grupo de amigos, en el colegio, en la universidad, hasta en un pub, o a la vuelta de una esquina, pero jamás jamás que ese amor sería un hermano, y gemelo.