Capitulo 2: Rienda suelta II

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Todo comenzó de manera suave, dulce, tierna, la atmósfera era idílica, pero estaba teñida de cierto temor y nerviosismo; era la primera vez de ambos; si bien Tom a sus 19 años ya había tenido experiencia sexual, era con mujeres, jamás con alguien del mismo sexo. Y era más extraño y morboso porque lo iba hacer con su hermano, pero era tal el deseo y el anhelo del uno por el otro que nada importaba.
Bill tenía sentimientos encontrados, se sentía temeroso y seguro a la vez, porque sería con él, el hombre que le daba toda la seguridad del mundo y Tom estaba con un poco de miedo porque su gemelo ero lo único más importante en este universo para él. Lo veía tan frágil que tenía miedo de romperlo, lastimarlo; pero quería expresarle todo lo que le hacía sentir.
Tom comenzó dándole un beso en la frente mientras sacaba la camiseta a su hermano, bajando a su nariz frontandolas entre sí, delinio el contorno de los labios con su lengua, y dándole pequeños besos a su barbilla bajó al cuello, chupandolo y lamiendolo, quedando marcas rojas en el lugar, bajo a su pecho con besos húmedos hasta llegar a sus pezones, pasó la lengua alrededor de ellos, los mordisqueo y succionó; el pelinegro se retorcía de gusto, los labios en esa zona erizaban su piel. El mayor lo miraba con una sonrisa derritiéndose, al ver como esa divinidad disfrutaba y se desarmaba ante sus atenciones. Bill daba suspiros, y lo hacía cada vez más fuerte, los cuales comenzaban a transformarse en gemidos; el pelinegro se sonrojada de la vergüenza por no poder contenerlos...

- Bill eres tan hermoso, no tienes idea de las veces que soñé con esto.

- Querer ... estar con un hombre? Contestó

- No Bill, querer estar contigo, así...

- Oh Tom... decía con el corazón emocionado.

Sin más el mayor comenzó a bajar con besos desesperados al abdomen plano de su gemelo, desplazándose luego hacia los costados pasando su lengua por esos lugares hasta llegar a su ombligo el cual succionó saboreandolo, a Bill le dió un pequeño espasmo por la sensación y contuvo la risa, ya que tenía muchas cosquillas, Tom siguió el recorrido por sus caderas llenándolo de besos y delinio con su lengua los trazo de esa figura que lo calentaba sobre manera, la dichosa estrella; al estar tan cerca de su entrepierna se detuvo, levantó la vista hacia Bill, se miraron por unos segundos con ojos cristalinos y el corazón a mil, hasta que Tom habló...

- Bill...quieres que siga, preguntó con vos entrecorta...

- Tom por favor deja de decir estupideces y sigue...

Eso fue música para sus oídos.

De esta manera el gemelo mayor desabrocho el cinturón de su hermano, lo desabotono, bajo el cierre y de un solo tirón lo despojó de su pantalón y su bóxer, el pelinegro ante la quemazón que comenzó a sentir en su bajo vientre hizo lo mismo con la prendas de Tom.
Ambos estaban completamente desnudos, este último miraba al menor bajo su cuerpo, no podía creer que el momento tan esperado y deseado había llegado, que esa belleza de hombre estaba en su cama a punto de hacerlo suyo.
Las ganas, el deseo y la necesidad se agolpaban en la mente de los dos, no podían ni querían extender más el momento.
Se miraron fijamente, parecían comerse con los ojos y en una sincronía sin igual, bajaron sus manos al miembro del otro, se masturbaban suavemente, subiendo y bajando la piel de sus penes, mientras se devoraban la boca; hasta que en un momento Bill decidió avanzar y concretar la fantasía que todas las noches tenía con Tom, se irguió en la cama y lo empujó un poco hacia atrás, sosteniéndose éste por los codos en el colchón.
El pelinegro pasó las yemas de sus dedos por los pectorales bien definidos de su gemelo, haciendo erizar la piel de éste bajo su tacto, siguió con las mismas caricias descendiendo al abdomen duro de su hermano, no podían quitarse la mirada de encima.
Bill apartó sus manos, las llevó cerca de su boca y escupió en ellas para luego detenerse en el pene de Tom y comenzar a masajear más fuerte, el miembro del rasta estaba muy erecto, a tal punto que dolía, las venas sobresalían, estaban bien marcadas, super mojado y empapado por la saliva del menor, sus finos y largos dedos subían y bajaban a su alrededor.
Al ver la expresión de Tom tan desencajada por el placer, condujo al pelinegro hacia el deseo de probar ese pene erecto, con las venas marcadas, caliente y palpitando por la excitacion, no había que negar que las dudas de hacerlo afloraron en Bill, ya que el miembro viril de Tom era muy grande, pero sin más, sus manos se dirigieron a las caderas de su hermano, y comenzó, lamio su cadera de un extremo al otro, su lengua pasó desde el tronco hasta la punta de la verga, la saboreaba con si fuera un helado, dándole pequeños besos a la cabeza seguido de una succión acelerada, Tom sentí latigazos de electricidad recorrer por su cuerpo, sus gemidos eran incontenibles.
De un solo movimiento Bill metió el falo entero en su boca, le daban pequeñas arcadas por el tamaño que tenía, lo metía y lo sacaba cada vez más rápido y fuerte, el gemelo mayor ya no emitía gemidos sino alaridos de placer, el pelinegro se apartó por unos segundos para tomar una bocanada de aire y seguir con la acción cuando vio que Tom tenía la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados y la boca abierta, con lo cual Bill esbozo una pequeña sonrisa sin poder evitar el sonrojo. Y no conforme con lo que le estaba haciendo a Tom, bajo a sus testículos, le pasó la lengua y los metió entero en su boca chupandolos; hasta que el rasta hablo...

- Bill...quieres volverme loco

- Esa es la idea cariño... respondió agitado.

Y volvió a comerse el pene de Tom, cada vez que lo metía en su cavidad bucal gemia, este último no daba más, repetía - Bill más rápido, métela toda, oh Dios que bien me la chupas; el menor escupió en la verga y la metió hasta el fondo, separándose a ratitos para poder respirar; por su barbilla corría saliva mezclada con el líquido preseminal de su gemelo, éste le agarraba la cabeza tomando sus cabellos para acelerar sus movimientos (Bill estaba sentado de rodillas en la cama, tomando las caderas de Tom para sostenerse).

- Basta de juegos dijo Tom...empujando a Bill a la cama, quedando este de espaldas a ésta.
Tomó sus piernas y las puso sobre sus hombros, le daba pequeños mordiscos en los muslos y pasa su lengua cerca de la ingle
- Santos cielos Tom como me gusta;

- Quieres más?

- Sí por favor no te detengas...

En ese momento lo levantó, quedando sentado en sus piernas, sin despegar la vista uno de otro, el menor comenzó a moverse lentamente de atrás hacia adelante, de adelante hacia atrás, refregando su culo con el pene de su hermano, mientras se besaban apasionadamente, descaradamente, por momentos separaban su labios pero sus lenguas seguían con el juego, pegándose leguetazos, lamiendoce...
El ambiente estaba muy caliente, sus cuerpos brillaban por el sudor, Bill no daba más, Tom lamia su cuello saboreando su transpiración, la piel del pelinegro sabía a vainilla,con toques de frutilla, su cabello olía a chocolate...El mayor no sabía si ese efecto era por la excitacion extrema o simplemente porque estaba a instantes de tener sexo, no hacer el amor con ese ser tan hermoso, tan sublime, tan especial, su hermano.

- Tom...Tooom...Toooom, no doy más cogeme de una buena vez.

Y comenzó; primero metió un dedo, luego dos, los cuales previamente había llevado a la boca de Bill para mojarlos, los movió dentro del agujero del menor, hacia círculos, los abría y los juntaba como si fuera una tijera; los sacó y comenzó a meter el pene de a poco, estaba tan mojado que no fue dificultoso penetrarle, entraba y salia lentamente, mientras agarraba las nalgas al pelinegro,este sentía una especie de dolor y placer, las embestidas eran cada vez más fuertes, los gemidos inundaban la habitación; luego ambos cayeron al colchón quedando Bill debajo de Tom, pero este de un solo movimiento cambió las posiciones quedando el menor encima de él. - Muévete Bill pronunció el mayor...
El pelinegro comenzó a dar pequeños saltos sobre el pene de Tom, subía y bajaba, una y otra vez, mientras Tom lo agarraba de las nalgas y lo ayudaba, luego siguió dando vaivenes de adelante hacia atrás mientras el rasta dejó una mano libre para masajerar el miembro de Bill. Luego de un momento detuvo al pelinegro y comenzó a penetralo fuertemente levantando sus caderas, el chocar de piel contra piel era delicioso, ambos estaban empapados. En unos segundos Bill levantó a Tom de la cama quedando a orcagadas sobre él, abrazando su cuello y el rasta la cintura de éste fuertemente, las embestidas y movimientos de los dos fue descomunal lo cual hizo que llegarán al clímax, Tom con un alarido acabó dejando todo su semen dentro de Bill, miéntras que éste derramó su líquido en su abdomen y en el de su hermano.
En ese momento explotaron fuegos artificiales en el cielo, de múltiples colores y formas, ambos pensaban: esto es maravilloso...
Ambos quedaron abrazados por unos segundos cayendo rendidos a la cama; no se querían separar por lo tanto Tom quedó boca arriba y Bill se acomodó sobre su pecho colocando una pierna sobre el muslo de su hermano. Y de esta forma quedaron dormidos.

Amor escandaloso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora