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Una semana entera había transcurrido desde que Samantha y Alexia habían llegado a Monterrey, ahora ambas se encontraban saliendo del departamento que Ama y Ari les habían encontrado para su estancia permanente en la ciudad. Se dirigían a el centro comercial que estaba un poco alejado de donde vivían, al tomar un uber para llegar aún más rápido, Samy se percató de como con lentitud el cielo comenzaba a nublarse, lo cual llegó a preocuparla un poco al notar las nubes llenas de agua.

Al llegar tomó camino junto con Alexia a la tienda de juguetes donde prometió comprarle algunos tras haberlos dejado antes de llegar a México.

—Mami, ¿y cuándo haré amigos?

Samy sonrió de lado al escucharla—. Cuando entres al kínder, habrá más niños de tu edad y así harás amigos.

—Ya quiero tener amigos como mis primos— Samy volvió a sonreír al escuchar eso último.

—Verás que los tendrás. Ven, vamos a la juguetería.

Alexia caminó con felicidad hacia el cristal que dejaba a la vista un vestido de una princesa de Disney, alegrándose rápidamente al reconocerlo. Bella era la princesa favorita de Alexia, y realmente siempre había querido uno como esos.

—¡Mami!— Dio un leve salto—. ¡El vestido de Bella!

Samy se acercó mientras notaba como el rostro de Alexia se iluminaba al instante, lo que rápidamente envolvió su corazón. Cada uno de esos pequeños momentos eran los que más la llenaban de alegría y cariño.

—¡Qué bonito!, ven, vamos a entrar— Extendió su mano para que ella la tomara—. Vamos por tu vestido.

Alexia había elegido tres juguetes y el pequeño vestido que observó en el mostrador dentro de la juguetería. Al salir de ella, se dirigieron a una de las bancas del centro comercial, donde Samantha se percató sobre el ligero ruido que se traspasaba por la terraza del lugar. Para su mala suerte las sospechas que tenía en el camino se habían hecho realidad, estaba comenzando a llover y al parecer con bastante intensidad.

—Me gusta mucho cuando llueve— Habló Alexia—. Huele rico.

—Es muy bonita la lluvia— Acarició los cabellos de su hija—. Es relajante... a veces— Susurró eso último.

Alexia rápidamente cubrió su boca de manera sorprendida—. ¿Cómo nos vamos a regresar? Llueve mucho.

—De la misma manera en que llegamos— En ese momento sintió una leve presión por dentro, no recordaba exactamente cuánta batería le quedaba a su celular. Maldijo mientras lo sacaba de su pequeño bolso mientras rogaba porque tuviera la pila necesaria.

3%

"Eres una pendeja, Samantha"

Se tensó en ese momento, mientras se maldecía a ella misma. Debía quitarse esa mala costumbre de salir a todos los lugares sin carga alguna. Realmente tenía que hacerlo.

—Mi vida, dame la mano— Habló rápidamente. Había tenido una idea, mayormente los taxistas paraban cercana a la puerta del centro comercial, lo cual la alivió por completo—. Vamos a la entrada, ya es hora de irnos.

—Está bien— Hizo caso mientras ambas se dirigían con lentitud al lugar.

Para la mala suerte de Samantha, no había ningún taxista. Ella recordaba que lo hacían con mayoría, casi siempre se encontraban en el lugar pero al parecer se habían puesto de su contra ese día. La lluvia cada vez era más intensa, por lo cual era casi imposible que parara tan rápido. Miró a su alrededor buscando una solución a ese problema, pero realmente no se atrevía a preguntar si podían ayudarla.

Deja Vu  ⸻  ❝Riverducción❞  #RMSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora