Deja Vu ⸻ ❝Riverducción❞ #RMS

02

—¿Estás emocionada?— Preguntó el chico frente a ella.

—La verdad sí, estoy demasiado emocionada— Tomó su bebida que se encontraba en la mesa—. Ya en dos semanas es el anuncio y bueno, nada mejor que empezar el documental desde ahorita.

—Es lo mejor— Sonrió—. Ya me avisaron que vienen llegando, solamente el trágico provocó que se retrasaran un poco.

Samantha asintió tranquilo puesto que en realidad no tenía algún compromiso, incluso al otro día.

Demian se quedó observándola en silencio, realmente le parecía demasiado atractiva y podía jurar que esa noche ella irradiaba de una inigualable belleza.

Le gustaba mucho aquellos mechones color rosa que adornaban su cabello, y como aquel conjunto negro hacía que su piel resaltara junto con los pequeños brillos que se encontraba abajo de sus ojos.

—Sam...— El sonido del celular de Samantha interrumpió aquellas palabras.

—Hmm, perdóname— Se levantó de su asiento—. Ya vuelvo, no tardo.

Se alejó al extremo del pequeño jardín que tenía el restaurante, mientras Demian se encontraba con una leve desilusión. Cada que trataba acercarse parecía que algo se esforzaba por interrumpir ese momento y dañarlo.

—¡Demian!— Una voz aguda lo sacó de sus pensamientos, lo que provocó que buscara aquella voz.

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—No, Ari cambió los vuelos... sí, yo me iré con ella y con Juan, eso habíamos acordado— Respondía ante lo que Osvaldo le decía del otro lado del celular.

—¿Entonces yo me voy para allá después de ustedes?

—Sí, para que puedas irte con Filis y Ama... ¿lo ves conveniente?

—Claro, yo los veré en eso entonces... lamento si interrumpí tu cena, pero mi pendiente se quedó con lo de los vuelos.

—No te preocupes, así se queda entonces.

—Excelente, disfruta la cena— Se despidió del otro lado de la llamada.

—Gracias, nos vemos mañana.

—Samy... ya tengo el nombre de la chica... ¿Rivers?— Samantha había colgado antes de haberlo escuchado.

Samantha guardó su celular en el bolso del pantalón que traía para dirigirse a la entrada nuevamente del restaurante, a la lejanía observó como Demian se encontraba con dos personas, las cuáles estaban de espaldas hacía ella.

Demian sonrió al observarla acercarse mientras se levantaba de su asiento para tomarla levemente de la mano y así poder presentarla a las dos personas que se encontraban con él.

—¡Aquí estás!— Anunció emocionado—. Ella es quién les decía, su nombre es Samantha— Apretó con un poco de fuerza su mano contra la de ella—. Samantha, ellos son Grecia y José.

Fue el momento dónde pudo observar ambos rostros a su costado. Dónde sintió como el mundo se venía en su contra y solamente esperaba verla caer nuevamente. Su cuerpo se heló mientras un nudo se formó con presión en su estómago y las leves náuseas no tardaron en aparecer.

—¡Un gusto Samantha!— Saludó la chica sonriente—. Mi nombre es Grecia, y él es Félix, mi novio.

Un golpe había caído sobre ella mientras sus piernas terminaron por tambalear, conectó levemente sus ojos con aquellos que alguna vez la miraron a ella, los cuáles la hacían emocionarse al ver como brillaban al observarla. La nostalgia invadió su cuerpo y la necesidad grande de abrazarlo se presenció en ella.

Su corazón dolió al ver aquellas manos entrelazadas por arriba de la mesa.

—¿Samy?— Demian preguntó a su costado.

En cambio, el corazón de Félix se asustó al verla nuevamente, mientras aquella corriente lo recorrió después de hace un año. Un leve desagrado se presenció en él al observar aquellas manos entrelazadas y al ver como el chico que tenía a sus costado susurraba demasiado cerca del rostro de Samantha.

Para ambos había sido una leve decepción el encontrarse en esa situación, para ambos había sido algo lleno de emociones y un corazón roto que no había logrado sanar del todo se estremeció.

—Un gusto Grecia— Habló, mientras sonreía para acercarse y besar la mejilla de la chica en manera de saludo—. Soy Samantha.

La chica sonrió, pero algo en ella la hizo reaccionar y sintió un leve rechazo de su parte; lo cuál la confundió.

Ahora se dirigió al que alguna vez fue su novio, al chico que alguna vez besó y abrazó en la tranquilidad de su hogar.

—Soy Samantha, un gusto.

—El gusto es mío Samantha. Félix, será un placer trabajar contigo.

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D E J A   V U

Cherry