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Todo comienza en una clase de puro grito, papeles y aviones voladores, niños que solo chillaban y reían por cosas sin contexto aparente.

-"¡Gregory, a la pizarra!"- Gritó el profesor.

De un momento a otro, los gritos y los aviones cesaron mientras Gregory se encaminaba a la pizarra. 

-¿Has hecho el trabajo?- Decía el señor Garrison, mientras expeccionaba las manos del rubio situado en frente de la pizarra.

-¡Claro que sí! ¡Yo siempre hago las cosas!- Decía en un tono de orgullo y superioridad.

-Usted no me conoce si cree que yo soy un gandúl que no hace nada como esta panda de inutiles.- Dijo, refiriendose a la clase.

Un papel o dos volaron hasta la cabeza de Gregory y unos cuantos murmullos por parte de sus compañeros burlones ignoró, solo le importó la nota, nada más.

-La célula Eucariota es la célula en la que se puede hallar el citoplasma en el núcleo celular dónde contiene el ADN.- Dijo mientras señalaba en un papel un dibujo de una célula Eucariota

-Y ésta es la célula Procariota, el ADN está esparcido en el citoplasma- Finalizó serio, cerrando el mini cartel de su exposición

-"Muy bien, sientáte, no abras la boca en toda la clase"- Le dijo el señor Garryson


Gregory con aires de superioridad, fue a sentarse al final de la clase, donde un pelirubio lo recibió con una sonrisa 

-"Lo hiciste muy bien"- Le dijo su amigo Pip.

-Gracias, Phillip. Agradeció -"Ya sé que lo hice bien"- Pensó.


Garryson fue llamando de uno en uno a todos los estudiantes de esa clase, al finalizar, tocó el timbre antes de que pudiera haber puesto más tarea. A Gregory no le hubiese importado de todos modos que hubiera puesto tarea, la hubiera hecho sin rechistar.

-La proxima clase es de ciencias- Dijo Pip entusiasmado - Es un trabajo de tres, tal vez te gustaría que estuviésemos tu, yo y Damien. 

Este tardó un poco en responder, ya que había pensado en otra persona, pero al fin y al cabo habló:

-Está bien- Concluyó -Pero si saco menos de 10 preparénse.-

Pip soltó una pequeña risa y "guió" a Gregory hasta la sala de ciencias, donde Damien ya estaba esperándolos.

-No me digas que has invitado a este antipático- Se quejó el pelinegro.

-No me digas que sigues siendo el mismo palurdo de siempre, Damién- Dijo arrogante

Damién rodó los ojos, molesto ante la respuesta de éste. Pip se encontraba expectante.

-Insufrible.- Dijo entre murmullos el pelinegro.- Cuando sea el príncipe del infierno, no te reservaré ningun ataúd ni una pila de huesos, te chamuscaré en mi ira eterna!-

Al oir estas palabras, Gregory se hechó a reír

-¡No puedo ir al infierno, no he pecado!- Dijo el rubio inocentemente -¡Mi historial es impecable!-

-¡Idiota! ¡Todos hemos pecado alguna vez, todos vamos derecho al infierno!-

Gregory abrió la boca para replicar, pero el profesor comenzó a hablar. Todos enmudecieron.

-Harán una serpiente de carbono. Ya lo hemos estudiado, quién no, se jode.- Finalizó el profesor.

Gregory, decidido, agarró un bote de bicarbonato de Sodio y lo mezcló con azúcar. Pip le daba lo que necesitase y Damien recordaba ligeramente como seguía la mezcla. Era algo innecesario, pero ayudaba a refrescar la mente de ambos.

-Necesito un plato ya, Phillip.- Dijo urgente

Gregory mezcló todo hasta que quedase como una masa. En el plato agregó arena y su "masa". Antes de echar el alcohol 90º a la mezcla, los alejó a ambos y echó el alcohol. La reacción química hizo salir una especie de serpiente negra que llenó toda la mesa.

-WOOH!- gritó pip de emoción - Lo conseguimos!

El profesor fue a la mesa dónde estaban los tres, a lo que Pip preguntó:

-¿Cómo es posible esto?- Curioseó

-Combustión- Explicó.

-¿Combustión?..-

-El azúcar se quema en una reacción que combina la combustión y la deshidatación. Con esto, se consigue carbono inflado, que parece una serpiente.-

-Oiga, ¿Entonces esto significa que saco un 10?- Preguntó Gregory.

-Un 9, por la arrogancia.- Se alejó el profesor.

Damién se echó a reír y Pip no tuvo alguna reacción, sabía que para él era muy importante sus calificaciones.

-¡No hace ninguna gracia, paleto!- 

-A mi no me hablas así, ímaginate hablarle así a tu futuro gobernador!-

Gregory no quería perder los papeles en ese instante así que solo se limitó a salir al pasillo en busca de paz. 

De repente, un fuerte olor a humo le entró a la boca y miró a ambos lados para intentar descifrar de dónde venía ese olor desagradable. Venía de la puerta trasera del colegio, miró el pasillo indeciso por si lo pillaban escurriendose entre clases. 

Decidió seguir el olor a humo hasta la puerta trasera. Asomó la cabeza en ambas direcciones y entrevió a alguien, de pronto una voz lo llamó.

-¿Qué haces ahí?- 

Gregory pegó un brinco del susto y giró en redondo.

-Me diste un susto de muerte, Estella- Dijo aliviado -Me alegro que hayas sido tu quien me haya encontrado aquí.

-¿Saltando tus clases?-

-¿Y tú?- dijo curioso.

-Quería tomar un respiro, pero tu culo me trajo hasta aquí, quería saber qué hacías.-

-Eso no es de tu incumbencia, querida.- Dijo arrogante - Pero agradezco tus preocupaciones.-

-No me preocupo de ti, aliento de rata. Quiero saber que decirle al profesor cuando te encuentre aquí.-

Gregory cruzó los brazos y rodó los ojos.

-Solo quería salir al igual que tu a tomar el aire, Estella.-

Estella le dedicó una mirada recelosa, dio media vuelta y se dirigió hacia su clase. Gregory miró atrás para asegurarse que se ha ido y abrió la puerta trasera, donde miró a ambos lados y siguió el olor a humo.

-Mmhm..- Dudó

Hasta que dio con alguien, era alguien de su misma edad, percibió dos olores; Uno era del cigarro y otro era el olor que desprendía ese niño. Le sorprendió que el olor a cigarro era más potente que el suyo, también se dio cuenta de su pelo "desastroso".

Gregory dobló la esquina y se situó al lado de él.

-Oye, aquí no se puede fumar.- Dijo al fin y al cabo.

Pero el pelinegro no se molestó ni en mirarlo.

-¿Me escuchaste?- Volvió a hablar. -¿Hola?-

El pelinegro lo miró atravesado, al fin con una voz un poco más gruesa, habló en murmullo:

-Tu parles plus qu'un perroquet..- Se levantó, dispuesto a irse.

-¿Perdón?- Preguntó, aún siguiéndolo. -¿Me has oído antes? Te he dicho que aquí no se puede fumar.-

-Comme si tu l'avais décidé..- Murmuró de nuevo, pero esta vez más irritado.

Gregory no quería perder el tiempo más, su clase estaría apunto de empezar, miró el reloj y se dirigió de nuevo adentro de la escuela.


Vous sentez-vous aimé ? - GregstopheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora