And WE love her

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Sentada en un sofá, los miraba. Cuatro pares de ojos posados sobre ella y sólo un par tratando de mirarlos a todos.

-¿Querés? –George le ofreció cigarrillos.

Iba a contestar, pero Paul se adelantó.

-Mejor dale de éstos. –le dijo a George.

-Bueno...¿querés de éstos?

Los miró, no eran iguales, no eran cigarrillos comunes, eran...

-¿Porros? –preguntó con cara rara.

-Si...te relajan, hace que estés mas suelta. –explicó Paul.

-No, gracias, nunca probé.

-Hoy puede ser el día. –dijo George con una media sonrisa.

-Apestan.

-Eso si, no lo voy a negar, pero que te relajan, te relajan. Yo me voy a fumar uno –Paul prendió uno, le dio una larga calada mientras entrecerraba los ojos. Eva pensaba lo lindos que eran sus ojos, vistos así, detrás del humo, pero tosió.

-Uy, perdón, cierto que no te gusta el olor.

-¿Y bien? –John se veía impaciente- ¿vamos a estar así, mirándonos las caras como idiotas?

-¿Quién empieza? –preguntó Ringo, que hasta ese momento se había dedicado a observar el fondo de su vaso de whiskey, sin tomarlo.

-Umm...vos. –dijo Paul mirando a George.

-No, empezá vos, o Ringo.

-¿Yo? ¿Por qué no John?

-Ey, ey, ey, a mi no me hablen.

-Ay, ¡parecen chicos! –dijo Eva riendo.

-Parecemos, pero somos chicas. –el porro le estaba haciendo efecto a Paul.

-Bien, empezaré yo –inmediatamente, Eva se arrepintió de decir eso...¿por dónde empezaría? Optó por comenzar todo como en un cuento...

-Soy de Manchester, tengo casi 19 años, me crié sola con mi madre y vine a Londres a buscar trabajo haciendo lo que mas me gusta, tomar fotografías...

-Eso ya lo sabemos.

-John, no me interrumpas.

-Ay, está bien.

-Bien, decía que vine a Londres para eso, y también para conocer a todas las personas que admiraba, ya que todos viven aquí...entre ellos están ustedes, que los conozco desde que los pasaron por primera vez en una radio de mi ciudad, y de inmediato me hice fan, una encarnizada fan, y aún mas cuando llegó a mis manos una revista donde estaban ustedes...Me gustaron los cuatro de inmediato, no solo por lo físico, sino por sus voces, la forma de tocar...ni hablar cuando los vi por primera vez en televisión, cuando fui a la casa de una vecina solo para verlos, aunque le puse le excusa de ir a buscar azúcar. –vio que la escuchaban con mucha atención, tomó aire y continuó, no debía parar, no ahora que estaba permitiendo que todo aquello saliera–Nunca me hice mucho problema por saber cuál era mi beatle preferido, mas bien me parecía cosa de colegialas, que eligen uno sólo para pelear con sus compañeras acerca de cuál es el mejor...Pero cuando Joseph, mi jefe, me dijo que le haría una nota a Ringo, bueno, de mas está decir que me la pasé saltando, y cuando lo vi quedé obnubilada, pero pensé que sería por culpa de mi fanatismo...Y después cuando los conocí a todos me di cuenta que no, que me estaban gustando los cuatro por igual, pero tampoco me hice problema, hasta que empezaron con sus persecuciones y terminé entendiendo que los cuatro...

-Estábamos interesados en vos.–otra vez John interrumpiendo.

-Sí...bueno, vos no.

-Pensaba que eras una bruja. Y no me apures porque creo que aún lo sigo pensando...

Ocho brazos para abrazarte (Novela The Beatles) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora