20. 𝘓𝘭𝘶𝘷𝘪𝘢 𝘱𝘰𝘳 𝘴𝘰𝘳𝘱𝘳𝘦𝘴𝘢

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Por alguna razón, tengo la mala suerte de tardar una eternidad en recuperarme cuando tengo resaca, y ahora lo estoy pagando.
El turno de los miércoles por la tarde para cerrar suele estar ligeramente menos concurrido que las mañanas, pero eso no ha impedido que haya tenido que correr de un lado a otro.

Lo mejor fue llegar este lunes a clase y enterarme que tenía un examen dentro de dos semanas, y tengo tal agobio que me cuesta cerrar los ojos y dejar de pensar aunque sea un poquito para dormir; Ymir llegó fresca y con energía, como si no hubiera pasado nada; su cuerpo se habrá acostumbrado a que beba tanto, supongo.

Es tal el sueño que tengo, que se me han empezado a cerrar los ojos un par de veces echando la leche a los cafés, así que me he ido rápidamente a la parte de atrás, me he llenado de cafeína hasta las cejas con dos shots de café y con unas palmadas en la cara he vuelto a la barra.

Ahora, añade a eso el tiempo con el cielo completamente cubierto de nubes, el día nublado, la lluvia que va creciendo en fuerza por momentos; es un día para sentarse en casa y no hacer nada y aquí estoy, que aunque yo he escogido esto para poder pagarme el alquiler, me sigo permitiendo quejarme perfectamente.

La lluvia fina ha durado tan solo 5 minutos, y ahora caen gotas grandes, cargadas, que producen un gran estruendo contra las cristaleras y da la sensación de que no parece parar pronto; desde que llegué me he dado cuenta que el tiempo a veces no cuadra, que de hacer calor pasa a estas lluvias por sorpresa, como si desde arriba estuvieran mandando señales o algo; me gusta ponerme teatral de vez en cuando, así no me aburro en este sitio, yo que sé.

Tras tomar una comanda veo que la máquina de café está prácticamente vacía, así que a paso ligero voy al pequeño almacén, cargo el saco de granos con ambos brazos como puedo porque los compramos a lo grande, y cuando vuelvo a salir a la barra, casi suelto el saco del susto: Por la puerta aparece Eren absolutamente empapado, de pies a cabeza, con gotas cayendo por toda su ropa.

Pensar que está "empapado", me da la sensación de que incluso me quedo corta, pues me parece que podría llenar un par de garrafas solo de escurrir su ropa; los zapatos al moverse suenan chirriantes al estar encharcados, su pelo está más oscuro del agua y aunque se ha hecho un buen recogido este se cae ligeramente del peso añadido, al igual que la ropa e incluso su expresión.

Lleno como puedo la máquina de café queriendo mantener aunque sea de reojo en la vista a Eren, para asegurar que no monta ningún numerito o me moja a algún cliente, y cuando veo que se acerca poco a poco a la barra, no se si reírme o preocuparme; es verdad que varias personas entran en el café a refugiarse y van algo mojados, porque el paraguas tampoco les salva de toda la lluvia, pero lo de este chico es exagerado:

-¿Es que no sabes mirar el tiempo?

-Cállate, estoy demasiado mojado como para pensar ahora cómo meterme contigo

-Eso no es mi culpa

-Ni la mía- Se sienta en un taburete, y puedo observar claramente su expresión de desagrado solo de notar toda la tela húmeda y aplastada- ¿Cuándo terminas el turno?

-Nos queda un poco menos de media hora para cerrar

-¿Tienes paraguas?

-Pues sí, porque yo al menos he mirado el tiempo antes de salir

-Lo tienes porque estás loca- Me río mientras paso una bayeta sobre la encimera que tiene delante, en la que ya han caído gotas de su pelo en cuanto se ha acercado un poco, y al darse cuenta, se aparta ligeramente- Déjamelo

-¿Y entonces cómo vuelvo a casa yo listo?

-Joder, pues te espero

-Me vas a empapar la cafetería...- Voy y vuelvo rápidamente de la parte de atrás donde tengo todas mis cosas, y cojo el paraguas para que se calle- Ponte con esto ahí fuera debajo del toldo y ahora salgo yo.

𝐈𝐧𝐞𝐱𝐩𝐥𝐢𝐜𝐚𝐛𝐥𝐞 𝐉𝐚𝐞𝐠𝐞𝐫 [𝓔𝓻𝓮𝓷 𝔁 𝓻𝓮𝓪𝓭𝓮𝓻]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora